martes, 28 de octubre de 2014

Estáis hablando con él

Mi ordenador tiene UHF; de hecho, lo enchufo con un voltímetro y me conecto por LSD y por estas fechas ando en las pesadumbres de la noche obscura del alma, como todo el mundo, que viene el adviento y nos faltaban los malasombras que cambian la hora para agradar al amo y ser aun más sumisos al becerro de oro. Por el UHF de la historia con los de mi edad sé perfectamente de que va el Tenorio, por eso cuando presenté Una realidad fractal me hospedé allí
¿La hostería del Laurel?
-En ella estáis, caballero
¿Está en casa el hostelero?
porque uno se da cuenta de que nunca ha visitado ciudades, por las ciudades se pasa: ha visitado mujeres; y desde niño tenía las consideraciones adecuadas sobre el tema, que veíamos la obra entera y cada vez tiene un entendimiento y se percibe de un diferente modo: y disipada la disolución de la disipación te vas dando cuenta de que en tu vida lo que marca es lo que te ha marcado: y hay quien ve porno y quien ve carreras de motos, y quien lee, y quien sabe, y quien es imbécil por tierra, mar y aire, que ahora es el tiempo en el que lo único que se ve son niños cuarentones en tv haciendo gracias, que de cada cosa han de hacer la gracia de “que mono es el niño” y recursividades aberrantemente hipócritas de un optimismo forzado por todas partes en la radio que es ridículo: le llaman “ser positivo” como si fueran un polo de un imán o enfermos de sida.
Sólo me salva de la ordinariez la música, y selecciono, cada vez más.
Con la muerte del clericalismo aberrante de la herejía del Vaticano II (3 con las que saques) la pesadumbre de la historia se cierne sobre todas las cosas, como en 1545, cuando, en la hostería, los neoclericales estaban haciendo esos paganismos con guitarricas que aberran al cielo
Cuan gritan esos malditos
Carlos I agonizaba en Yuste (Yuste ¿de parte de quien viene?) y a cuenta de esa agonía le  hilaron parte de la amargura de la prisión a Carranza, con Las Casas en San Gregorio “retirado” y San Luis ya vuelto de Las Américas; claro que para hacer tal obra en verso (que esencialmente es muy mala) y luego poder oírla hay que saber castellano, y nadie que ignore el salterio y la historia sagrada, la concepción rítmica de rezar y el rigor del Via Crucis puede decir que sabe castellano: lo muestra Dorantes en su música, alguien lo ha escenificado con su Caravana; lo marmola Paco de Lucia en Almoraima, lo certifica Bastida en su conversación con Barallobre, y ahora, vuelto en La casa del Barco, veo que toda esta parrafada que conforma mi vida, mi ritmo mi estudio, los amores y el alcohol
en noches eternas de curda y divague
conforman el jaez de una estructura vital fundamentada en el trabajo y sustentada por las vigas de mobila del catolicismo, la antigüa religión destruida por el clero y los clericales, y con las espigadoras de Millet me aberro de ver a abuelas “positivas” vestidas de brujitas “sexys” y el enorme borrachódromo en que han convertido todo, porque celebran una fiesta pagana de adoración a las calabazas de los sajones.
Hay demasiado calabaza y demasiado melón, con esto de saber sajón.
Pero claro, yo veo D. Juan Tenorio en UHF, ellos saben inglés, se burlan de mi porque se latín.
Y de este modo, nos han vendido como esclavos.
pues desperdicias también
el momento que te dan,
conmigo al infierno ven

viernes, 10 de octubre de 2014

Porfía de la ortografía

-Protocolo: Normas y orden de actuación en ceremonias de rango social o actos oficiales.
-Rutina: Proceder que se repite en una secuencia y orden en un ámbito laboral normalmente.
-Hábito: comportamiento regular y reiterativo.
A mi me encanta que al menos una vez cada dos años se decrete el fin del mundo y una terrible catástrofe, y luego fuese, y no hubo nada; pero doy mi más visceral odio a la imposición de la neolingüa por la estupidez y la carencia de educación de los pretendidos cultos, especialistas y sabios en general: usar “protocolo” como manera de definir una secuencia de normas de actuación es una pésima traducción del sajón, y una manera más de destrozar mi idioma y su riqueza, revela la pobreza de lengüaje del que lo usa, y por tanto su pobreza de inteligencia, pero a mi que no me impongan ese neoidioma, esa antigüa estupidez fundamentada en la cursilería.
Porque eso es ser esclavos, perder la identidad, y encima voluntariamente.

viernes, 3 de octubre de 2014

Suburbia omnes

La lluvia preludia el adviento; entra el otoño, y las nostalgias y regüeldos del alma tienen ya recorrido, son las mismas sensaciones que otros años, acumuladas, son las mismas ausencias y son las mismas dolencias: llevamos ya años en un sistema referencial parado que está anclado en una situación putrefacta: los símbolos de la propaganda moderna de las tonterías del 68 y demás parafernalia sublimada ya de tan recurridas huelen a rancio, a abrigo con polillas, al eterno moderno que aun no se ha dado cuenta de que tiene cincuenta años y sólo es un patético personaje ridículo: y como no hay un sistema creativo, sino sólo de asunción de consignas, repiten los mismos esquemas de pelmez y aburrimiento que consideran dogmas de fe: y encima se creen superiores moralmente a todos en todo, cuando sólo andan sublimados en la soberbia del ignorante, en la risita de suficiencia del tonto, en el ridículo del adolescente perpetuo encantado de conocerse a sí mismo.
Pero de todo hallan beneficio, en eso, no encuentran la generosidad de la que alardean.
Y no se dan cuenta de que están en evidencia: oiga, que el psoe apoya a los nazis en Ucrania, “la coyuntura” oiga, que el pp está aislado y abandonado por sus votantes “ los números sin fondo y la ciencia sin sentido nos dan la razón” oiga, que los sindicalistas sólo son neocapataces crueles con el trabajador “la legislación vigente” oiga, que las ong sustentan su bondad en quedarse el dinero recogido del estado en la causa que es justificación de su saqueo, y tan sólo roban y nada hacen “pero tienen buena voluntad” Oigan que la paradoja constante y esquizofrénica denunciada en “Desertores del arado” de banderas falsas y propagandas banales sólo está dando como resultado la nada, el vacío, la rendición, la esclavitud y la estupidez “hay que ser asertivos, proactivos, con empatía” oiga, que esos neopalabros que nada dicen y todo justifican son simplemente el asumir la condición de esclavos con alegría “hay que empoderar” que usted mal traduzca un termino sajón al castellano por su sonoridad, no le da valor como palabra a nada, ni significante, ni significado, sólo evidencia la capacidad de aburrimiento de las amargadas, que no se porqué parece que estamos en la obligación de aguantarlas todos.
Y mientras tanto, el sistema nacional eléctrico, que funcionaba y era de la nación española, ha sido vendido a codiciosos y en ello andamos, pagando la tontería de la “modernización” de F. Glez al que deberíamos quemar en pública hoguera, con todos sus lacayos para ejemplo y solaz; y mientras tanto, pasando del tribunal de las aguas que ha regido bien durante más de mil años, se da por privada el agua para engordar codiciosos, y nadie dice que el agua es del pueblo, que es la tierra; y mientras tanto, somos vendidos como esclavos y con la excusa del impuesto, se nos expropia vía expeditiva el sueldo, salario, ganancia o beneficio para un amo que rige los sistemas financieros desde Alemania “por nuestro bien” y que hace muy bien su trabajo financiero para el sistema financiero justificando nuestra venta al sistema financiero y además es aplaudido por la hez política, desconociendo que han caído en una trampa lógica de conversación sin sentido, como esos números sin fondo.
En el altar del templo de Babilonia, Jerjes ríe de gusto, no sabe que será derrotado, que siempre es derrotado, que al final a la civilización la salvamos trescientos que morimos. Y mientras tanto, del último gañán al primer Borbón, van haciendo caja y escondiendo el botín, creyendo que van a quedar impunes.
Y si no es bastante desgracia, la ordinariez de los pantalones cortos de las mujeres, que así todas parecen ristras de morcillas, bien embutidas; la vulgaridad de la ropa habitual, la ordinariez como norma y la ausencia total de estilo, elegancia, clase y personalidad en todas.
La modernidad sólo es sumisión a la moda, esclavitud al páramo industrial; no hay un avance en nada, sólo sumisión a los dictados de la moda, en todo, obedeciendo a amos crueles, y la gente, tan contenta: lo dicho, al final, a la hora de verdad sólo quedamos trescientos y además morimos.
Por eso hay que ir despabilando, que la guerra comenzó, y la gente no se entera.
Y todos suburbializados, y todos encajonados, etiquetados, sumidos en un espacio soez para la vida, encajonados por una burocracia rastrera y ramplona, de autojustificación, y todos sometidos a todo control por parte de la amargura, de la insatisfacción, del infantilismo déspota que detentan, y nunca tienen bastante, y condenan y santifican por lo civil, y se encuentran divinos en sus magmas de cocaína y furcias, y se quedan tan orondos, mientras, en España hay hambre: y lo que es peor, esclavitud,
Ellos, se quedan tan orondos.