Carranza recuerda en su alegato de abonos su viaje a Trento en compañía de Domingo de Soto y del Doctor Velasco.
Trabajaron juntos en censura de libros.
Carranza defiende a Soto con tema de una apología del evangelio de San Juan por un franciscano, condenando (la apología) en la inquisición. Miguel de Medina es el Franciscano en cuestión. (No se dejaron vender los libros y se retiraron de circulación)
Fray Diego Ximénez : “lo cual los frailes del Orden de San Francisco sintieron mucho e Hicieron Grandes Diligencias para que nos pasasen adelante, por lo cual cree este testigo que están indignados y que desearán hacer mal al arzobispo de Toledo”
Al llegar Carranza a España, buscan a Soto para minar su prestigio, y este ya lo tenía ganado Carranza.
Carranza le recaba un juicio sobre el catecismo. Intentaba frenar las maniobras de Valdés de antemano. Al mismo tiempo, le pedía lo mismo Valdés.
Beltrán de Heredia: Soto, muy doble y nada fiel en su trato, quiso complacer a dos partidos opuestos entre sí, perdió la estimación de ambos y pago su perfidia en parte.
14 de octubre de 1558 escribe a los dos arzobispos: A Valdés le dice que es bueno. A Carranza le cuenta de lo dicho a Valdés y le cuenta su juicio favorable a la ortodoxia.
Confidencialmente le había remitido una censura a Carranza apostillando 62 proposiciones. La princesa lo llama a la corte “para algunas cosas del servicio de Dios”
Soto informa a Carranza de la porfía del bando de Melchor Cano para la obtención de éste del cargo de provincial. Soto le pide a Carranza que lo frene.
Desde la corte le insiste a Carranza en el tema de no elegir a Cano: carta de Soto a Carranza de 8 de Noviembre de 1558: podemos calibrar el grado de responsabilidad personal o de ejecutor de deseo de graves varones, que corresponde a Carranza en su intervención anticanista.
Una semana más tarde la inquisición llama bajo pena de excomunión a Soto, Cano y Cuevas para que califiquen los escritos de Carranza, del doctor Constantino y de Fray Luis Granada, sin permitírseles entretanto ausentarse de Valladolid; No le hacía gracia esto a Soto y lo hace saber.
Le mandan que califique in rigore ut jacent. Y cortar toda comunicación con Carranza.
Habla con él, por tanto va advertido.
En respuesta, Carranza trata de ganar a Soto para su causa.
Carranza: Valdés quiere desacreditarle a él y a todos los frailes para los puestos relevantes en la iglesia y corte, paso para la exclusión de teólogos y frailes de negocios públicos.
Por otro lado, Melchor Cano a quien “ha hallado de manga” Valdés.
La apología de Miguel de Medina, andaba por las librerías, y Carranza la considera hereje.
8 de Diciembre de 1558. Carranza le escribe a Soto, y le inculpa. A este ya lo tenía ahuevado Valdés. Es Clave me temo.
Las anotaciones íntimas enviadas a Carranza se transformaron en solemne censura escrita entregada al inquisidor Valdés en noviembre de 1558.
Soto se ajusta al criterio de la época y lo califica in rigore. “en atención a la malicia de los tiempos”
Soto veía el manejo de Valdés de envolver su censura con la de Melchor Cano.
Beltrán de Heredia habla de la “política terrorista” de Valdés.
Soto se aisló. La situación le pudo.
La finalidad de la presencia de Soto en Valladolid era pública y notoria.
Soto era contrario a Cano.
Sorprendentemente, el fiscal Camino pondrá a Soto entre los testigos tachados.
Muchas tensiones sobre Soto. Debía enfrentarse a Valdés, desenmascarar la “pureza” de Cano, advertir amistosamente a Carranza sus reales inexactitudes y no prestarse al juego de buscar condenas.
Después de entregar su censura, escribe a Carranza desde Medina del Campo el 25 de Febrero de 1559 para decirle sus afanes para defender su recta intención (yo diría que es una manera de confesar que había metido la pata)
Fue el primero en entregar la censura.
En mayo se decreta la prisión contra Carranza, se puso en práctica en agosto
En noviembre moría Domingo de Soto.
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