Con orgullo revolucionario he vestido las ropas del proletariado oprimido de Stalinamérica y me he sumado a las huestes revolucionarias que van a penetrar en el nido del enemigo para que la imparable revolución sea eficaz: cuando quieran darse cuenta, seremos más los quintacolumnistas dentro del corazón del capitalismo que ellos, y fácilmente les derrotaremos. Con que alegría revolucionaria escuchan los camaradas proletarios mis insinuaciones sobre la calidad de la revolución y las bondades del socialismo inevitable y el asombro se dibuja en sus caras mientras escuchan lo que puede ser siempre su futuro; mientras escuchan unos, los amigos intentan robarme el bolso. Mientras tanto, sigo avanzando insertada entre el proletariado oprimido antifascista hacia Río Grande.
¿Podría decirme que camino debo tomar para irme de aqui? preguntó Alicia; "eso depende, en mucho, del lugar al cual quieras ir" contestó el gato. "No importa mayormente el lugar" ; "en tal caso, poco importa el camino" "...en tal de que lleve a alguna parte..." "puedes estar segura de que todos los caminos conducen a alguna parte, en tal de que andes un trecho lo suficientemente largo"
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