sábado, 31 de enero de 2009

Cultivando

Somos producto de nuestra cultura, del conocimiento acumulado, de la conducta, del momento y de nuestra propia condición, con nuestras limitaciones y grandezas.

Definida la tierra como un sistema complejo de subsistemas el hombre es el único que se adapta a todos; los transforma y los aprovecha: esto es posible por la cultura: se transmite por precepto entre generaciones y se salvaguarda por el castigo a los miembros que rehúsan seguir las normas. La vida social no implica cultura: las hormigas con su compleja trama social, no tiene cultura. La cultura es consecuencia del complejo y plástico sistema nervioso del hombre, que le permite ajustar la conducta sin hacer modificaciones biológicas de su organismo: sólo en el hombre el sistema nervioso tiene la complejidad y adaptabilidad para mantener la cultura por raciocinio y el lenguaje: la cultura existe por la comunicación. Y no está en la estructura biológica del hombre: reside en ella, pero no es tangible ni mensurable.

En el paleolítico el hombre empieza a fabricar artefactos: ahora los clasificamos. La transmisión del conocimiento de como se hacen artefactos implica al lenguaje: se ordena y clasifica el ambiente, e implica la creación de verbos para poder transmitir como las cosas pueden actuar o recibir la acción.

Y tal secuencia genera la evolución hasta la sociedad actual: la religión se constituye como el precepto sine qua non para poder ser una sociedad evolutiva: no es casual que la evolución, el capitalismo, la riqueza y los avances provengan del cristianismo (lamentablemente, los deshechos generan a los progres, no todo podía ser bueno) Y por tanto nos debemos a la estructura social y en ella elaboramos nuestra conducta; y nos debemos a nosotros mismos en la medida en que debemos asumirnos, al ser porteadores de cultura, en nuestra propia esencia; y sólo así podemos ser individuos con vidas plenas; viviendo, no estando: hay quien pasará por la tierra y sólo habrá hecho sombra.

Cualquier tipo de relación establece un idioma propio: el más evidente es el de los amantes, que resulta pasteloso cuando es público; el común es el familiar: cuando alguien nuevo ingresa en otra familia, se adecua a los giros lingüísticos propios y quizá aporta algo. En esa relación se establece la sociedad: de ese modo, el supraorganismo se configura con una validez implacable: individuo, familia, tribu o clan, municipio, estado. La formación del individuo dentro de la familia le da las pautas de conducta internas, o sea la pertenencia a una intimidad compartida, y las formas de relación con el resto de organismos que componen la configuración de la civilización: se establece así la conducta, siendo la liturgia la forma más elaborada de relación de la sociedad respecto a sí misma.

Se elabora de ese modo una sociedad. se construye la cultura y la civilización.

La transgresión de la pauta de comunicación establecida, siempre es causa de reorganización: en los amantes, en las familias, en el estado: cuando alguien traiciona o rompe la unidad establecida, causa en el resto una reacción íntima: de desubicación, de traición, de dolor, de levedad; pero nunca queda impoluta: la venganza, en esos casos es necesaria: la cultura se venga a sí misma, los humanos también: las amenazas no son sino una especie de vacuna autoreferencial “no me dañes porque yo te haya dañado” y socialmente causan una reacción normalmente interiorizada pero siempre irreversible.

En la cultura, las cosas funcionan así: la desviación de las pautas culturales además de producir los desmanes que andamos padeciendo, crean individuos desorientados y por ende, desindividualizados: ¿a quien interesa eso?

En el proceso de maduración personal se elabora uno su propia leyenda personal que le sirve para entrar en el proceso de ser adulto: para ser maduro, el proceso es liberarse de la propia leyenda personal; proceso sistematizado en nuestra cultura, pero sistemáticamente obviado, porque es mejor eternos adolescentes mal envejecidos que personas maduras. El proceso intimo y a veces doloroso, si da un pauta para la maduración, pero sobre todo es el conócete a ti mismo: si nadie lo hace y a nadie se le exige, quien lo haga se le estigmatiza: se premia la banalidad y la copia frente a la excelencia y al original. La falta de maduración lleva a la soberbia, que es el pecado original en la cultura.

Si además el individuo confía a sus peculiaridades, pues las cosas suceden de maneras extrañas: así, ahora tenemos la España que tenemos, deplorable. Y no por ignorancia, hasta Nietsche definió estas situaciones:

Nietzsche a la conciencia individual y pública degradada: le llamó ressentiment, resentimiento. Cuando un hombre se siente ante sí mismo inferior y pequeño por carecer de ciertas aptitudes —inteligencia, valentía o elegancia— trata veladamente de afirmar ante su propia vista negando el valor de esas cualidades en el otro.

La esquizofrenia es una enfermedad familiar, social nunca individual, sólo definida por el grado: si todos estamos en un magma de relativismo y banalidad, los que lo vemos somos o hiperlúcidos, o enfermos para los demás; el grado de esquizofrenia es tan sólo la ecuación que resulta de mezclar el desarrollo íntimo de la persona hasta la madurez - o no - y su inmersión en la cultura y la sociedad: lo extraordinario son los genios: Dalí, Tip, Torrente Ballester, Ignacio Tomás; lo que no manifiesta su cualidad pasmando a la sociedad es considerado enfermo y mediatizado como tal.

La alarma que debe saltar es que mierda de sociedad estamos manteniendo construyendo y desarrollando en la cual el individuo que existe como tal ha de ser aniquilado: la enfermedad social está más que presente; los problemas de los individuos exigen un proceso de maduración social que pasa por cambiar la enseñanza a todos los niveles, y dejar pasar generaciones hasta que los hombres lo sean: conscientes de su propia libertad: todo lo que no vaya del individuo hacia arriba, es letal. Todo lo que sea justificable por la norma social, alejado de la conducta, es destructivo y retardante.

En la evolución andamos y la cultura que nos constituye necesita de nuestra reflexión individual.

Nadie es culto: pertenecemos a la cultura y formamos parte de ella, la enriquecemos o empobrecemos, pero estaba antes que nosotros, pervivirá después: el hombre no es per se, pero para saberlo hay que eliminar el colectivismo y dar su amplio valor al individuo.

El hombre lo es a partir del momento en que es social y como tal establece su vida y su organización. La evolución no es tanto la física a partir de ese momento como la cultural; la evolución no se detiene, pero deja su relevancia a la cultura. Que inventa el bifaz y el cuchillo, el ordenador y la paella.

El sistema de organización a partir de que el hombre es social será lo que defina la existencia, pervivencia, desarrollo y evolución de la cultura. Que comienza presumiblemente por una serie de simples normas que irán evolucionando y elaborándose en su complejidad hasta llegar a la suma de conocimiento y sabiduría que es el origen de la realidad, ahora.

Comienza a desarrollarse el hombre a partir de ser social, y a partir de ahí se elaboran las normas básicas: la conducta.

La conducta es la forma de relacionarse y como tal es una parte importante de la función social del hombre. El comportamiento es una característica de la conducta.

Pero la transmisión y desarrollo de la conducta necesita maneras de transmisión: el hombre lo es porque habla, y por eso se hace social.

La lengua es un sistema de signos con unas reglas de combinación: esto favorece la comunicación y la transmisión, y por tanto la enseñanza.

Esto son aspectos de patrones culturales, pero no son la cultura, son rasgos distintivos, pero no son la cultura.

La cultura se transmite por precepto a cada nueva generación. Que la recoge, usa, perfecciona, descarta, aporta, y la transmite, y así evoluciona la sociedad.

El sistema nervioso humano, plástico y evolucionado permite ajustar la conducta sin hacer cambios en el organismo. Eso es el raciocinio: memoria para los detalles, y el lenguaje.

La cultura descansa en el mecanismo físico del hombre y de este surge, pero no es algo físico. La cultura existe antes de nacer y pervive después de morir: porteamos cultura y creamos cultura, pero no somos ni tenemos cultura.

Los patrones de conducta establecen la norma de desarrollo social. Como los patrones son seleccionados en su propio uso, se establecen hábitos que conforme a su rigor y universalidad se convierten en normas al transcurso de las generaciones; las desviaciones de la norma conforme más avanza el tiempo más pasan de ser costumbres a ser desviaciones. De este modo conforme los niños van aprendiendo, se va estableciendo un patrón de normas, y las desviaciones acaban por ser sancionadas. No implica esto homogeneidad: en la norma hay variedad, la desviación es castigada, de uno u otro modo.

Debidamente evolucionado, es imposible que ningún individuo pueda manifestar todos los rasgos de su sociedad, ni nadie puede enumerarlos.

La cultura pues es una elaboración de hombres, inteligencia, y tiempo. La configuración de una cultura con normas elaboradas con criterios más amplios o con mayor recorrido asumirá a la cultura que sea de menor recorrido: tal sucedió cuando los moros invadieron España, que tan sólo se romanizaron y continuaron con ese proceso.

Nuestra cultura en el paleolítico empezó a manipular las piedras para hacer instrumentos; de ahí sigue todo un proceso evolutivo; que ahora se sigan haciendo manipulaciones de las piedras para hacer lapidaciones es un buen hito para la comparación de rasgos identitarios y de conducta, que no culturales.

La elaboración, multiplicación, desarrollo y descarte de usos y costumbres ha sido el modo en el que se ha enriquecido y ampliado el proceso cultural; por eso no son procesos de ceremonia tribal lo que nos conforma sino hábitos culturales.

Llegado un momento en la evolución cultural, el conjunto de normas hábitos costumbres y prohibiciones, se van sistematizando y a su vez contando su génesis, y nace la Biblia; se va evolucionando y en un momento de ruptura cultural, aparece el evangelio, el nuevo estado de las cosas, resumido, ampliado, perfeccionado, deshojado, expurgado y con la asunción de los elementos a conservar, eliminación de lo superfluo, y con una novedad: un sistema de cuidado y perpetuación de la cultura, lo cual debería ser la iglesia católica.

Y por difusión, se elabora occidente, que es la cultura, la civilización: no hay culturas o civilizaciones, hay conductas, pero sólo una cultura y una civilización, que origina monstruos como Stalin, pero también el capitalismo y la Madre Teresa. Y a fecha de hoy, es demasiado evidente: la codicia hace que los de las conductas perversas quieran apropiarse de la evolucionada, para por codicia “tener” lo que no pueden “ser” en vez de hacer su propia evolución o asumirse a la civilización.

En eso entra la estrategia de la confusión, de hacer norma de las desviaciones de la conducta que en la evolución de la cultura originaron su descarte dentro del sistema, cuando no su rechazo, generado por la propia evolución de la cultura en fases de debilitamiento e indolencia, decadencia y desdoro: por eso la progrez campa por sus anchas, y el debate social es lo que es, que es de vergüenza.

La religión se configura como el depósito de la cultura y el argumentario y repositorio de la esencia de la cultura y de los patrones de conducta, la esencia del desarrollo, la esencia de la cultura: la explicación de quienes somos (conjunto) y como hemos llegado hasta aquí; la explicación de toda nuestra historia evolutiva como resumen y preceptiva.

El evangelio da la pauta no para lo social sólo, sino también para el individuo en sí mismo; algo que para la soberbia postilustrada debía ser exonerado del proceso cultural y nació la psicología directamente como fracaso: la condición del ser humano es como parte de una conducta, cultura, civilización y religión transmitida por el lenguaje y no como un ajuste mecánico a las condiciones del entorno inmediato o a las necesidades momentáneas de un determinado stress social, ajuste o condición: el ser humano es en sí mismo, y cada persona lo es en sí mismo, es el proceso de conocimiento: el conocerse a uno mismo, por eso es necesaria la cultura, y se inventó el sistema: escuela, universidad….. para poder llegar a saber uno mismo quien es, lejos de toda afectación y cosmética, ajeno a la presión social momentánea, y es un proceso íntimo, personal, único e intransferible, y desde luego no mecanizable.

En eso, la religión tiene unas pautas, métodos y sistemas para el conocimiento, y además ha desarrollado medios para la prevención de la enfermedad, mediante la transmisión cultural establecida, en el orden de la historia como la especie manda: individuo, familia, municipio.

El desviarse socialmente de la norma, es la forma de la soberbia: podemos salvar la tierra, luego somos dioses. Y el resultado está a la vista; la forma de hacerlo es la confusión, y en ello estamos, en ello vivimos. Y la iglesia católica no es ajena a la ceremonia de la confusión, lo cual ni consuela, ni beneficia, ni es bueno.

La naturaleza de la cultura es el desarrollo del hombre en el medio: el hombre ha usado y condicionado al medio en la misma medida que el medio lo ha condicionado a él, y de ese modo hemos evolucionado hasta llegar aquí; aunque éste sea un momento de decadencia, irremisible.

Amanece

viernes, 30 de enero de 2009

Al borde de la senda infinita

La senda está trazada. Desde la Lex Augusta hasta hoy, viniendo de los jardines colgantes de Babilonia que pasaban por las Thermópilas mientras Justine se bañaba en el lago Mareotis y Antinoo se suicidaba en el Nilo por Amor a su patria más que a su emperador, la senda es continua: la senda infinita que simplemente se camina: vamos, llegaremos: jefe la faena está hecha, vuelvo a casa, vuelvo al camino, hasta que cantemos el nunc dimmittis y ahí se acabó. O no. Pero nada somos, y más nos empeñamos en nuestra propia identidad más la perdemos: el hecho individual se pierde en la historia; la persona nada importa, realmente ¿a quien le importa ahora no ya Cervantes: Dalí? tan sólo su obra; lo otro lo llamamos estudio, tan sólo pretendemos asumirnos mejor a nuestra cultura indagando a las personas: que no somos por nosotros sino por la cultura que nos constituye y organiza.

Que ni la hemos inventado, ni realmente la poseemos; más la intuimos y le pertenecemos que la elaboramos.

La expresión más elevada de las normas de conducta y de la conservación cultural es el evangelio: el resumen, la pauta.

Entra dentro de la normalidad de crecimiento personal inventar el mundo; nada nuevo bajo el sol; forma parte de nuestra educación el asombrarnos de la capacidad del lenguaje para crear la ciencia, y poder entender el mundo con otro idioma que el percibido en el entorno inmediato: pero la ciencia sólo es un método de entender los fenómenos físicos; y por ende además limitada; el estudio nos devuelve siempre a nuestra esencia, siempre falible limitada y definida por el acceso a la máxima entropía y lo evanescente del tránsito: aunque venimos de Babilonia pasando por las Thermópilas, segundo piso, ascensor: Times Square es esquina de la plaza de los Marinos Efesios y mi vecino no es mejor que los íberos excavados: y además, la máxima expresión de la tecnología a fecha de hoy se refleja en los veleros de la Copa América, la navegación a vela es lo más evolucionado; y no es un chiste.

La Alhambra de Granada no es sino una casa romana, un poco excedida en su tamaño; las casas se conforman conforme al rigor de la familia y a sus necesidades, evolucionando en la estructura del pueblo, para ser a más porque las familias han ido prosperando, hasta que llegó la repugnante socialdemocracia, intentando unificar uniformizando a la gente: hasta en la vida intima. Han conseguido configurar la primera generación en la historia de la humanidad que deja menos herencia que la recibida: pero ellos tienen razón: efecto Dunning.

Las casas lo son porque son de las familias: no la hacen las paredes; el abandonar la estructura de pueblos de España es negar nuestro pasado, con campanarios y toques, para una presunta evolución cientifista hacia la nada: la insatisfacción es una de las cosas que mejor se ven en la sociedad. Y mientras no se vea que una sensación de origen lleva a la gente a los pueblos (que no urbanizaciones, estructuras perversas) esto no tendrá fin: la degradación es la ley: se niega a la familia, y así justificamos la perversa manipulación de la realidad.

Así justificamos la ridícula política energética y su dilapidar incesante, justificamos la negación de la cultura quitando crucifijos, justificamos cualquier crimen siempre que sea en nombre de la progrez, y degradamos a las personas en su ser y su bondad.

Hay que volver a los orígenes: teniendo principios, vendrán las soluciones.

Desde las centuriaciones romanas, el uso del suelo está bien estabulado; el uso del agua lo certifica el tribunal de las aguas; la ordenación del espacio por tanto sigue un curso establecido, que viene de Roma y lleva al transbordador espacial. Las ensoñaciones de película de risa de dominar la humanidad y que caigan absolutamente todos rendidos a mis pies por mi sabiduría y humildad es lo propio de un niño que crece; impropio de cualquier persona madura: infumable en un gobernante o aspirante.

El desarrollo de la civilización ha llevado la ampliación del imperio Romano; y ese camino es el que recursivamente ha dado soluciones, y no ha generado problemas: la envidia suscitada devino en una invasión mora, que vinieron en pateras, como ahora, aparentando lo que no eran, y toda la morralla detrás: no aportaron nada, rompieron todo y luego lloraron su pérdida, pero no repicaron lo hecho al otro lado del Atlas: eso si, odiaron a tope, mantienen el odio, no lo disuelven trabajando, hasta que llegue el día de generar nuevos odios.

El proceso de decadencia es el proceso de postmodernismo y la corrección política: la disolución semántica de todo significado rotundo hace que cualquier cosa sea aceptable: así ponen bombas…”pero no explotaron” o no hicieron daño…de casualidad; “no tenían intención” quien no tiene intención de hacer daño, no pone una bomba. Quien pone una bomba es un asesino. Quien rebaja disolviéndolo en adjetivos su memez es un gilipollas; quien da pábulo a semejante sistema es un colaborador activo, pasivo y circunflejo: en éste momento, no hay ninguna duda de la connivencia en la negociación con las bandas de asesinos. Cuando lleguen elecciones, cualquier voto va en abundancia de su infamia: cualquier voto a cualquier formación: sólo la destrucción de éste sistema es lo bueno, lo demás es fomentar el mal y a esas bandas; enrocarse en adjetivos para autojustificarse, otra infamia.

Ahora dejan de hablar mal de la construcción las TV tan progres, y por supuesto ya no se meten con constructores: se ha sabido sus socios, y eso no es políticamente correcto.

Solucionar los problemas de suelo en España, es fácil: sígase con la lex Augusta, y las cosas solas rodarán y se generará riqueza: pero no; hasta los más conspicuos se entregan a modos foráneos y religiones extranjeras de alta infalibilidad.

El creer que comprendemos el mundo y que podemos rendirlo a nuestro placer forma parte de nuestro crecimiento; el darnos cuenta de que no, es la maduración. Instalarnos por todo o por parciales en una adolescencia sin solventar es lo válido a fecha de hoy: véase la casta política, y demás engendros en general; queda como afición lo que fue pasión; y vamos progresando, con cierta tendencia a la humildad que se percibe claramente en algunos; se desconoce en la soberbia, se ignora en la progrez: pero que les vas a pedir: no dan para más.

La ciencia es necesaria; se manifiesta en la tecnología, es la herramienta; pero de ello hacer un paradigma de lo humano o asumirlo a una religión, es una falacia per se, además de índole científica: es la incompletitud de Gödel. Rendirse a la evidencia implica dos cosas: que se madura como persona despersonalizándose uno mismo asume quien es, y que se ve las cosas con la necesaria perspectiva: negar que nuestra cultura lo es por la religión, obviar eso, relativizarlo o negarlo, es una estupidez; negar las catedrales, es negarse a sí mismos, y ante esa patología enfermiza pueril e indecente, se ha de enfrentar la familia, pero no ha de asumirla la sociedad. Que digan lo que quieran: sólo hay una cultura, la cristiana, que no es casual que el mundo civilizado lo sea por el cristianismo; que no es casual la barbarie y el hambre en el resto.

Siento mucha impotencia cuando se me habla de sincretismos, o de diálogo, o cuando los cristianos se prestan al juego de “comparar” teologías: solo hay una teología, la católica. Lo otro, dejémoslo.

Pero la comparación es otra: mucho más evidente: denme un sitio donde traten mejor a las mujeres que en el mundo cristiano; denme otro lugar donde haya comparables a las catedrales góticas, a Dalí; denme escritores del nivel de Torrente Ballester; denme algo que pueda ponerse “cerca” de Bach. ¿algo comparable a Blade Runner?

Que no sea creyente no implica mi estupidez: quien se instale en ello como una religión sólo manifiesta su estulticia; la sustitución por “algos” es sólo una muestra de debilidad mental.

El hombre lo es porque asume su pasado y se proyecta al futuro: desde la Lex Augusta, a la estación espacial; el hombre lo es para si mismo y por ende para la humanidad: son los progres los primeros que en la historia de la humanidad como generación van a dejar menos herencia de la que han recibido: de victoria en victoria hasta la derrota final, destrozan y no crean: ese es el problema del mundo civilizado, hoy.

Asumamos quienes somos, que si no no sabremos a donde vamos, porque nunca sabremos de donde venimos.

La senda está trazada: el camino nos perpetúa. Avancemos.

Amanece

jueves, 29 de enero de 2009

Blogging


" A mi esto me parece abecerrante!!!!"

Lo infinitamente robado

Como un fractal de Mandelbrot se configura la realidad: del mismo modo que el formuló para estudiar el tamaño de las costas la imposibilidad de ir de un sitio a otro, porque demuestra la paradoja de Aquiles y la tortuga, gran constructo matemático que se aleja de la realidad en la misma medida en que se profundiza, y demuestra de este modo que la realidad es imposible: ergo existe; el aprendizaje es claro, sin alejarse demasiado de lo infinitamente grande a lo infinitamente pequeño: traspolado a la realidad es lo que está sucediendo: cantidades infinitamente grandes cada vez mas necesarias para hacer cosas mas infinitamente nimias: por el camino el dinero como el aceite deja manchas. Lo que interesa al final son las manchas; se utiliza la ciencia como gran protofabricante de manchas para poder forrar a tintoreros de la realidad, aprovechados.

La confusión siempre es producto del lenguaje: en él se configura y genera, se difunde y transmite; la confusión siempre lleva aparejada ignorancia: del transmisor normalmente, del que genera la información casi siempre, del que la transmite siempre; por eso es importante siempre ir a las fuentes para poder entender las cosas. Imaginemos a alguien explicando este razonamiento, con sólo el conocimiento de la existencia de las fractales, a otra persona, hasta el infinito: el magma de confusión se iría incrementando exponencialmente, porque a cada ignorancia se superpone una ignorancia mayor, estamos siempre limitados, que nos limita nuestra propia limitación; dato consciente en el proceso de maduración, y no siempre: en el Evangelio lo dicen mejor que yo: “hay algunos puntos difíciles de comprender, puntos que los que carecen de instrucción y firmeza interpretan erróneamente” [2 Pe 3,16]. Y la cita la tomo del Majao; el proceso de maduración es el proceso de cambio y adquisición y respeto al lenguaje realmente; el proceso de maduración no es social sino personal, intransferible íntimo y privado.

El coronel Buendía después de perder todas las revoluciones que había tramado, se retiró a su casa a montar pececitos de plata. Algunos, después de enfrentarse a la vida y ver que quizá no era eso, nos aficionamos a los ordenadores. En ambos casos, hacíamos lo mismo. Desde que empezamos a chatear algunos seguimos con verdadera pasión el desarrollo de la red; no defrauda. Cualquiera, o sea, yo, puede escribir lo que quiera de lo que quiera, y eso parece divertido. Vayamos pues a ello.

Los burócratas están empeñados en “legalizar la realidad” y la actividad de ciberescritores anda disparada con este tema y la decisión del gobierno de suprimir los nombres de padre y madre. En la juventud primera todos pensamos tener la capacidad de modificar la realidad a una realidad perfecta, esa soberbia desmedida la cura el tiempo, porque todos vamos afectados de pasiones y al final la condición humana se impone: la realidad esta bien como está, alcanzó un equilibrio difícil de cuajar cuando tantos factores confluyen, y lo que debemos de hacer es mejorarnos a nosotros mismos e intentar vivir bien; cuando se permanece en eterno estado de puerilidad, al final si coges poder lo que haces es construir la realidad a la medida de tus ansias; lo que haces, es letal para todos, incluido para ti; modificar el lenguaje para modificar las cosas nombradas es mala percepción de la realidad; cambiar el nombre a padre y madre por una palabrería cientifista y supuestamente aséptica sólo es una cosa: una cursilada, y, quien lo hace, un cursi. Y no tiene otro nombre, están inventando además un lenguaje oficial, cuajado de adjetivos banales que intenta cuajar la realidad a una oficialidad falaz y perversa, pero que a ellos les apaña para sus objetivos (objetivos unívocos de los políticos españoles: sea lo que sea, sea yo el protagonista)

Desvirtuando el lenguaje se crea confusión; engañando con cursiladas a la gente se la desorienta, pero nadie es tonto: poco tiempo tardan en darse cuenta, poco tardarán en reaccionar. A la gente ellos le llaman el pueblo; para sentirse distinguidos, le llaman el pueblo anónimo. En la red el anonimato es una opción divertida; pero la red empieza a dejarlos fuera de esa realidad encajada en un corsé a su medida; ante tanto desmán como esta viviendo el mundo civilizado, cada día veremos con mayor asombro como la voz de la gente se impondrá sobre toda esa gentuza mentirosa; y sólo quedará sin información y sin opinión el que quiera estarlo, o prefiera que otros piensen por ellos.

Mayor proceso de cambio cultural que el neolítico es la red; seguiremos viéndolo.

Amanece

miércoles, 28 de enero de 2009

Hola Nick ¿has traído la penicilina?

Anochece

Inauguración del temporal

La condición cultural y el aspecto sabio, la apariencia inteligible nos la da la cultura.

Se fundamenta en el plástico y complejo sistema nervioso del hombre: lo que le permite hacer ajustes en la conducta sin pasar por una modificación biológica de su organismo. Esto diferencia al hombre: solo él ha hecho la adecuación del sistema nervioso de tal manera que se adapta y crea, para poder generar la cultura; para poder generar un sistema simbólico de relación: el lenguaje.

La cultura, en términos de estudios de biología será pues será el punto más elevado de la evolución. Spencer y Kroeber lo llamaron el nivel supraorgánico: descansa en el mecanismo físico orgánico del hombre, y emerge de él, pero no está en la estructura orgánica del hombre. Los católicos lo llaman el alma.

La cultura existe antes de nuestro nacimiento y pervive después de nuestra muerte: somos portadores de cultura, pero es anónima, está por encima del individuo.

No somos más que nuestra cultura: no somos sino una parte de la cultura, sólo una pequeña traza de la humanidad, la raya de tiza del niño en la pared de Paradiso.

La evolución pues se ha producido en el aspecto físico del hombre respecto a sí mismo, pero falta un término acorde en la ecuación: el hombre no es producto del medio, se inserta en el medio y se relaciona con él, pero no es causa del medio. El hombre condiciona al medio ambiente en la misma medida en que es condicionado por él; el hombre no es una estructura cultural ajena al medio en que se desenvuelve, sino que el hombre en la medida en que actúa sobre el medio y se acondiciona a él es parte del medio y hace al medio parte suya: no es ajeno pues el hombre al medio, ni son estructuras que haya que definir o calificar separadamente.

Y claro, desde que en el neolítico el hombre empieza a acondicionar el medio, con la evolución filogenética de las especies, la escalda pasa a ser trigo, el perro y el caballo, el buey y los frutos, y todo por la acción antrópica y del tiempo empieza a ser alterado genéticamente y empieza a conformar el paisaje visual y el paisaje del hombre; cambia su dieta en la medida que cambia el paisaje, y cambia el paisaje y cambia su dieta y así hemos evolucionado; y así seguimos evolucionando; y así seguimos alterando genéticamente las especies y planteándonos dudas morales sobre lo ético[curioso: la ética sólo se plantea socialmente respecto a la modificación del paisaje, de las especies o de los vegetales; nunca respecto a la modificación del hombre]

El hombre, con su plástico complejo cultural y su medio ambiente modificado, hace evolucionar la cultura; el hombre toma la tierra y se hace simbiótico total con toda ella; aunque algunos no lo admitan, la tierra es el hombre.

Y la cultura hace al hombre.

La cultura es la reja del arado y es la tv; es éste ordenador y es el amor; es el apareamiento sexual y es la concepción de la vida y la muerte; es la soledad y la pareja: la cultura es el referente que nos da la medida de las cosas; que nos hace y nos condiciona al punto que la cultura es la que crea a Beethoven y Bach; inventa la música y el hombre pone los músicos, de la misma manera que la tierra inventa el agua y el hombre pone las huertas.

Porque el agua está, estuvo y estará, pero su uso y gestión adecuada en ese vasto complejo relacional que es la cultura corresponde al hombre: lo sabemos en Valencia, lo sé en Buñol. No es casualidad que el tribunal más antiguo del mundo esté en Valencia; no es banal que sea el Tribunal de las Aguas; no es trivial que sea producto del pueblo y de sus necesidades y anhelos.

Y no es baladí que sea Valencia la que ha hecho del uso y disfrute del agua una extensión tan sabia de la cultura que está tan presente en nuestra vida y nuestro concebir real que ni siquiera nos damos cuenta; y no es casualidad que el correcto uso y disfrute del agua tal y como el mundo copia, sea en España; de origen Español y nuestro. La palabrería y la mitología de andar por casa le quieren atribuir tal mérito a los moros; razonamiento falaz: si ellos hubieran sabido crear un artefacto cultural de tan elevado rango que supiera utilizar sabiamente el agua y la tierra ¿no habrían reproducido ése esquema al norte de áfrica, en Alejandría, o junto al Mar Rojo? El agua y los riegos son Españoles, la organización del espacio lo es, y su uso también: quien fuera el albañil no es relevante, el arquitecto fué nuestra cultura.

Si soy de Buñol y sabemos ahí jugar con el agua; en el resto de Valencia, también.

Y no sólo con el agua. En Buñol la gente, agrupada en la taberna y con adecuados niveles de vino formaron bandas de música. No haría mal el vino, son los músicos más valorados de la tierra; en toda Valencia hay un nivel musical impresionante; la categoría de ejecución es soberbia.

Buñol, Valencia, dominó el viento y sus bandas de música generan huracanes debidamente constreñidos al fagot, a la tuba, estructurados en nota y tocados con compás, acordes con el resto generando una belleza efímera y esencialmente de una gran sofisticación cultural.

Si, el levante Español dominó el agua y el viento. Y se que habéis seguido el razonamiento y ahora me hablareis de las fallas y la dominación del fuego, y la impresionante cultura del fuego y de la música, del homenaje a la tierra y su gente; tierra roturada seccionada y labrada; arrastrada y cultivada, mojada para el arroz, seca en mi pueblo; tierra que hace hombres que trabajaron la tierra: así que tendremos todos los elementos telúricos conjugados en un espacio concreto; en una evolución cronológica discreta y sincrónica, como una variación Goldberg; colocados sabiamente sobre la tierra, los hombres evolucionaron; España evolucionó, y yo voy y os lo cuento.

En este momento de distorsión y ruido, de desenfreno cultural y frenesí social, es penoso observar que se ha obviado toda esta gran conspiración del hombre, el medio, la historia y la cultura dando paso a una sociedad frívola y degradada; pero el tiempo y el hombre son parte de la cultura y evolucionarán, a pesar de ellos mismos: y en las universidades Valencianas se estudiará las fallas como arte, que no se hace: depositaron su fe en subproductos extranjeros de alta infalibilidad; en los conservatorios se agilizarán y modernizarán los estudios: de la maravilla técnica pasaremos a ver grandes creadores musicales y grandes obras para nuestro placer; dejaremos de insultar al medio que somos y empezaremos a manipularlo igual que nos manipula, y será algo bonito.

Amanece

martes, 27 de enero de 2009

Cátedra

La mejor canción de todos los tiempos, con la más acertada música y la letra más sentida y sencillamente profunda:




Y ahora su segundo disco, puro sentimiento:

Coeficiente del Azimuth

Haber fatigado bibliotecas y haberse enfrentado a las fuentes y al latín, haber visto las entrañas de la tierra o haber constatado la evolución: haber constatado la evolución tecnológica, porque cada día es más palpable que aunque el número de habitantes crece, la inteligencia permanece constante, y resultan más sabios con menos palabras los medievales que nosotros en conjunto y de un implacable vigor Íberos y Romanos: evolucionó Roma, con su decadencia se hizo invisible pero no somos más que Roma con más tiempo, aunque se empeñen los profesionales de las burocracias en ser una Roma envilecida no somos más que aspirantes a la ciudadanía romana, pero la mayoría se olvidaron de estudiar para el examen.

El paradigma europeo del conocimiento es Erasmo: para muchas cosas prefiero a Luis Vives, pero es menos conocido; en todo caso; a estas horas he manejado más datos e informes de los que ellos pudieran sospechar en toda su vida; el volumen y la transmisión de datos, implacablemente se nos hace de una facilidad pasmosa: tan sólo hay que saber leer (algo sólo para elegidos) y discernir: el discernimiento se alcanza al haber olvidado lo aprendido; pero claro, para poder hacerlo primero hay que haberlo aprendido; así que los sabios de la legua ponen cara de haber olvidado sin haber aprendido jamás, y ni son sabios ni leches: sólo montones de maquillaje y actitudes de ofensas virginales, cuando van ofendiendo a la realidad con su simple presencia.

Llegarán a viejos sin haber sido jamás adultos.

La evolución tecnológica nos permite lo que no para Vives, sino incluso para Verne hubiera sido una herramienta venerable. La obra de alguien, la tuya, toda la obra, es posible, reflejable, visible y cuestionable, sobre todo por tí mismo; repasable y reconfigurable: sobre bases sólidas vas elaborando tu propia historia, que te cuentas a tí mismo mientras la vas viviendo: Algunos.

Ya Erasmo refiere los problemas de quien ahonda en la vida y no se queda en la superficie:

La sabiduría hace a las personas tímidas, por lo cual veis fácilmente a los sabios en la pobreza, en la estrechez y en la oscuridad, despreciados, desconocidos y olvidados. En tanto a los estultos afluye el dinero, tienen en las manos la gobernación del Estado y, en fin, prosperan de todos modos.

Elogio de la locura: Erasmo en Rotterdam al fin y al cabo no es sino alguien privilegiado: tenía acceso a una imprenta; no todos lo tenían: ahora no vale esa excusa para nada; para nadie: a la hora que la gente entra a trabajar, saco yo a pasear mis perros: aproximadamente a las ocho de la mañana, la gente entra a las oficinas y yo ya he recibido para ese día más información que Erasmo en toda su vida, simplemente con el volumen diario del feed reader manejo directamente volúmenes de información que le hubieran resultado impensables. Si a esto añadimos mi capacidad de procesar la información, producto de mi trayectoria pasada y el avatar propio, en un día podemos mover más información que la acumulada por toda la humanidad hasta el siglo XX.

La información entonces es el logro de nuestra generación: nada que ver con la edad, sino con que somos la generación friki, flipados por Internet pero usuarios avanzados y avezados; no tanto preocupados por caber dentro del encorsetamiento ceremonial como por saber y llegar a la génesis de las cosas: a pesar de la tibieza la cursilería y lo políticamente correcto, nombres que enmascaran el miedo y la indolencia, nosotros caemos en el calor o el frío, el si o el no, el acierto y el error, y como tal lo asumimos. Nos volcamos al ordenador al punto que nos denigraron; ahora para muchos somos necesarios, para otros imprescindibles. Para todos, “a proteger”, nos tratan con condescendencia, lo propio de los que se saben inferiores: pero sabemos donde esta la información, y conocemos el camino al conocimiento, aunque no somos poseedores de él per se; sabemos donde está el camino con certeza; esa luz no nos falta, pero eso no nos hace sabios; tampoco nos hace socialmente reconocidos; al revés, se nos desprecia: el miedo de los que viven de la apariencia.

Erasmo nos reflejó, porque el conocimiento y la sabiduría no dependen del volumen de información procesado: un 286 es un ordenador que mucha gente ni sabrá que era. Ahora manejamos ordenadores infinitos; con un antepasado del 286 la NASA envió un hombre a la luna, y lo trajo de vuelta; con una pluma de Ganso, Cervantes escribió el Quijote; con bolígrafos, Torrente Ballester hizo la Saga/Fuga de JB; con medios anticuados se hicieron Las Meninas, con pocos medios Santa Teresa escribió: el medio no hace nada, la forma o el artilugio que se utilice no nos da la luz ni la sapiencia: pero tenemos más facilidades.

Aparentemente. Porque es muy fácil disimular y aparentar en la red, sabiduría, conocimiento, belleza….pero no hay nada oculto que no deba ser descubierto, ni nada secreto que no deba ser conocido: como siempre, alguien lo pensó antes que yo, alguien lo escribió mejor que yo, alguien lo hizo antes que yo: la cita es del Evangelio según San Lucas.

Realmente el elogio de la locura retrata una actitud que hoy día es norma sabida y por denostada realmente valorable: los frikis ya no somos monstruos de feria; la estulticia, a pesar de lo evidente sigue siendo la ley ¿se rige la sociedad por el mínimo común denominador? ¿Es lo necesario adecuarse a la realidad establecida por la expansión de la estulticia o es lícito quedarse al margen, al riesgo de la indigencia?

¿Acaso el encorsetamiento ceremonial no es sino una forma de domesticación necesaria para los infraseres?

¿Eousque tandem?

Manejamos cantidad de información y cantidades de información, pero no contentos con eso hemos sido nosotros los que hemos generado la universalidad [en cursi: el pueblo toma los instrumentos de propaganda] no contentos con además facilitar el acceso de la información a cualquiera en cualquier parte, hemos generado otras armas: podemos ser y hemos facilitado que cualquiera sea generador de información, distribuidor, y que pueda dar a la humanidad lo que quiera cuando quiera. Nosotros, los frikis, hemos conseguido que cualquiera pueda contar a quien quiera lo que quiera ¿realmente cuando nos llaman fachas, que dicen?

Ya no sueñan los frikis con información electrónica.

Se intenta controlar la red; El problema tal como se configura es muy simple: “podrás dar la información, cuando te autoricemos”; el problema es el miedo que tienen a la libertad: a que la gente diga lo que quiera, y cada cual lea lo que considere. Hagan lo que quieran; esa batalla ya la han perdido, en el sagrado nombre de la libertad.

Podrán legalizarnos o abrumarnos de leyes como pretenden los estultos, pero seguirá la cosa, sea aquí, sea allá; la persecución legal es imposible, la libertad tomó el frente electrónico y la gente no es tonta: a la gente ya no es lícito llamarnos pueblo, somos personas, ciudadanos, hombres libres pero no pueblo ni masa ni vulgo.

Ese es el frente ahora, esa es la batalla: la libertad de los individuos para dominar y manejar su vida y la información que los conforma y organiza.

Pero claro, como somos adecuados borregos ovejilmente educados, dejaremos todo el potencial de la creatividad de nuestras propias vidas en manos de los que verdaderamente saben “lo” que hay que hacer y velan por nuestra salud mental y adecuado desarrollo personal.

La ignorancia, el desconocimiento o la falta de información ya no sirven de excusa: ni para nosotros, ni para nadie; la mentira y la indolencia vital son una opción personal, pero quien quiera vivir en ese pecado (o el pecado) es por elección, no por falta de medios ni opciones para poder ser un hombre libre: si prefieres estar sujeto a una regla, unas normas y un corsé, será por tu decisión propia, y nada más: a nadie podemos culpar de nada mas que de lo que sean culpables.

Frivolizando: es elegir tu estilo.

Erasmo obtuvo la lucidez en su tiempo; nosotros debemos aspirar a alcanzarla: en el camino, hemos abierto el camino a todos los que quieran pasar. Esa es nuestra grandeza ¿alguna duda?

Tenemos una evolución tecnológica muy aprovechable; pero nada hemos evolucionado desde Roma (siendo optimistas: pienso que hay demasiado australopitecino por ahí bramando consignas) y desde luego, esto debería servir para mejorar sobre lo existente, no para usarlo como herramienta de degradación de los hombres; de alienación colectiva. En nuestras manos está, ya es cosa de individuos: mis lectores me han elegido: eso, me honra; cada cual elige a sus referentes, y me siento halagado de cada uno de ellos: ellos me constituyen.

Amanece

lunes, 26 de enero de 2009

Y en ella reposa mi paz

A raíz de la maldad de Milady: nadie ha sido jamás más mala; pérfida, perversa y depravada; se montó una discusión de lo malas que son las mujeres malas, y salió de ahí una secuencia de posts con las mujeres y los hombres y esas cosas, total nada: es la historia de la humanidad; un hombre y una mujer. Demostrado quedó que la metamujer es Aleta, la señora del Príncipe Valiente; pero los hombres han querido siempre a Apollonia, el amor nunca muere; que se quiere más alla de lo que se es capaz de soportar vivo; que siempre somos eternidad en el amor porque el amor nos constituye, a pesar de la crueldad de Nata, hasta después de muerta la siguen queriendo, la seguimos queriendo, porque somos los tres mosqueteros y milady; somos Blind Pew y somos las cuatro plumas; somos hombres porque somos carne de eternidad. Y sólo las mujeres nos dan consciencia de ser hombres. O a lo mejor eso era antes.
Hoy este post va dedicado, por el nombre: obvio; para Andrea que me arroja gatos desde la profundidad del personaje de los simpsons; Para Silvia, que tiene certezas: para Gon, que las ha de descubrir; Para Rocío, que subleva los sentidos por sosiego; para Lola, escondida en su discreción.

Ricardo Cocciante: Margherita: el amor y la pasión desatadas en un arrebato de pasión demasiado bien explicada.




Topología gramatica

El Cardenal Cisneros prohibió que se sirviera vino a Nebrija en toda la ciudad antes del anochecer: necesitaba de su talento y al parecer era propenso a disiparse, como todos los genios que en el mundo somos; prohibir, prohibía: pero también es cierto que le pagaba las facturas, no como los que prohíben ahora; prohíben, y además hemos de pagarles nosotros las facturas; y hay quien habla mal de Cisneros.

Demasiado hizo Cisneros por España: realmente la estructura de España hasta 1970 junto con la inquisición: ante las progreces de la época, sentó a todos los progres y les dijo la famosa frase “estos son mis poderes” dijo más de lo que dijo: hay cosas que no se discuten, hay cosas que ni se hablan, hay cosas que ni se plantean: pues han conseguido los progres que lo evidente se discuta: “yo no digo que haya de ser así pero hay que planteárselo” y con semejante cursilada, las memas hacen que por un momento se pare la conversación en el bar, cubren su afán de protagonismo, consiguen que yo huya despavorido de ellas y no dicen nada nunca de nada, pero eso si: son maravillosas: se lo dice su espejo que es un anuncio de cosméticos.

Hacen lo que sea por estar a la moda: así, se consideran ellas que son iguales-cuando no mejores- que sus envidiadas, que son las que marcan la pauta mundial: Nicole Kidman, Camerón Díaz, Sara Palin o Condoleza Rice: que por milagros de la propaganda, la progrez, y la estupidez ingénita a esos seres, ya no es negra ni mujer, ni nunca lo ha sido, ni ha subido muy alto, simplemente no es una victimista y desde luego su inteligencia existe, no como a las mojigatas que antes se les suponía: ahora ni eso, las ministras: que monas. Para todos esos seres y casi la mayoría de Catedráticos de la universidad española, la inteligencia es “eso que tienen los demás”

A pesar de Cisneros (yo lo sé) Nebrija hizo la gramática: gracias a Dios. A pesar de la miserable banda de políticos que ahora llevan el mundo atropelladamente a la ruina, pero siempre en la socialdemocracia, guai de la muerte: te lo juro, tía; el mundo sobrevivirá, aunque nos va costar cara la fiesta, la socialdemocracia siempre ha evolucionado igual, en las mismas dos direcciones: el comunismo de Stalin y el nazismo de Hitler: y nada más, nunca ha dado nada más de sí.

Véase la nómina de escritores, pintores, escultores, cineastas, creadores en general y gente alegre: se acabaron con nuestra generación que hicimos la chica de ayer, One from the heart, Star Wars,  Makoki, Alien, tan basado en Hans Rudi Giger, Indiana Jones……ahora no hay nada: los que escriben en las editoriales son patéticos, al final todas las tramas de mayores quieren ser La Isla del Tesoro.

El avance es imparable; y por eso en España todas las editoriales de periódicos y presuntos grupos mediáticos están en quiebra: todos viven del estado: por tanto, de todas las maneras posibles defenderán a la socialdemocracia, aunque sea haciendo parecer que se oponen, porque les va la vida en ello; claro que la red está llena de basurientos, engolados, petimetres, huelebragas y comentaristas de prensa, pero también hay una amplia nómina de bloggers que pensamos nosotros y no al dictado de modas, tendencias ni consignas, ni bajo una línea dictada por algún gurú, ni bajo ninguna premisa obvia: muchos somos los que escribimos nosotros, aunque muchos menos que los que sólo montan ruido; dejemos a la gente a su albedrío: ellos elijan, cada cual, elija su marcha y su vida en la medida que pueda.

Nebrija hizo la gramática; Cisneros la universidad: la socialdemocracia destroza el lengüaje, el idioma, la comunicación y engendra una soledad profunda en las personas, que da origen al miedo, que es lo que aprovechan los vividores del sistema para hacer creer a la gente que ellos son los culpables y enfangarlos en una crisis que dentro de nada ya es de subsistencia en la cultura: ni siquiera tendrán la decencia de dimitir: ni siquiera su endeble estructura de pensamiento les da para pensar. Hacen que la gente se sienta culpable, ahorre, disimule y no se vea que la nefasta socialdemocracia ha hundido el sistema que ella misma había creado, y quieren que lo pague la gente.

Sigamos blogueando; cada cual a su criterio, porque la gente empieza a ver que no son ellos los culpables ni hay razón por la que tengan que pagar los desmanes de los repugnantes socialdemócratas precomunistas: la gente lee en lo que ponemos la certificación que saben que tienen: no es culpa de la gente sino del sistema, y sea lo que sea, la blogosfera es crucial a la hora de generar la opinión, que empiezan a ser opiniones personales: a los progres ya no los aguantan ni en sus clases obligatorias los alumnos pelotas. No haremos revoluciones, simplemente este enorme desajuste en la evolución de la cultura que es la repugnante socialdemocracia quedará invalidado por la gente, y con ello no poco habremos hecho: si no, de ésta no salimos.

Amanece

domingo, 25 de enero de 2009

Van Gogh

Pintaba, y al nieto de su hermano lo mataron por rodar una película: aún recuerdo las doloridas manifestaciones de la progresia, los intelectuales y artistas: impresionaba.
Ahora, a Wilders lo lleva a juicio por Fitna, asi que os pongo la pelicula en Castellano, de paso os pongo también sumisión.
Y mira, luego me llaman facha machista y de todo: mandan huevos



Segunda parte:



Sumisión:

Eclipse anular

La joie de vivre

Todo el problema entra por la modificación del lenguaje, cambiando todo para ser “positivos” y no decir palabrotas que “ofenden” sin saber que en castellano a joder se le dice joder y las cosas son lo que son aunque Humpty Dumpty sea el enorme trabado intelectual que les subleva y enamora: diciendo estupideces con cara de niño que ha hecho la gracia y la mamá sonríe sin darse cuenta de que el niño lo que pasa es imbécil pero nadie lo dice por la mamá y entonces eso genera una bola y el imbécil acaba de presidente del gobierno diciendo las mismas gracias “La libertad os hará verdaderos” creyendo ser un ingenioso renovador de la humanidad y cambiando totalmente el significado del original: no sólo se atreve a cambiar los libros sagrados, ni siquiera es consciente de que el significado entonces es totalmente opuesto y denigrante para la humanidad: no importa, ellos saben que son maravillosos de sí mismos en su mismidad y además tienen el poder.

La socialdemocracia, heredera directa de la algarabía gabacha llamada revolución francesa, ha producido grandes cosas: los nacionalismos, es decir: el aldeanismo elevado a categoría de principio rector del universo; ha producido verdaderas glorias a la Humanidad: Lenin, Stalin, Lysenko, Hitler, la uniformización de la gente para su despersonalización y la psicología como religión laica de verdades absolutas indubitables porque yo lo valgo.

Para cuando los pasaron por la guillotina los monjes benedictinos de Saint Maure habían organizado los archivos documentales. En el fragor del XVII Mabillon y los mauristas habían entrado a la crítica de las leyendas orales sobre Roma, tito Livio y la hagiografía medieval.

Son las cosas que tiene el fragor revolucionario; los apiolaron a todos.

Tanto los Maurinos como Papenbroeck fundamentan los documentos escritos como pruebas históricas. El respeto reverencial a los documentos es la influencia del momento de ciencia de ese momento: las sociedades científicas, en Italia con Galileo, o Boyle en Inglaterra.

Bacon en New Atlantis y Plus ultra había formulado la filosofía experimental y propone el método inductivo frente a la especulación; Principia…. de Newton funda la ley de la física de la tierra y la galaxia. Modelo que los positivistas imitarán en las ciencias sociales desde Comte, claro.

Los benedictinos estaban indagando toda Europa los documentos para filiar el conocimiento. Los de San Mauro establecen metodología: Mabillon la diplomática, Montfaucon la paleografía griega.

Y el fragor de la “revolución” francesa, los pasa por la guillotina a todos: eran curas, luego contrarrevolucionarios; etc; y de ese conocimiento no se perdió el olor, pero nunca sabremos cuanto perdimos ni yo entiendo porque.

La veneración de la progrez hacia el gabachismo es la evidencia de la debilidad mental de quien la tiene y de la carencia absoluta de inteligencia: ni ante la evidencia se arredran; excusan de alguna manera que acaba siempre apelando a “sentimentalmente”: cualquier cosa, al ser para ellos el agabachamiento el epítome de la progrez: supongo que su carencia de conocimientos del propio idioma les hace admirar a quien habla otro distinto; ignoran su idioma pero valoran en otros. Alaban la algarabía gabacha: una algarada más progrom que nada serio: sea la llamada Revolución, sea el llamado sesentayocho: en el primer caso se le da pábulo y propaganda para no ver la verdadera revolución que es la que genera Estados Unidos, una revolución ilustrada y que sí generó algo serio además de el poder actual mundial: un país basado en términos de la ilustración, con mayor o menor acierto: el llamado mayosesentayocho no es sino una algarabía montada por el comunismo para tapar la verdadera e importante primavera: la de Praga, anticomunista, de la gente contra el sistema; aun hoy se persiste en el error, y hay gente que alardea de ello, como alardean de Castro, el ex agente de la CIA que tiene en su haber el ser el único que ha hecho un genocidio selectivo en un país: el único en el mundo que ha destacado como crimen político la homosexualidad: nada, los retrasados mentales a babear, eso es soberbia.

Y siempre la misma excusa mental, propia de la mala educación siendo piadosos, de la memez siendo certeros: “era con buena intención” o “era por una buena causa” o “es que la cosa se desvió, eso no era de lo que se trataba” y atrás quedan los genocidios de Stalin, de Pol Pot, de Carrillo, de Castro, de Chávez, de Evo Morales el hermano de Gracita el de la cara de hucha del domund, y de eso “hacen la autocrítica” y al hablar de ello después te dicen “eso ya está superado” lo cual significa que tiene el bloqueo mental para no ver; y creen que piensan por ellos mismos en su programación.

En la repugnante socialdemocracia sigue funcionando ese esquema y siguen tomando plazas poco a poco, con la estrategia Gramsci, pero olvidan que el somatén existe y está atento: la realidad se impone a esa gente y por más que se constituyan en rémora, amenacen y cuando no funciona nada y han montado la algarabía sacan a ETA que mate alguien para desvirtuar la cosa; la realidad les supera, les aplasta y la gente los echa de lado: el muro de Berlín lo echó abajo la gente, a los comunistas los echó de España el pueblo, y la memez anticultural en la que se ha constituido la progrez ya ha quedado en evidencia: la murga del cambio climático ha provocado hambrunas que ahora se magnificarán con el ciclón en Birmania: no pasa nada, eso “ya está superado” y la próxima murga será lo importante. Son religiones extranjeras de alta infalibilidad, los diez minutos que duran hasta que se caen y entonces parten a la busca de otro gurú en vez de hacer examen de conciencia.

Mientras occidente siga atendiendo a esa bajeza intelectual y a esos retrasados cerebrales, y no aprendiendo de la tradición, la progrez occidental es directamente culpable de la hambruna actual; quieran, o no, y si algo puede ayudar es el capitalismo; si son niños de mamá y son lo mejor para su mamá ahí deben quedar: dejar las cosas en manos de gente sin ninguna inteligencia solo trae desgracias: no saben hacer bien, solo el mal, y la contra, luego la pataleta, y si pueden matar a alguien pero jamás crean nada.

La cultura tiene la variante religiosa para los creyentes, los demás se dedican a pensar que lo de los sarracenos es una religión; van entregándose, porque son “ateos” después de entregarse a la santería, leer el horóscopo para salir de casa y hacer el vudú que su cultura les manda: de nada saben, de todo pontifican: aquí cumplimos la palabra, hagamos lo que la historia manda.

Han quedado revelados en su carencia cerebral y quieren que todos seamos lobotomizados: queden ellos así.

Y con esas bases, más que construir Europa, empieza desmembrarse en brazos de una socialdemocracia relativista y cursi. Y en ello andamos.

Amanece

sábado, 24 de enero de 2009

Fama

Hoy salimos en Dark Roasted Blend





El cero y el recurso finito

La evolución de la cultura es el progreso; y nunca es producto de la necesidad. En la edad de Bronce se usa la rueda: en Europa, pero no en América; tan sólo la usan como juguete.

Es importante la nada: sólo mediante un símbolo de la nada entendemos los números, y lo hacemos valer uno, 10, 100...y abre la simbología a posibilidades: sin el cero, suma, resta, multiplicación y división son impensables (deberes: dividir CCCLVIII entre XXIV) nos resulta imposible porque conocemos el uso del cero; los del Yucatán para cuando nace Cristo ya tenían un símbolo para el cero y valores posicionales para los números; sin relación alguna, encontramos el cero hindú unos cinco siglos más tarde; se adoptaron en el medievo como notación arábiga, por que el camino venía por aquella península.

La cultura se desarrolla por difusión.

Los intentos de universalización de la época del cientifismo no trajeron más que desastres, cuando no resultan inanes: La guerra del fin del mundo la declaran contra el sistema métrico decimal, narra Vargas Llosa; que se pretendía imponer para mediciones de volumen, longitud y peso. En Inglaterra usan base doce; medimos tv en pulgadas, los tornillos; los que no hicieron caso de tal “universalización” no se quedaron fuera de nada: demuestra tal cosa que los sistemas de medidas y calibraje, peso y distancia (en el mar en millas, en tierra en km) sirven en cuanto se miden; universalizar queriendo “unificar” todo no hace más que generar confusión en un principio, y luego se asume, porque no pasa nada: la diferencia no implica exclusión: sólo reconocimiento, negar diferencias es aberrante.

La ciencia nos sirve como la tecnología del conocimiento y como forma de estudio y de educación; pero no están las respuestas a nada ahí, mas que a las preguntas que en sí misma genera. A creer que un laicismo cientifista es una forma de estructuración social, demostró su validez Stalin; enfrentar la ciencia al conocimiento es de mentes preformadas, cuando menos; la ciencia forma parte del conocimiento, pero no es el conocimiento: es imposible dar rango y medida a la humanidad y su alcance; y pretender uniformizar todo sólo es una forma de uniformar; la ciencia sirve al hombre para entenderse y entender los fenómenos físicos: pero el hombre se busca a sí mismo y no hay una ecuación que resuelva el amor, el afecto o la humanidad; el hombre no estudia desde un plano superior a sí mismo; por eso siempre la ciencia será necesaria, pero no es la solución.

Barrunto que desde el neolítico, pero desde que el pelma de Malthus dijo y demostró científicamente que hoy es imposible que ninguno de vosotros estéis vivos, esa concepción fosilizada de la realidad no es que se haya abierto camino: es que es la que manda por todas partes; y no es otra cosa que la indolencia propia de la soberbia de la autoadoración: el aburrimiento. La realidad no es una planta de plástico, que es lo que nos cuentan; la vida, va y se abre paso; pero vende mucho las desgracias eternas, que ya avisaba Rubén Darío: no habrá alimentos para alimentarnos a todos, el ddt es malo viva la malaria, el agujero de la capa de ozono hará que seamos todos mutantes; el calentamiento global con el enfriamiento global multiplicado por el fenómeno del niño y elevado al cubo de rubrik da como resultado que el fin del mundo está cerca: arrepentíos.

Demostrada quedó hace ya años, la infamia del calentamiento global: encerrados en su estructura, se han otorgado a sí mismos hasta un premio Nobel, a un caradura que encima copió un documental de Frank Capra de 1958: no pasa nada: los que saben de cine son ellos, los demás no tenemos derecho a saber ni a pensar: sólo lo reconocido y validado por el sistema es válido para el sistema.

Pero les han colado la copia de un documental de Capra. Ígnaros.

La tierra está viva y se mueve por sus ciclos, en su ritmo y armonía propia; el hombre tiene la alianza con la tierra firmada en el Evangelio; y la ha roto: el problema de las hambrunas es por los biocombustibles que han subido los precios porque la murga del calentamiento global esconde tras de sí el modelo energético y mucho poder detrás, y nada más.

El agua ni se pierde ni se ahorra ni escasea ni sobra: el agua va, y unos días llueve y otros días hace sol: el hombre sobre la tierra está situado mal, de la peor manera posible y sin ninguna cordura: lo que es un problema de urbanización y abastecimiento no es culpa del agua, sino de una mala organización.

Amanece

viernes, 23 de enero de 2009

Mediocritas

De tan execrable modo la socialdemocracia se perpetua, mediante su conducta establecida a la cual yo denigro: lo políticamente correcto, el “lenguaje diplomático”, la cursilería y la ignorancia como forma vital. Deplorable. Y en eso es el debate: no entre dos elementos que representan a unas bandas de intereses, con sus propias peleas internas; sino entre ese sistema falaz, banal y ridículamente soberbio, y los cuatro que vemos con claridad la trampa saducea: el lenguaje degradado les hace ver ilusiones y acaban creyéndoselas. Y si no las creemos los demás, debemos ser gaseados y estigmatizados.

Enrocados en la inmediatez, ajusticiados por el aluvión diario de nimiedades sobrevaloradas, el enemigo ha vencido: la confusión está siendo dueña de la realidad. La confusión, que no la discusión o la confrontación, sólo la confusión.

Por todas partes es de enorme trascendencia todo lo que digan todos, empeñados en sobreponer sus afanes de protagonismo a la realidad; y lo han conseguido: la confusión es dominante, y nada más. Los partidos comportándose como una organización empresarial que ha de enfrentarse a otra de mayor poder y técnicas mas aviesas, dando de lado a la realidad, estupefacciona a la gente, pero saben claramente que su objetivo no es convencer a personas o defender los intereses de españoles, sino su propia existencia y perpetuación; funden confunden y difunden la confusión, entre los suyos, entre todos, porque nada son y por tanto nada pueden decir: la confusión beneficia a los que son nada, a los que nada se juegan, a los que nada aportan.

De Hitler la gente en Alemania opinaba lo mismo que casi toda España de zp: que no es más que un engreído embobado de sí mismo; y eso es un peligro. Su confusión personal le funciona: a la vista está, y la proyecta sobre su trabajo: él sabe que él es más que el Mesías; y la gente le baila el agua, le vota, ergo....ergo proyecta la confusión: crear un ministerio de igualdad es hacer a la gente desigual; manifestar que hombres y mujeres son iguales va contra natura: gracias a Dios somos distintos, de ahí la humanidad.

Pero el hecho de plantear ofensas fingidas, desplantes sentidos, desprecios inventados y ninguneos como forma de relación social, como en un baile de memas, sólo aumenta la confusión y la indefensión: la gente se lo cree, y todas las divorciadas son maltratadas psicológicamente: venga hombre, no se lo cree nadie: pero por ley, la hombría está castigada.

Generada la confusión, cabalgan sobre ella burlándose de la gente instalados en su soberbia y su supina ignorancia: eso es la raíz del mal. Dejarlos hacer es otra forma del mal; dejarlos pasar es malísimo, para nosotros y para los que vengan: hay que cambiar el modelo, entero, y todos estos burócratas socialdemócratas repugnantes quedarán en la historia como lo que son: progres, recibieron la mayor herencia en la historia de la humanidad, y dejan la peor, escasa y menguada, falaz y rastrera, y encima aun se burlan de la gente.

Es un tiempo de estupefacción: la reacción va a ser de órdago, y ya no vale la indignación a gritos de los moros ofendidos, demasiado calados están, ni “eso me insulta” ni demás mariconadas tan de moda con el victimismo vaginalista que tantos resultados ha dado: los inicuos tienen los días contados, los progres ya se sabe lo que son, la maldad está al descubierto: del lado oscuro el velo ha caído ¿de que lado estamos?

El estudio de la ciencia busca establecer la esencia de la realidad: eso, es imposible. Estudiar la realidad exige taxonomía y clasificación, pero nunca es aprehensible: al contrario; el tiempo lo modifica; aunque se consiguiera fijar un instante en términos físicos al siguiente todo habrá cambiado. La ciencia mediante su estudio nos ayuda a comprender la realidad, pero no es la realidad. De hecho, la realidad no existe.

El estudio del medio es parte de la evolución cultural de la especie; pero no es la evolución de la especie. Intentar reducir la realidad da una mera ecuación; o a un constructo cientifista tan sólo es una expresión del ansia de conocimiento del hombre, no de su conocimiento.

El comprender el mundo que nos rodea es esencial para entender el mundo, pero nunca vemos la realidad, nunca es, sólo lo es por aproximación.

Y sólo es para ver nuestra medida y nuestra dimensión, y no como especie sino como individuos.

Mientras se utilice la ignorancia de la gente para elaborar paraísos cientifistas confusos pero perfectos, la manipulación está servida. Mientras más se degrade la educación empeora el nivel cultural de la especie, aunque haya individuos formados, si se divulga la vulgarización se impone la vulgaridad como normalidad: se aspira entonces a la cosmética y la presencia en la mediocridad y no la excelencia en la individualidad.

Se hunde la cultura: se aleja a la gente de la excelencia para poder dominar mejor desde la mediocridad: se retroalimenta.

Amanece

jueves, 22 de enero de 2009

Vidas paralelas

Al igual que a Michael Jackson, el ser negro le ha abierto las puertas a la fama; sus bailes han sido retransmitidos por todas las teles y seguro que copiados; ahora una vez en la cima, empezará a querer hacerse blanco y acabará siendo algo informe con un aspecto repugnante y vagamente humano; Obama no va a la zaga.

La realidad especular

La realidad se impone y la repugnante socialdemocracia sigue engañando a la gente que se empeña en seguir engañada; ahora los han convencido de que la crisis es económica, o financiera, y a seguir rajando a la gallina de los huevos de oro vía impuestos, y alentando a los más abyectos palurdos para que den de sí su máxima y refinada expresión de ideología: liberal, facha. Iglesia, opresora y reaccionaria: viva el calentamiento global, viva la ciencia, que para ellos es mistérica: ni saben lo que es, ni donde está, ni de qué se trata, ni tiene que ver nada con el conocimiento pero les han hablado muy bien de ella: muerte al catolicismo, viva la ciencia; mueran los zares, entren los asesinos a mandar que así al menos tendremos más justificado el miedo: hasta nos gustará: el que no quiere ser un esclavo, quiere ser un siervo de la gleba: lo peor de lo peor: esclavos orgullosos de su condición y encantados de serlo. Infraseres.

El sistema, en su tozudez cabestra, ha conseguido el máximo objetivo: su propia perpetuación. Ensimismado, el sistema sólo se contempla a sí mismo como realidad única: lo demás molestamos, molesto. Y como sea, a machacarme. ¿Sólo a mí?

Porque la diferencia no enriquece, sino que les confunde: sólo vale la diferencia como yo lo diga, en lo que yo diga, y como yo lo diga: asuma usted que le vamos a porculizar, tiene derecho a elegir la marca de vaselina.

Por eso en las universidades ante cualquier cosa nueva se oye ¿donde lo has copiado? ¿Lo han hecho antes en otro sitio? si no, no vale: hay que justificarse en otros, aterrados en la posibilidad de verse a si mismos, temen la imagen que les devuelve el espejo y por eso se aherrojan a un lenguaje que los englobe en una tribu de un pretendido prestigio que les permita seguir creyéndose divinos, maravillosos y sabios. Nada vale si no vale en mi lenguaje que solo en el me reconozco y nadie que no sea yo aporta nada porque yo no lo valoro.

Llevamos una buena temporada en este país, en este mundo bajo la acometida de la palabra como arma.

Más que a un plan preconcebido, la degradación del lenguaje forma parte de la historia de la estupidez humana. La cosa empezó con las cursilerías aceptadas y promovidas socialmente, cambiando palabras; se empezó a definir el acto sexual con un afrancesamiento, cuando en castellano la palabra es joder: como dice Hermione en Harry Potter, el miedo a la palabra es el miedo a lo nombrado.

De ahí, como un reguero se impuso lo políticamente correcto, lo cual en sí es una traslación: se usó una expresión con visos de modernidad para darle pátina de verosimilitud a lo cursi, a la justificación de lo cursi como sistema verbal, con lo cual el lenguaje se convirtió en una cursilada.

Pero el poder es la palabra, la palabra es la verdad (y la vida) con lo cual a partir de ahí la realidad empezó a no ser real hasta que no estaba definida con sus palabras adecuadas: un país en el cual lo “tradicional” es el parricidio, el cual, además lo habitual es que lo hiciera la mujer, empieza a tener crímenes de género (siempre pensé en asesinar a un adjetivo) y “atentados a la identidad sexual” es decir: cuanto más enrevesada sea la definición de algo, más validez tiene, aunque sea incomprensible.

Con la “democratización de la universidad” estas prácticas se hicieron habituales, en todo el rango académico, hasta perder su propia razón de ser. Entonces, como siempre la izquierda hizo bandera, se colocó delante de estas modificaciones y las asumió como propias.

En el claustro de la Universidad de Valencia se propuso, y se aceptó por mayoría que la universidad fuera zona no nuclear. Perfecto, y quedó muy bonito y a la vanguardia de la sociedad. Sólo que los departamentos de medicina nuclear y los tratamientos de tumores fueron obviados: al mantenerlos, la universidad entra en paradoja.

Y no es la única.

Pero ese lenguaje se ha impuesto; y con él, lo más bajo y deplorable de nuestra sociedad ha aflorado con rango de ley: a la intromisión se le llama control social, a la envidia se la disfraza de igualdad, a la ira se la disculpa, a la envidia se la justifica, los asesinos son modificados cambiándoles los nombres, poco a poco, lentamente. ¿La estrategia? Sálgame yo con la mía, pese a quien pese, caiga quien caiga.

Y a la cobardía del que quiere estar en misa, repicando y de paso quedar bien con todos se le llama centrismo, relativismo o “moderación”

Alguien olvidó que lo de la moderación es para la bebida.

El bucle se cierra con la “modernización” de la enseñanza: se ha ido bajando el nivel, primero de los alumnos, luego por evolución lógica de los profesores: si no hay esfuerzo y no sabe nadie nada, más brillaré yo.

Si había alguna pretensión de control social por parte de quien maneja esa perversión del lenguaje, se volvió contra él: la gente cada vez más busca en las fuentes, la palabra directa y limpia, para aclarar sus conceptos y saber que pensar. Eso sí, el lío social montado, impresiona. Y en el medio, sin lugar a la tibieza, la gente evoluciona y cada vez más en España se acerca más a la iglesia, no por oposición a nada ni nadie, sino como quien encuentra confort en sus raíces para seguir adelante.

Amanece

miércoles, 21 de enero de 2009

Nubes en Nueva Zelanda

Obama

Probablemente, Obama sólo es uno mas, así que dejar de atenderlo y poner en paz vuestra vida.

Tontos

El estado del bienestar, el estado progre, lo políticamente correcto, la cursilería social y mangancia que sufrimos es propia de tontos de pueblo, y como los votos valen todos lo mismo, es un mundo de tontos, que eligen al tonto mayor para que mande, así de simple. Y no hay alternativa: sólo bandas de tontos. Ya Darwin tenía escrito que “la ignorancia frecuentemente proporciona más confianza que el conocimiento” Es El efecto Dunning-Kruger: un fenómeno según el cual las personas escasas, e infraseres en general tienden sistemáticamente a pensar que saben mucho más de lo que saben y a considerarse más inteligentes que otras personas más preparadas: estudiando en Cornell, llegan a concluir que

• Los individuos incompetentes tienden a sobreestimar su propia habilidad.

• Los individuos incompetentes son incapaces de reconocer la habilidad de otros.

• Los individuos incompetentes son incapaces de reconocer su extrema insuficiencia.

• Si pueden ser entrenados para mejorar sustancialmente su propio nivel de habilidad, estos individuos pueden reconocer y aceptar su falta de habilidades previa.

( y yo me enteré de esto por su candidatura a los premios ignobel)

(aunque hay datos en la wikipedia, lo acabo de ver)

Es un sistema que se autogenera a sí mismo, no por retroalimentación sino por adhesión a nuevos elementos debidamente procesados por otros elementos de la propia sistematización de tal estructura social. Es decir: es la solución a los males que el propio sistema genera, para poder solucionar los males, que vuelven a generar otros males, para poder solucionarlos, y en ese bucle infinito se refriega hasta acabar con el lodazal: y ni aun así, se sale de ello: eso es una condición de la persona: conoceréis a muchos así, si no sois de esos. Y es una condición social. La progrez se ha instalado como paradigma: nadie se cuestiona la sociedad actual que es en sí misma una falacia, mal construida y peor dirigida; todo se revela como argumentable en sí mismo, y si no se apela a la sacrosantidad de la constitución, que ya parece un libro revelado, para que el sistema se perpetúe a sí mismo.

El problema es que lo que sea ha de ser del propio sistema, si no, no tiene ni siquiera opción a ser planteado: de ahí el aislamiento social, el ninguneo el desprecio y la refracción a todo elemento que cuestione este sistema ruin, cobarde, y malhadado. Como con el nudo gordiano, hasta que no haya algo que haga reaccionar a la gente, nadie se planteará que las bases están mal definidas. Y no valen las bombas de las bandas de asesinos: esas son asimiladas por el sistema, eso ya es parte del sistema; será cuando algún elemento que no sea políticamente correcto haga algo no políticamente correcto, como por ejemplo hablar claro.

Pero claro: el sistema jamás podrá admitir eso. Simplemente estudiando a los nazis se ve como evoluciona este sistema ¿o es que os creíais que lo habíais inventado?

Amanece

martes, 20 de enero de 2009

Cosas que interesan

Las voces son:

Águila: clamar.

Halcón: plipiar.

Buitre: pulpar.

Cuervo: croarar.

Milano: vilvinar.

Cisne: dreasar.

Sub Misión

Con estos materiales, entonces se elabora una estructura de la realidad “científica”: quien no la comprende es que no es de “los inteligentes” y los que desarrollan esas murgas hasta sus últimas consecuencias son los “intelectuales” y nunca se reconoce a nadie que no sea de la estructura previamente definida.

Acaba siendo un sistema de adhesión cuasi obligatoria: si no por ley, por imposición social; en la cual, te quedas fuera a poco que discutas las bases del sistema, siempre que no estés en el lenguaje adecuado para estar en el asunto, o simplemente, te parezca aburrido.

Nunca es un proceso consciente hasta que han pasado los suficientes años; pero en algún momento toda persona elige si se enfrenta, o se somete. Suele ser un proceso infantil y casi siempre asociado a cosas que con el tiempo vemos nimias: las vemos nimias, pero son las únicas importantes: condicionan toda la vida de una persona. En el caso de maltratados, es algo lacerante: demos unos años: que lamentablemente veremos las consecuencias de las funestas leyes españolas.

Cuando te enfrentas, te llevas una paliza, o un desprecio grupal, o un maltrato familiar o social, a veces no tiene razón el maltrato, a veces es una niñez, es difícil de predecir y detectar: sólo lo sabe cada uno, y siempre que cada uno no tenga demasiado desarrollada la tendencia de engañarse a sí mismo.

Porque el problema es ese: nos engañamos a nosotros mismos, a veces muy duramente: nos elaboramos una imagen de nosotros y la vamos adecuando a los diversos avatares que nos van sucediendo; si conseguimos en un momento de lucidez (que no son tantos) darnos cuenta de que hemos vivido nuestra ficción y no la vida el avance es infinito: a partir de ése momento estamos realmente liberados (de la esclavitud más dura, la de nosotros mismos) y entonces somos ciertamente libres. El precio de la vida es la propia vida.

Conocemos todos a esclavos de si mismos: lo más evidente es el vestir. No solo la ropa, sino toda la cosmética de la que adornan su vida. No son médicos, o profesores, o arquitectos o ingenieros o intelectuales. Han elaborado un constructo imaginario de como es el metapersonaje y se adecuan a él; se encajan en el traje que se han inventado para sí mismos de la misma manera que hacen que el traje se les adecue.

Así, a poco que penséis no piensan nunca que hacen, o que les apetece hacer: sólo piensan en si lo que quieren hacer, lo que hacen o lo que les apetece encaja en su imagen idealizada, o en como encajarlo en ello. Cuando algo les desencaja, hablan de stress, de no tengo tiempo, estoy muy ocupado o estoy trabajando: son excusas mentales para no enfrentarse a ellos mismos realmente.

Son vidas marcadas por el miedo, el peor de los miedos, el que no se conoce ni se racionaliza.

Porque temen verse desnudos, no siendo nadie: siendo lo que son, simplemente uno más. Simplemente alguien que aprobó una serie de trabas vitales, alcanzó o postuló para un orden social o personal, o económico, y nada más; saben de su vacío y de su pequeñez: por eso lo disfrazan de grandeza.

¿O debería decir disfrazamos?

Buscamos la gloria escribiendo cosas que al verlas publicadas a veces nos aberran: por su falta de sentido, por su pequeñez, por su “normalidad” cuando nos encontramos maravillosos al pensarlas.

Hay un paso más: los que no se liberan así, sino que se crecen en su leyenda propia y cada día se encuentran más maravillosos. A cada cosa que hacen se descubren a sí mismos en su maravillosidad; se asombran de su grandeza y están encantados de haberse conocido a sí mismo.

“...que cosas las que dice, que cosas las que cuenta

Que manera de afeitarse ¡Delante del espejo!”

Estamos hablando todo el rato de la soberbia: las cosas existen a partir del momento en que yo decido que existen, y en la medida en que yo defino su existencia: encuentro a todo solución y a todo explicación; todo lo arreglo, y sé la verdad sobre todas las cosas (...si me hicieran caso a mi...) y emperrados en esa certeza, la gente solemos tomarlos por referentes, suelen ser los más respetados. Se adoran, son dioses de sí mismos.

Metarazonamiento: ¿por qué pensamos que hablamos de otros? ¿Estamos exentos de tal actitud?

O es que nos hemos encajado en el papel de estar “por encima” o “haber superado” esa fase ¿seguro que no soy así?

Si nos hemos despojado de tal mundanidad, somos libres: como una secta de novela buena, nos reconoceremos entre nosotros aunque haya multitudes.

También podemos disfrazarnos de metamundanos, y esa será nuestra cosmética. Seguiremos engañándonos.

Es la soberbia humana, el razonamiento es demasiado evidente en España: creamos un problema, para el que inventamos una solución y así nos creemos que hemos salvado el mundo. Al mundo le queda el problema original, el generado, el problema que causa la presunta solución, y el superhombre que nos ha salvado.

La cultura reconoce a sus héroes, aunque la sociedad no lo haga; aunque se intenten imponer héroes de propaganda o líderes de si mismos, líderes de contrato; líderes de TV con salario y capital, de traje y corbata para vestir informal, líderes de retrato en la columna social, son tan líderes y tan efímeros como su propio nombre indica: la nada. Intentaron hacer lideres, todos, y elevar a altares civiles a gentes y épocas, heroizar la algarabía gabacha llamada revolución, intentan hacer de un pobre criminal que no asumió que una chica lo dejara un héroe romántico llamándolo guevara, al pijo resentido; o a la momia de Castro, el Coma andante: más que lo intenten, no perdurarán.

La condición del héroe es la entrega. No se importan nada a sí mismos; lo dan todo por su gente en un momento dado. Lo dan todo: dan su vida, sin saber que lo están haciendo; entregan todo, sin consciencia de sí mismos sino por defender su tierra, la justicia, al hombre.

Amanece

lunes, 19 de enero de 2009

Elan

Sin conexión fiable ni móviles con cámara, España no sólo levantó un país: levantó toda Hispanoamérica y además lo hizo bien: la actuación del obispo de Chiapas y su asesoramiento en el sínodo de Londres a Carranza en su vehemente defensa de que aunque no fueran cristianos debían ser respetados como personas (la otra parte tenía detrás un poderoso argumento teológico: la esclavitud era un buen negocio: inventada por la morisma, no olvidemos) ahí se “discutió muy vehementemente” según la crónica; España no jugó a la esclavitud, la morisma esclavista apoyó y se apoyó en los sajones. Nada me extraña que la vehemencia de Carranza en ese sínodo alentara y diera pábulo a toda la gentuza esclavista para apoyarlo en la trama que el arzobispo de Sevilla ya andaba tramando contra él. Fray Bartolomé de Las Casas lo apoyaba, y por eso estaba “apartado” de los órganos de poder; Con todo eso, la tan nombrada como incomprendida inquisición, y demás problemas del momento, España dio las glorias de la literatura y la pintura, y levantó no un país sino todo el continente hispanoamericano.

El impulso de los españoles ahora es evidente: ante lo negro del panorama la gente habla -y muy claro- en los bares sin cortarse ni un pelo: se ve impulso y energía, ganas de trabajar y esfuerzo, y el matrimonio del bar dice “necesitamos libertad” y el cliente italiano afincado, asiente; los obreros en paro en el bar hablan de que “más libertad” y se sienten engañados por los sindicatos….que ya no van los sindicalistas ni a tomarse un café, y uno que quiere devolver el carnet es convencido por los otros de que de momento no: por si acaso; ya se las daremos todas juntas; hablan mal, los entiendo perfectamente. La morena que trabaja en la inmobiliaria se aberra (en otro bar) de las subvenciones del gobierno: la chica búlgara que lo regenta, quince años en España se avergüenza de que “tenemos muy malos políticos” porque habla como española, y yo, lo oigo.

Contra la enorme presión de la propaganda de radios y tv: todos empujando la opinión hacia donde casualmente de una manera u otra les beneficia, o aumentando la confusión, la gente ve claro; y sobre todo habla, y habla muy claro. Y yo los oigo.

La gente tiene el empuje y la vivacidad especialmente alerta, y ganas de trabajar: no levantamos España, levantamos Hispanoamérica, y con gente así volveríamos a hacerlo: la gente tiene el impulso, la energía y las ganas: y absolutamente todos deploran a los políticos: a todos.

(no los deploran: pero si pongo aquí lo que dicen, me llevaré bronca de los mojigatos y meapilas que se asustan del rigor de las palabras: lo dicen con sus palabras, los entiendo con las mías)

Ya no engañan a nadie, ya nadie se deja engañar, ya todos dejaron la vehemencia para defender su vida: y lo de “necesitamos libertad” entre las cinco y media de la mañana y las once lo he oído en al menos ocho bares distintos, distantes, diversos y desparramados.

Otra cosa me ha llamado la atención: muchos decían que hacen falta curas “de verdad” refiriéndose a las novedades litúrgicas y las medias tintas. No abundaré en eso, pero decirlo, lo decían. Y más cosas.

La gente está ahora con ganas, energía, y fuerza para levantar España, y ven a los políticos como el freno, la rémora, el horror y el espanto; la gente quiere levantar un país “con libertad” y se vislumbra, en todo, la apelación recurrente a la tradición.

Si querían deprimirlos, han fallado: vayan deprimiéndose ellos, no valen para nada, de nada, y España tiene ganas de trabajar

En Libertad.

Luminarias desatadas augurales

otoño 2008 035

“Algo habrá hecho”

La maldición es la maledicencia.

Cuando corre un rumor o una habladuría, se está directamente condenando. El mecanismo del lenguaje y la estructura de la maledicencia condicionan directamente al maldito; de este execrable modo, cuando levantamos testimonio sobre otra persona, ya la estamos juzgando: eso hace mucho daño; quien lo usa como arma, mala persona es; al final, se desenmascara al mal, pero el daño se hace siempre, a corto plazo y muy visceral.

Y la trampa diabólica es la “buena voluntad” yo lo digo por si alguien pudiera hacer algo….pero lo has dicho, has arrojado la simiente de la maledicencia, casi siempre, o siempre sustentada en la envidia.

“Si alguien hace eso, más adelante se romperá esto….” Eso es una maldición: estás arrojando tu frustración sobre el otro, probablemente por envidia, aunque no te lo reconozcas.

Y vivimos en un magma social propicio a esa maldad intrínseca, magma de la envidia.

Cuando se calumnia, se difama, se está directamente haciendo daño; cuando se insinúa, también, cuando se revelan intimidades de otro, más o menos confiadas, también ¿o es que somos válidos para juzgar a los demás? yo al menos no soy Dios.

Cuando se hacen denuncias falsas contra exmaridos y se les amarga la vida con el estado como aliado, se hace el mal; cuando se utiliza el hecho de ser mujer para favorecer a alguien se está haciendo el mal. Cuando se utiliza el poder para favorecer a uno sobre otro, se hace el mal. Cuando se insinúa o acusa, se hace el mal.

Y cuando se dice “Si le pasa (…) es porque algo habrá hecho” o cuando “Dicen que (…) pues algo habrá”

Eso es la simiente del mal.

Yo no soy como esos, Ni quiero tenerlos cerca; no me fundo con ellos. Demasiado daño han hecho: demasiada amargura hay en sus vidas.

Pero conviene tener esto presente, día a día, en todo momento: el mobbing, el aislamiento social, la maledicencia o las mujeres (¿todas las divorciadas son maltratadas?)

Es el mal, habita entre nosotros. No puedo erradicarlo (no soy Dios) ni imponer un orden nuevo de armonía (no me creo Dios) ni creo que vaya nadie jamás a triunfar donde fracasó Jesucristo, pero sí hago por encontrar el mal en mi y si no lo erradico, al menos lo conozco y controlo, si puedo, claro.

Esa es la diferencia.