Ejemplo del nivel del enfrentamiento y de la manera de proceder es la acusación de Juan de Regla:
“respondo que en el dicho capítulo se dicen muchas cosas, y tomadas todas juntas son contrarias unas de otras. Porque en la primera parte se dice no hay ni hubo pecado, y después, “aunque los pecados fuesen muchos, que todo era perdonado, y que Cristo pagó por todos”, que son cosas notoriamente contrarias.
Pero tomadas por sí cada cosa de las que en dicho capítulo se dice, algunas de ellas son tan grandes desatinos, que ningún hombre las podría afirmar…”
El nivel del enfrentamiento y los enconos personales siempre impiden la objetividad, más cuando en un caso como este no se trataba de un juicio sobre la fe, sino una pelea por el poder sobre la iglesia en España, que no era poco poder.
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