"los nuestros" - los ciudadanos democráticos comme il faut, los abertzales, los arios, los del partido, la vanguardia del proletariado- son, propiamente, los únicos sujetos de relaciones morales. Los demás, como cualquier otro ser no humano, sólo plantean problemas de tipo técnico. Un ceraste menos. Un terrorista menos.
Y las aterradoras utopías que levantó ese orden de lo no-humano muestran en la siniestra figura de Aguirresarobe a uno de sus epígonos degenerados, pero fiel cumplidor de lo esencial de las mismas.
Y hay que reconocer que el Sr. Espada ha sintetizado de modo inmejorable el corazón de dichas utopías - frente a las cuales el rito de las urnas es sólo coartada - y su cortejo inevitable de crimen y "deshumanización", al cifrar la detención de Aguirresarobe en una cuestión técnica, no moral, donde no caben relaciones personales, y donde los criminales no son hombres, sino alimañas.
Pues no, Sr. Espada. Aguirresarobe no es una alimaña, ni Ud. y yo somos unos chakurras.
¿Podría decirme que camino debo tomar para irme de aqui? preguntó Alicia; "eso depende, en mucho, del lugar al cual quieras ir" contestó el gato. "No importa mayormente el lugar" ; "en tal caso, poco importa el camino" "...en tal de que lleve a alguna parte..." "puedes estar segura de que todos los caminos conducen a alguna parte, en tal de que andes un trecho lo suficientemente largo"
No hay comentarios:
Publicar un comentario