viernes, 26 de abril de 2013

Rodearon el congreso

 

 

El catolicismo es España. De niño iba a misa con mi padre: nos colocábamos en las últimas filas, entre la puerta lateral y la pila bautismal; cuando la gente se sentaba, mi padre se escaqueaba volviendo al punto de la consagración; cumplida la misa, sociedad en la puerta, y al bar. cuando había procesión la norma no era salir en ella: tampoco era excepcional, pero no era habitual: cada cual sabía cuando procesionaba porqué lo hacía; lo único de rigor para los buñoleros era acompañar el Santo sus viajes de la ermita a la iglesia. Todo está ahí, siempre: las mujeres cuidaban los detalles, engalanaban el Corpus, pasaban los santos en hornacinas de casa en casa: se veía pasar la procesión, siempre; participaban los que participaban.

El catolicismo es España: ha de estar ahí, y ahí está bien; cada cual lo usa a su albedrío y allá te apañes: se saben las bases y fundamentos y conforme pasa la vida indagas en tu medida y rigor, sin alharacas ni militancias. El cura está ahí, y ahí está bien: la papolatría que se quiere infundir por propaganda hoy día es ajena a España. Con el cura se habla: con cuidado y prevención, hasta en confesión. El clericalismo y la papolatría nos son ajenos: si no son curas trabucaires, pocas confianzas. Las cofradías y los nazarenos existen porque los curas los echaron de los templos: perduran a pesar de los curas, perdura la Semana Santa en España. No pudieron prohibir las saetas, pero lo intentaron. Ahora lo asumen, pero echaron a las cofradías.

Intenta la hez burocrática montar los gérmenes de su propia perpetuación: a la vez que están incardinados en el sistema generan movimientos de ruido que a la vez que justifican al sistema creen que de haber un cambio los certificará para el siguiente régimen: la algarabía montada con lo de rodear el congreso justifica al régimen a la vez que justifica a un sector para su propio afán de protagonismo: por eso ha sido tan publicitada.

Pero las personas lo son una a una: sólo cuando salgan de casa, rosario en el bolsillo, una a una, por su propia decisión, convocados, pero no obedientes, y rodeen el albañal de los diputados, la Moncloaca, o el Palacio Real con un ocupa usurpador, será el momento en que se den por perdidos: cuando el pueblo en silencio sin algarabía ni esparajismo en silencio los rodeen sin afán de destrucción, en silencio, sabrán que han perdido todo, y que España les ha vencido otra vez: reaccionarán con la máxima virulencia posible, pero eso será el final del sistema: porque cualquier movimiento organizado sólo es una justificación del sistema; el plástico sistema Español de la cultura hará que por convocatoria vayan a echar a los impostores, a la vez que van dispuestos a morir sabiendo que esto no hay quien lo soporte y que hay que dar la vida por España, no matar a nadie, y a esta hez echarlos, desposeerlos y maldecirlos hasta las puertas de los infiernos.

Porque no es una cuestión de fe o religiosidad: es una cuestión de carácter, igual que nos gusta el Cristo de Mena y nuestro Santo del pueblo, y los más furibundos anticatólicos respetan las estampitas de su madre, iremos, los circunvalaremos, en silencio, y estarán muertos; porque estos orcos de la realidad no conseguirán que España sea un país de zombis, y a nadie engañan con estos numeritos organizados de rodea el congreso o de la peste borbónica.

martes, 23 de abril de 2013

Rodear el congreso

 

 

Alharacas y esparajismos porque quieren rodear el congreso. Claro que habrá bulla, jaleo y fiesta: somos españoles; inevitablemente la izquierda intentará monopolizar todo eso “como sea” para intentar manipularlo: siempre quieren ser parte en todo: en los rodeados, y en los rodeadores; claro que enviarán a agitadores profesionales, y claro que hay que empezar a fiar a la cordura de la gente.

Es deplorable la poca formación que tiene la gente hoy en España, al examen de maestros me remito, a la experiencia personal me asomo; y me deplora: es realmente preocupante la escasa formación intelectual y humana de la cual se hace alarde; es reconfortante ver que esto es España, y que no pueden con ella.

Rodean el congreso. Cuando fue Lepanto toda la cristiandad salió a las plazas a rezar el rosario; cuando algo sucede todos salimos a la calle; cuando necesitamos algo, sacamos al Santo en rogativa, aunque ahora la deplorable casta jerárquica eclesial sea contraria a las procesiones. Rodean el congreso, y muchos sin saberlo van a rezar para, por el poder de la oración comunal, modificar la situación tan execrable en la que vivimos; rodean el congreso, en acto comunal de rogativa al cielo “Señor, líbranos de ésta gentuza” y tal es.

Se exaltan políticos y periodistas de la legua “es un ataque a la democracia” “si quieren que voten, ese es el modo” y la estupidez sublimada: “la democracia es el menos malo de los sistemas políticos” todo mentiras y propaganda soez, de miedo que tienen a la gente: esencialmente, se juntan a rezar un rosario en rogativa para que el señor nos libre de esta casta tan ladrona; y muchos de ellos no lo saben, y muchos de ellos niegan el catolicismo, porque el sistema de domesticación en que han convertido la enseñanza les incita al odio y no a la verdad: pero lo real es que convocan a un rezo multitudinario para que el señor nos redima de nuestros pecados y nos ponga a salvo de esta catástrofe mediante su influencia en los malos.

Y claro que hay que apoyarlos, y denostar a quien esté en contra: las calles, y las plazas son nuestras, de la gente, para hacer procesiones, rogativas y lo que les dé la gana: y si estando en los mandos del enorme aparato del estado les da miedo que una multitud pequeñita pida piadosamente que ardan en el más horrible de los infiernos, es un problema que tienen ellos, no la gente: España es de los españoles, no de esta hez política vendida a la plutocracia financiera.

Temen al poder del rezo comunal, del deseo común expresado en silencio orante, temen el saberse la encarnación del mal, temen a la voz del pueblo: temen la voz de Dios.

Que teman: porque el pueblo los condena al infierno, que lo sepan. Que teman, que el pueblo está invocando al altísimo para que nos libre de ellos, y es vox populi: es vox Dei, y para ellos, es el horror.

miércoles, 17 de abril de 2013

San Luis

 

Si quitas una piedra de un muro se debilita; si quitas muchas, por grande que sea el muro acabas dejándolo a punto de caer: no lo tiras, pero cuando se cae, si encima acaudillas los lamentos e improperios por la pérdida del muro, buena persona no eres.

Había dos franciscanos: habló de la piedra que debilita el muro; pero si hubiera hablado del sermón de las siete palabras el resultado habría sido el mismo: los franciscanos oyeron lo que querían oír, y denunciaron a Carranza por herejía.

Daba igual lo que hubiera dicho: era el Primado de España recién nombrado, y esto no podía quedar impune: andaba la corte en problemas, y el diablo hizo el resto. Había sido uno de los teólogos imperiales en Trento, era pieza clave de la línea intelectual que hermanaba Cisneros, Francisco de Vitoria, Fray Bartolomé de Las Casas y toda la escuela de pensamiento que floreció en España.

El duque de Alba había perdido un negocio floreciente de nuevas tecnologías cuando impuso Carranza en el sínodo de Londres la ley: España no tuvo esclavos, y el Duque de Alba no implantó esas nuevas tecnologías tan florecientes; el Inquisidor General Valdés necesitaba imperiosamente hacer algún numerito para poder seguir en el candelero de la vida social: había sido pillado robando el oro necesario para la batalla de San Quintín y no había colado la excusa de culpar a los mercaderes (Ahora se dice los mercados) y andaba necesitado de su posición, privilegio, y marcar el terreno: prohibió los libros herejes a la vez que decidía que era y no era herejía, mandó unos autos de fe en los cuales fueron quemados unos cientos de personas, y aquí paz y allá Gloria Gaynor: aliado con el Duque de Alba tramaron la perdición de Carranza: sólo estuvo diecisiete años preso de la inquisición. Aun así, sólo consiguieron montar unas piras de herejes que fueron quemados, algo de espectáculo y nada más, no consiguieron que España tuviera esclavos.

España era el mundo; si había confusión era porque la había en todo el mundo, y no era casual. En puridad, nada teológico se había tratado en Trento: porque nada de teología hay en Lutero ni en ninguno de sus seguidores: las formas de la religión que acomodaron a intereses nada tienen que ver con la teología, del mismo modo que nada tiene que ver con la teología la elección del Papa ni las memeces que hace ahora la iglesia católica, que cada día apunta un motivo más para no arrepentirse en absoluto de no estar ahí.

Toda la esencia de actuación de los seguidores de Lutero se sustancia en el puritanismo social como actitud de control, y nada más, una religiosidad de apariencias y control, y la veneración al dinero: a más rico seas, más cerca estás del cielo, más santificado y más ejemplar es tu vida: y nada más, no hay otra.

El balanceo del Duque de Alba presionando para “modernizar” la “Marca España” mediante el tráfico de esclavos necesitaba el apoyo de España: los españoles nunca hemos sido mala gente, por eso gran parte de la fortuna de la casa de Alba está en países herejes; España no tuvo esclavos ni fuimos despiadados allá donde implantamos la civilización.

La fama y asentamiento de Lutero no son debídas a razones de índole teológico, sino a que permitían el asentamiento social de cualquier cosa, siempre que guardara unas apariencias “en sociedad” y unas normas rígidas de actuación: para que pudiera funcionar esto era necesario el nacimiento del estado, una estructura sustentada en la trama nacional, de control de la población y de control social: conforme avanza el estado en su desarrollo, avanza el control de la población, el ninguneo de la persona en beneficio del individuo como pieza del estado, y jamás como persona.

El genocidio sajón en Norteamérica, el genocidio de los países bajos con la esclavitud, la necesidad fiduciaria inducida por el vigor de la revolución industrial dan génesis al nacimiento de USA en la forma perversa que ahora conocemos, y a la Revolución Francesa, que no es sino la proclamación del estado como dios supremo, la negación del individuo y la magnificación del capitalismo como supremo hacedor de los pueblos: muerte a las personas, viva el individuo, negando así toda capacidad de la persona de desarrollarse por sí misma respecto a sí misma: sólo eres en la medida en que eres social y a ella sirves, no en la medida en que eres persona y desde tu propia individualidad sagrada te desarrollas en sociedad: todo ha de ser planificado, encauzado, dirigido y orientado “por el bien común” y si no quieres, te obligamos por tu bien: Napoleón difunde por toda Europa esta concepción del individuo, que no otra cosa es: la revolución francesa demuestra no ser nada respecto al antiguo régimen, simplemente necesitan la sumisión del poder al estado, no importa cambiar reyes por emperadores, siempre que la razón máxima sea la razón del estado. La farsa de la revolución francesa sólo es el aullido de la bestia reclamando para el estado todo el poder de, por, para y sobre las personas.

Post hoc ergo propter hoc, en España no había estado: la configuración foral nacional había permitido organizar con eficacia el mundo, sin genocidios, sin mayores problemas que los propios de la condición humana. La configuración del catolicismo nacional español, tan ajeno al meapilismo actual, había generado una estructura mundial que funcionaba mediante un esquema foral que había demostrado su eficacia desde que se arrojó de aquí a los sarracenos por su excesiva codicia; España es una nación, no hay ninguna necesidad de estado, y se funcionaba bien. Los intentos de imposición liberal de un estado y una constitución para imponer una esclavitud sumisa de los españoles al estado y nada más, niega la condición humana, y no fueron jamás aceptados por los españoles.

El dinero, pérfido y avieso, en todas sus formas y maneras alentó la leyenda negra, financió a lacayos y traidores, de manera tal que toda la animalada de guerras del siglo XX sin la reforma protestante no hubieran existido, directamente. Y sin la financiación de Rockefeller, Lenin no se hubiera pasado cinco años viviendo a todo lujo por toda Europa, ni hubiera podido financiar la animalada soviética.

Tras la guerra civil, Falange hizo una estructura de funcionamiento nacional que es en sí misma un primor, indiscutiblemente; el Opus se encargó de hacer los cantos de sirena y “modernizar” a estructuras estatales lo que eran estructuras forales, siendo su culmen la “Constitución” tan ajena a España como la realidad nos está demostrando; la “forma democrática” del estado, siendo éste el momento en el cual las personas están más desamparadas, desprotegidas y aisladas, siendo el poder en todos sus niveles distante e inaccesible para un ciudadano normal: tan sólo la cleptocracia organizada tiene acceso, dándose niveles de acceso según se inserten en la trama. Las personas no existen, y sólo vales en la medida en que cotices a hacienda y te calles: obedece, punto.

La estructura del estado es en su misma esencia quien pervierte, y degrada a las personas, degenera toda situación y destroza todo aquello a lo que toca: véase España.

Los anarquistas estamos contra el estado; con errores en la historia del anarquismo, pero la esencia es la destrucción del estado; el tiempo nos va dando la razón.

La estructura del estado se impone, siempre; ahora inventan el psicologismo para, por propaganda, hacer transigir con piedras de molino a la gente: les quitan el trabajo de sus vidas, sea en forma de ahorros en dinero, sea en forma de inversión en propiedades: es ”la crisis” la justificación actual del desmán que estamos padeciendo: el estado roba a la gente, y tan sólo se ven mecanismos para garantizarse la impunidad, y lo que sé, aberra: la gente ha de vivir para la supervivencia del estado, ejemplarizado en la banca; no ha de ser el estado el que cuide de las personas: esto es una aberración, una degradación, la negación de la persona, mediante tramas y artificios que someten a las mentes más débiles.

En mi pueblo, la fiesta local en honor a San Luis tiene un componente agrícola esencial, de feria de ganado al ser un pueblo de cruce de caminos y cañadas; la casualidad y el sol implacable dieron de génesis La Tomatina, una derivación más del carácter español y el trabajo. La configuración moderna del estado y la impudicia del sistema “democrático” ha hecho que el actual consistorio haya puesto en venta las fiestas del pueblo: todo el pueblo, estructura y personas, hemos de ser los lacayos de alguna empresa ficticia que va a hacer dinero con la vida de personas, y nuestro pueblo; de personas: los que hubo, los que vendrán: se esclaviza a todo un pueblo para poder justificar ante sí mismos su incompetencia. Mientras la fiesta la organizaban clavarios, fué fiesta y fué del pueblo; cuando pasa al concejo, no es sino un constructo de propaganda, y por su propia lógica evolutiva un entramado financiero para favorecer a haraganes de uno u otro partido del sistema, y de paso, “algo caerá” por ahí. No me cabe ninguna duda.

La gente ha puesto el grito en el cielo, por las formas, y porque al parecer uno de los beneficiados en esta lotería de Babel es de un partido de “extrema derecha” lo cual ha querido resolver el actual concejo mediante el alejamiento de este individuo: pero no modifican la estructura de vender al pueblo, su fiesta y sus habitantes al capital. Vergonzoso, indigno, impúdico, avieso y degradante. ¿Si hubiera sido de izquierda sí que vale? Falacia lógica.

Esto sale en la Biblia, buscad “Vender la progenitura por un plato de lentejas

Y así se entiende mejor que ahora quieran que todo el sistema de domesticación que llaman enseñanza se configure en sajón, que la gente lleva ya implantadas como tradiciones modas ridículas “la graduación” o “halloween” y alardeen de saber inglés: son analfabetos ridículos en varios idiomas.

La religión no es una cuestión de fe, eso es cosa de las personas; no es cosa de estructuras, eso es cosa de las jerarquías: la religión ha configurado el mundo, España es la clave, la leyenda negra es la necesidad de la destrucción de todo aquello que impida que las personas puedan ser por sí mismas en su propia medida, para sí y para los demás, para configurar una trama estatal en la cual los individuos, intercambiables, sólo son piezas del estado que nada importan a nadie, a ser posible ni a si mismos.

Piedra a piedra, quieren destrozar el muro para poder luego lamentarse como plañideras.

domingo, 14 de abril de 2013

Bulería

 

Del trabajo nace la fiesta. Del trabajo del campo y la necesidad ganadera nacen los toros; en su evolución y avatar se crea todo un constructo que acaba siendo un sistema económico, y más de una época y más de un torero han acabado arruinados siendo los artífices de grandes fortunas; del trabajo del campo, del sudor y las horas nace el cante, que hunde sus bases en la tierra que arraiga y organiza, nos forma y constituye; de los toros como expresión social laica de las fiestas en honor al patrón, la fiesta de San Fermín; de la fascinación de Hemingway su proyección y fama: ya la gente olvida las corridas siendo el alrededor la “fiesta” pero para que haya alrededor debe haber fiesta.

Progrecesando, se niega todo el vigor del pasado, el trabajo de los hombres y el tiempo, el esfuerzo y el sudor para así inventar una realidad que encaje en nuestras ensoñaciones pueriles; si la realidad no se corresponde es que la realidad está equivocada: de tal modo, gracias a un locutor de tv que quiso llenar un telediario con el tomate, para negar la condición religiosa de la fiesta se focalizó todo en La Tomatina, y sólo en ello: se cubren los afanes de protagonismo de los fantasmones de turno saliendo en tv, y la gente de Buñol va dejando de lado ésa parte de la fiesta, porque la animalización no es el carácter de catarsis y limpieza que llegó a tener; tan sólo es animalidad, bruticia, estupidez; dice Paco, y dice bien, que un pueblo no puede vivir de una hora, un día: lo único que han sabido y querido utilizar es eso, tan buena tapadera para otros desmanes, tan evanescente y falaz como caricatura de lo que pudo haber sido, pues era una performance de todo un pueblo hacia sí mismo: pero como había que cogerse a algo, en su absoluta carencia de creatividad tan sólo se apropiaron de lo ya hecho “poniéndolo en valor” y “re-pensando” y sobre todo maldiciendo y pregonando, siguiendo toda consigna y toda absurda moda, ahogando cualquier opinión en una inundación de maledicencia y desdoro. Funcionaba, mientras no existió internet; parecía que funcionaba: cuando creyeron tener domeñados a los medios locales de internet y controlada a la población en facebook, la animalada del túnel ya puso en evidencia que frente a la verdad, la propaganda sólo ensucia y enfrenta; a este tipo de gente la verdad le duele.

Y tanto hablar, más valía haber callado: deciden poner precio a la asistencia a la tomatina; en castellano eso siempre ha sido “poner puertas al campo” entregando la gestión a una empresa de la cual nadie en Buñol sabe nada; que hacen una página web ¡uy que modernos! Más bien patética, y seleccionan al típico amigo del presidente de falla de Valencia que anima la proclamación fallera con chistes procaces y acento de l’horta, ese acento tan distinto al de Buñol, que somos de habla castellana rotunda, cerrada, sin alargamientos vocálicos innecesarios ni palabras acabadas en holganza, y sin la necesidad de procacidad para poder tener humor: un pueblo que ha podido alardear de tener los mejores músicos del mundo, las mejores bandas de España, seguro, y del mundo casi con certeza; pues eligen a este pobre hombre del que Carlos me dice que “es el típico que en las bodas canta a la segunda copa, y al rato la mujer le dice anda siéntate que me estás poniendo en ridículo” para que haga el himno a La Tomatina. Con dos cojones.

Han promocionado al menos a uno de los dos conjuntos músico-vocales de Buñol, uno de ellos, en lógica, hace una canción de La Tomatina que es la que la gente quiere que sea el himno, espantados de vergüenza ante el horror de éste pobre hombre con esa ridiculez; pues nada, eligen como canción la del entonado de la boda, consiguiendo more geométrica que la gente ante tal espanto reaccione y se pregunte; apoyen clara y rotundamente al conjunto local, y empiecen a averiguar todo sobre el cobrar en la tomatina, el contratar a una empresa, el mercantilizar las fiestas, y el usar las fiestas del pueblo como herramienta de financiación dudosa o más que dudosa de un ente del cual alguien ha averiguado que tiene no se qué vinculación con una organización odiada por los comunistas: en sabiéndose, el tripartito de Buñol mira para otro lado, todos se desvinculan de tal decisión, nadie quiere formar parte del tripartito del que forman parte, y una vez pillados todos los de la banda culpan a otro a ver si se libran.

Tanto que bramaban contra la gürtel y cuanto parecido se intuye.

Y no cuela el minusvalorar el asunto, y no cuela ninguna de las añagazas de escaqueo y elusión de responsabilidad, y no ha colado nada: han sido pillados, por todas partes y sin contar la parte fiduciaria, que quizá hubiera colado, han defraudado al pueblo, a la gente una a una, los han hecho sentirse ridículos. Pues nada “yo no he sido, han sido los otros” pero lo que no harán, y es fácil, es “hacer la trazabilidad” en sentido inverso: de la cantición a la empresa, a la decisión de cobrar en La Tomatina, de que fuera esa empresa y no otra, de parte de quien viene, porque puerta se les ha dado paso….eso que a nadie se le ocurra, eh, por favor, que bastante vamos teniendo.

Si La Tomatina ha de tener un himno, como todos los himnos populares será la gente la que se lo conceda, cuando la canten en el mismo acto: de momento es “no hay tomate; agua” ya evolucionará, ya pasará lo que haya de pasar, ya los buñoleros marmolarán cual es la canción del tomate, que esto de controlar todo desde el consistorio se les ha ido de las manos, de la indolencia al ridículo. Pero es que nombrar una canción oficial desde el concejo y que sea ese bodrio, es más que insultar.

Pero son todos de izquierdas, y hoy deberán hablar de unicornios, eludiendo toda conversación sobre el tema si se puede, y ya se sabe el principio rector: si la realidad no se acomoda a mi conveniencia, la realidad está equivocada.

viernes, 12 de abril de 2013

Ab urbe pontifex

 

Era divertido ver como los cachorrillos de unicornio empujaban a los zagales a entrar en casa, cuando habían retozado por las huertas al salir de la escuela; nunca querían volver a casa y los unicornios los acompañaban, y luego el pueblo entraba en el sopor de la noche que no era nunca molestada; amanecía y el pueblo brillaba del blanco de la cal que adornaba todo el pueblo, con aromas de murta y romero, tomillo y jaras y los labriegos iban a los campos con alegría, con ansiedad por trabajar, tocando instrumentos musicales cuando los campos quedaban lejos para ir haciendo más agradable el camino; las mozas de tan primorosas hacían enloquecer a los tratantes de ganado, y el pueblo a la hora del casino era un dispendio: no es disparatado afirmar que tanto Schopenhauer como Wittgenstein tomaban apuntes de las conversaciones en los casinos: hay pruebas de que Kant basó su Crítica de la razón pura en una discusión sobre mojete y cuál era la idónea cantidad para una persona por día, “la ración pura” en una discusión junto al pilón de los catalanes. Como eran todos fehacientes y escrupulosos, decidieron en sus ratos libres hacer un puente para conmemorar su propia felicidad en tal república de letras, música, y cantores, y a tal fin se construyó el puente: que actualmente sirve de centro de festejos de los nostálgicos de la nada, porque rebautizar como puente de la república al puente nuevo es una falta de respeto al puente, a los trabajadores, a los trazadores y a todo aquel que lo hemos cruzado; el puente mientras se construía era la “obra del barranco los mudos” en el que ya había otro puente; el trazado se corresponde a la trama de vías pecuarias que dan génesis y fundamento a Buñol, y una vez inaugurado y en uso, el pueblo lo bautizó: “el puente nuevo” y tal fue siempre, hasta que mor de la nostalgia de los unicornios deciden rebautizarlo ya hecho: es la estrategia de la progrhez en España desde que heredaron de Franco: nada nuevo hacen, pero todo lo “repiensan” y “ponen en valor” ya ejecutaron una ampliación cuando menos cuestionable bajo todo punto de vista, y ahora quieren bautizarlo como puente de la república de los unicornios y así inaugurar algo, porque no se note su afán de destrozar el pueblo y su identidad; y las legiones de orcos siguen pensando en tierras con unicornios en la cual ellos son siempre los elfos.
Faltan al respeto a los orgullosos trabajadores que hicieron tal obra, a la memoria del pueblo, a la capacidad de bautizar sus calles y montes, se ciscan en la toponimia y en su propia herencia cultural, pero eso sí: todo sea en nombre de la cultura.
Porque el trasunto creado de una historia inventada se cae, por su propio peso: durante la guerra civil, los comunistas de Buñol, se quedaron todos en el pueblo “no vaya a ser que éste arramble con mi parte” siendo “mi parte” la que habían establecido de parte del botín, y “éste” su compañero de partido; y con diversas excusas, no fue ni uno al frente; mandaron al pueblo, y tampoco fueron tantos; en ganando Franco, disimularon un poco, y arrastraron el resquemor toda su vida, pero desde luego héroes de la república en la guerra, de Buñol, ni uno. Ni tampoco de la lucha antifranquista.
No en la guerra, sí en la retaguardia: el alcalde Furriol intentó poner coto a los desmanes de los suyos, defendió a todos los buñoleros, y fue una persona de la cual Buñol debe sentirse honrada: era comunista, era buena persona; como cuando en una de esas de cunetas y tiroteos, salvó la vida a unas monjitas, por su cara, en lo que ahora es la carretera vieja, la nacional tres; y siendo ateo, el vaticano consideró su papel como honorable en el proceso de beatificación de una de ellas, lo cual es muy mucho: que el vaticano dé voz y reconozca a un ateo no es cualquier cosa.
Eso sí, abusaron como abusan de la bondad de la gente, y alientan sus malas pasiones en vez de fijar sus cualidades, que cada vez hay menos. Al propio Furriol aun lo denuestan, los muy gañanes del partido.
Celebrarán, y darán vivas, a un trapo, porque lo que llaman la bandera de la república es una bandera Española que estaba en un almacén con goteras, y la gotera descolorió un trozo de la bandera, de ahí el tricolor; conforme avance el nivel de alcohol se sentirán más vinculados a la progrecesación, la revolución, y la república, haciendo que por elusión los que sí estamos contra el régimen no los queramos de compañeros: y daré un dato: de cada tres años desde que murió Franco, dos ha gobernado el psoe: si no han proclamado la república federal es porque es mejor mantener a la gente en el anhelo y la insatisfacción mientras son fieles súbditos del Borbón.
Con tales trazas España no irá adelante, nada saldrá adelante, el páramo cada vez lo será más, y la estupidez excelsa será el súmmum social, la magnificación de la mediocridad.
El tomate es una celebración popular ridícula que todos los buñoleros hemos ejercido: yo llevaba los tomates de mi casa; si fué a más fue por la inspiración del boticario, hijo del que la bautizó: “la tomatina” era un producto para los ácaros de las tomateras inventado en Buñol; si las fiestas eran feria y fiestas, eran alegres y eran esplendorosas, lo eran porque eran los clavarios los que las organizaban cada año, todos los años. Desde que por decreto es “el pueblo” el que se encarga de organizar las fiestas se acabaron las fiestas, literalmente: sólo son una borrachería infamante, una degradación de la humanidad: echaron a un negro de los de los collares al barranco. Cuando yo era niño, y vivía Franco, si hubiera pasado eso, al que lo hace lo hubieran machacado los mismos buñoleros: se silencia y hagamos como que no ha sucedido. Y como Buñol para los partidos no es nada más que una justificación de infamias, venden la organización de las fiestas a una empresa de otro pueblo: eso, es delito de lesa buñoleridad. Eso es la magnificación de la estupidez: pues la reacción es pedir por favor a una empresa cuestiones propias del pueblo: hay que joderse. Les piden por favor que establezcan como himno una determinada canción de gente del pueblo….a unos de otro pueblo. Y no se les cae la cara de vergüenza.
Han vendido aquello de lo que alardean, han vendido la fiesta del pueblo, han vendido todo: y se quedan tan orondos; a empresas, para financiar sus ridículas pretensiones: y seguro que algo más; vender la fiesta, que horror. ¿Los buñoleros somos las chachas de esa empresa? ¿Si pasa algo como en el Madrid arena quien será el responsable?
Pero que animalada, vender las fiestas del pueblo. Y hablan mal de los capitalistas: como se atreven. Eso sí es capitalismo salvaje.
Yo soy de Buñol: el consistorio a mi no me representa. Y no pediré permiso a una empresa para nada en mi pueblo, en mi calle, en mi vida, con mis vecinos: si han vendido hasta la tomatina, es que no dan para nada, a mí, no me representan.
Viva Buñol libre, queremos puerto de mar.










martes, 9 de abril de 2013

Las polillas acuden a la luz que más brilla

 

El control sobre la víctima elegida es muy importante: le llaman amor; cuando percibió que el hombre al cual había adjudicado un papel en su vida no se ceñía a él, y no actuaba conforme a sus deseos, nunca expresados pero siempre reprochados, mata a los dos hijos para darle una lección: la culpa es suya, no hizo lo que debía hacer; debía hacer lo que ella estaba considerando que debía hacer, aunque forzara toda la situación a que fuera imposible que él hiciera lo que ella consideraba que debía hacer: la paradoja, el doble vínculo, la añagaza mental, la soberbia: dos niños muertos porque ella debía controlar al marido hasta en el divorcio: no te casas para toda la vida, sí te divorcias para toda la vida.

No la juzgarán por feminismo; y ya he leído disculpas del tipo “lo que tuvo que aguantar la mujer para hacer lo que hizo” pero si había echado al marido de casa ¿Qué coño tuvo que aguantar? Mató a sus hijos por mujer, feminista, mala persona, controladora. En su fuero interno piensa “aprende la lección, aquí mando yo” Más piadoso en el reflejo de esta situación es Hitchcock en psicosis: más aberrante es la realidad, cuando a esta animalada hay gente capaz de justificarla para poder justificar sus miserables vidas, su pobreza moral, su indigencia mental, su nula cualidad humana.

El control es el asunto. El control es la expresión del miedo, de la inseguridad, de la inmadurez y de su necesidad soberbia: el control es el error que nos ha traído a esta situación, a todo este enorme constructo de mentiras, embuste, falacia y engaño; y pretenden que lo continuemos adelante en su perfidia para justificar sus propias vidas aquellos que se benefician del sistema.

En esencia el control es la manifestación del ansia de poder controlarlo todo, de creerse la capacidad de dominar el mundo, preadolescente: no maduran jamás y creen siempre en su capacidad de organización de la realidad a cualquier nivel. El sistema de enseñanza se ha trasmutado a un sistema de domesticación para preservar y magnificar ese error, no para corregirlo y dar a las personas mejores herramientas para su crecimiento personal: se fundamenta en la magnificación de los defectos y su justificación, no en su corrección; se fundamenta en la sumisión a lo establecido, no en el desarrollo de la inteligencia.

Sabemos cuál es la perfección, que por supuesto siempre es científica: así la trama de carreteras, tranvías, trenes y demás desmanes que han destrozado en los últimos treinta años porque obedecen a una planificación científica, no de la realidad sino de cómo va a ser el futuro; porque va a ser así porque las cosas serán así, y encaminan a ese futuro: siempre adivinan el futuro perfecto, jamás se cansan de equivocarse, la culpa la tienen los demás. Y por supuesto cuando la realidad no se encaja con lo trazado la realidad está equivocada: el tráfico en carreteras desmiente toda planificación, el aburrimiento en carreteras causa el mayor de los daños, pero la culpa es vuestra, porque las cosas no se hacen, y se saben hacer: hay que hacerlas conforme te dictan y sólo así, porque como descubráis una manera mejor de hacer las cosas me sentiré insegura y así no es plan, que las cosas se queden quietas que mi miedo es lo importante: ahí la trama de carreteras, el error de planificación, de construcción, de trama, de urdimbre, de confección y de ejecución: lo único que ha salido debidamente es la trama fiduciaria. Ni las carreteras sirven, ni son fáciles de mantener, ni están bien trazadas, ni realmente se encajan en una necesidad, sino que cubren una necesidad inventada para poder haber hecho la trama de carreteras.

Pero es que la planificación es científica e importante: así resulta que en Valencia donde el tranvía se dejó de utilizar y murió de su propia muerte había que “repensar” y “poner en valor” un nuevo sistema de tranvías carísimo por todas partes, ineficaz por todas ellas, una mina para haraganes y vividores, y nada más, mucho movimiento de dinero para justificar desmanes; pero había que “modernizar” “repensando” para “poner en valor” y todo lo hacemos para “progrecesar” de manera que pensaban España como Moscú en el siglo XVIII; de manera que la realidad es un constructo falaz, más propio de una secta perversa que de una realidad asumida.

Todo ha de obedecer a una planificación, a un sistema que permita el control: ¡cómo vamos a permitir que la gente viva en casas de pueblo! Lo moderno son pisos, fácilmente controlables, que no tenemos bastante con el control de impuestos inventados para hacer pagar a la gente el hecho de estar vivos ¡impunemente! la gente tuvo la prohibición de tener gallinas en casa con F. González: si no os acordáis no es sino por ser presos de la propaganda; no pasa nada, tampoco los de CCOO se acuerdan de que pegaban fuego a panaderías por abrir en domingo, que eso iba contra los intereses de la clase obrera; tampoco la izquierda recuerda el OTAN NO y cómo González nos metió de lleno, ni recuerdan como Solana siendo el jefe de la OTAN mandó personalmente el disparo de un misil desaconsejado por los militares, que arrasó una escuela llena de niños: ahí invento la expresión “daños colaterales” del mismo modo que olvidaron la vehemencia del no a la guerra cuando la Chacón ordenó arrojar bombas de racimo sobre Libia; aquí lo de la memoria selectiva va muy justificado por la psicología, herramienta de control social disfrazada de buenismo. Pero la vida de la gente se degrada, por días lo vemos, por cuarenta años ha sido ejecutado: y me causa demasiado cachondeo ver como la izquierda ahora saca a unas elementas preparadas desde el aparato para intentar liderar unos movimientos que de tan buenistas, acaban matando a los defendidos, como si fueran una generación nueva, de “jóvenes” que ya no cumplirán treinta años; como si fuera una novedad plantear una solución a un problema suscitado por una realidad imaginada sustentada en una ficción elaborada en el XVIII.

Ni las mujeres son o han sido oprimidas, ni España tuvo colonias. Tampoco existe la clase obrera: nadie quiere ser obrero, y si no le toca otra, trabaja a sueldo, hasta que puede vivir de su propio sistema vital organizado por sí mismo, y nadie quiere dejar a su hijo en herencia el título de “clase obrera” como si fuera un marquesado; la gente quiere a sus hijos y quiere que vivan mejor que han vivido ellos, no encajarlos en una clase que los condiciona para siempre: eso sólo la nobleza…..del siglo XVII.

Lo que sí interesa es que los obreros existan, y sean tal cual hoy quieren parecer algunos, para que los neofeudales de la hez política tengan un nicho de coristas para justificar su propia vida: eso interesa a la hez en la plutocracia, no a las personas; más que se empeñan en inventar pobres para poder ejercer la caridad y asombrarse de lo maravillosos que son, captamos, claramente la perfidia.

La salud es de las personas, la sanidad es cuestión pública: si mecanizamos eso despersonalizamos a las personas, degradamos el prestigio de la medicina, de los médicos, más manipulable el sistema; si la abogacía sólo es el control social de los mecanismos del poder, llamaremos justicia a lo que en cada momento interese vender como gran cosa, degradamos la judicatura, la abogacía, y hasta los ladrones de gallinas son degradados, por el “bien común” que resulta siempre coincidir con los intereses de la plutocracia fiduciaria; si la agricultura y la ganadería han de ser socialmente controladas, produciremos hamburguesas socialmente correctas, pero a olvidarse de inventar las longanizas y las morcillas, el jabugo y el pan, el aceite nutricio y el vino necesario; si es el estado el que defina las formas de relación sexual, se acabó que las niñas sean princesas y los hombres quieran a sus mujeres, se acabó el querer a tus hijos, se acabó la concepción de efímera vida pero transcendente por la percepción de ser una tuerca de una maquinaria, un engranaje, una mierda.

Viajan, y ven el casco antigüo de todas partes y llenan las redes sociales de fotos de paisajes y cascos antigüos a la vez que destrozan los cascos antigüos de toda España, todos los parajes naturales, en el nombre de la protección: destrocémoslo todo para poder luego aludir la nostalgia, será la excusa de esta hez plutocrática de haraganes sobrevenidos para echar la culpa a otros.

Esto no es de hoy: este horror que padecemos se tramó cuando Franco despreció el enorme trabajo y honestidad de la Falange y se trabó en los brazos del Opus Dei que envió a sus cachorros a estudiar fuera para preparar la transición: González, Guerra, Solana/s, Solchaga, Boyer, Rubio….becados por el franquismo para su perpetuación hasta hoy: atado, y bien atado. Para Sabine es el objetivo del plan Marshall ésta situación: no es antagónico; pero en cualquier caso, la realidad es vomitiva, se mire por donde se mire.

miércoles, 3 de abril de 2013

Manda pregonar el Rey

 

Anda suspirando por los rincones F. Glez ante el enorme problema que la realidad le plantea, nunca asumió que la realidad no le obedeciera como al caudillo nazi que es. Tiene que hacer la transición para que su amigo el usurpador infame deje el puesto en herencia al Letizio, y todo se le pone en contra, porque si en un gesto de magnífica magnanimidad magna abdica, puede acabar ante un juez: y si hubiera jueces honrados, en la cárcel, de donde no debería haber salido jamás esa dinastía: por meritos dinásticos a los cuales cada individuo aporta su propio meritaje. Y anda en suspiros el pobre de F. Glez porque la empresa que tanto le costó montar y dotar, con sus SGAE, eres y demás artimañas para que le pagaran el ejército de esclavos que lo jalean, se hunde de su propia entropía: fundamentada en la propaganda como le enseñaron en Lovaina donde fue becado por el Cardenal Bueno (si es que alguna vez del arzobispado de Sevilla salió algo Bueno) y aprovechó para aprender de los socialdemócratas alemanes la financiación socialdemócrata por extorsión de los partidos “ni flik, ni flok” y claro como la propaganda ya no es de una dirección que existe internet, pues toda mentira es desmontada, todo culto a la personalidad desgajado, toda heroicidad izquierdista sistemáticamente puesta en evidencia, y Rub Al Kaaba no da para más: de hecho no da para nada más que para darse pisto e intrigar contra lo que sea, no para hacer nada por sí mismo; como la Valenciano que mientras agita sus grasas en tv pone cara de saber algo: pero no sabe ni vestirse, ni peinarse: da vergüenza ajena la pompa que se da, la estulticia que muestra; y la otra facción de su partido tiene ahora al orgullo Gay Ardón montando traiciones y trapacerías a todo aquel que pudiera hacerle sombra (porque no creo descubriros nada si os digo que lo de Feijoo ha sido el Gay Ardón) y encima metiendo la pata en su engaño de propaganda a todo Español, que los pillamos en todas las mentiras, pero Rariano pone cara de poker “a mí no me consta” modelo funcionarial cínico a los cuales ya van zumbándoles hostias en sus puestos de trabajo ( y sí, aliento tal práctica) para acabar en un gobierno de concentración nacional, por supuesto presidido por el Gay Ardón, que total para obedecer a los impúdicos amos de la plutocracia, que mas da el tipo, siempre que obedezca, y el Gay Ardón lleva aspirando y esnifando a ese puesto desde que existía Alianza Popular; pero F. Glez a cada estrategia le sale un problema, una cifra, un parado, una realidad que le desmonta su imagen tan elaborada de sí mismo que tanto le gusta cuando se mira tanto en tantos espejos, que ego no le falta: pero la realidad se impone, y ya es más que evidente que ni con calzador nos va a colar al Letizio

El Letizio está llorando

La Letizia está llorando

Han perdido sin querer

Su corona de desposados:

¡ay! su corona de oro

¡ay! de la alteza bajados

Y allá que va la realidad, que los españoles vuelven a la tradición tan despreciada por los tradicionalistas: gallinas, escopeta, vaca y perro, soledad, cerca una iglesia y un bar, silencio y ángelus al sol como las espigadoras de Millet. Y la realidad se impone, más que los gañanes quieran seguir engañándose con paraísos preadolescentes ensoñados y perpetuados por los intereses de la plutocracia fiduciaria que nos ha traído aquí, pero a los gañanes la realidad los abofetea a cada día: ¡todas somos Olvido Hormigos! Y la lanzaron de cuatrera de la cadena de enzorrecimiento nacional; ¡mola, la Talegon! Duró un día, exactamente. ¿Qué buena es Ada Colau! Y cae, por su propio peso de treinta años defendiendo imbecilidades a sueldo pagado por todos, y de la manera más miserable posible: aprovechando la pobreza ajena para enriquecerse.

Y todo el sistema cayendo estrepitosamente, y la Europa nazi fundamentada en el euro y en la codicia financiera, muerta, mientras muere matando españoles, mientras esa hez sigue mirándose su ombligo y negándose la realidad de que hay gente muriendo, literalmente, de hambre: maltratados, abandonados y despreciados.

Sean malditos en esta vida y en la otra.