domingo, 22 de abril de 2007

Domingo

Simplezas como preocuparse de la propia supervivencia quedaron de lado. En la situación actual de España, es difícil no estar atento a la política. Como presas de un ataque histérico, los politicastros en boga han destruido su estipendio: ya nadie cree en ellos, ni confía, ni se fía.

Amenaza la mínima supervivencia la realidad, y no es broma. En las vascongadas es de libro la realidad nazi de quien allí viva; no abundaré en los datos: el que no quiera ver, no lo verá.

Sacrificar la búsqueda de la libertad por la paz es cambiarle el nombre a la rendición, a la sumisión. Caro precio.

Pero a corto plazo ha funcionado: habrá que estudiar con sosiego cuanto de bien, en activa y pasiva ha hecho eta a la estructura política de la España postfranquista, y nos sorpenderá, o no.

Pero ese negocio lucha por afianzarse y perpetuarse: de hecho, tiene más antigüedad que el uso de internet, y reclaman un sitio, que creen les corresponde. A quien le haya dado pábulo a que lo crean, Dios lo juzgue.


 

Pero es la realidad, de España hoy: la ignorancia que es la génesis de la maldad es la que manda: ignorantes son la cúpula del partido en el gobierno, y su maldad está verificada; ignorantes son la oposición: hablarán bien, pero de hechos, nada: son lo mismo, pero van de mejores. Nada dicen ni nada dirán en firme, porque continuarán esta lamentable situación.

Preparémonos a la guerra, porque está ahí.

Y mientras tanto la gente desconcertada se ha encerrado en su egotismo; y mientras tanto, la gente se entrega al sexo sin amor, a la mentira como forma de vida a la tibieza y al horror, creyendo que son vivos, siendo esclavos orgullosos de serlo. Y mientras tanto la bajeza se perpetúa en la creación de esclavos: propaganda de las drogas, en vez de sistemas educativos, premios a la mediocridad y la tibieza, la bajeza y la vulgaridad como modelos para maquetar: la excelencia proscrita, acabaran declarando proscritos a Cervantes y los clásicos, hasta que declaren que el amor es fascista, o la posesión, o la entrega, y todos debamos de ser mecanizados hasta lo más intimo.


 

Para justificar vidas inanes en su propia inmadurez, sacrifíquense todos.


 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Y al niño que llevamos dentro, ese monstruo que en tiempos anteriores perdía el protagonismo conforme se avanzaba en la vida, y que por mor de sociedades cada vez más entregadas a la egolatría ya es la estrella invitada hasta el día de la muerte. Gratificación, gratificación, gratificación: es todo lo que pide el bambino.

Juan dijo...

Aunque parezca una salvajada lo que voy a decir, lo digo:

Deseo que ETA vuelva a matar (si me toca a mí no me importa), para ver hasta donde llega la estulticia nacional.

Para ver si el ansia de poder del gobierno actual le ofusca de tal manera que sea capaz de decir que los atentados son hechos aislados y que las conversaciones de paz continuan por buen camino.

Para ver si al pueblo soberano (?) realmente lo han castrado o está amariconado, adocenado, idiotizado y aborregado por vocación y convicción.

Pena de país.
Pena de pueblo.
Pena de políticos
Pena de juristas.
Pena de comunicadores.
Pena de sindicatos.
Pena de ............, de todo.

Asco me da todo.

Ea, ya me he deahogado.

Ignacio, despues de lo agusto que me he quedado, no me importa que no apruebes este comentario.

Saludos paisano.

o s a k a dijo...

un texto magistral que voy a recomendar a un par de amigos (tampoco es que tenga más)

un abrazo desdelatrinchera

n a c o