jueves, 26 de abril de 2007

Abonos, indirectas, tachas

El abono es lo que podía presentar el reo de lo que abonaba su vida y su ortodoxia.

El proceso de indirectas con su interrogatorio y testificaciones correspondientes era otro de los recursos jurídicos previstos por el procedimiento inquisitorial, formalmente mucho más equitativo de lo que se cree. En virtud de él, el reo salía indirectamente al paso de las acusaciones que se le hacían, aduciendo escritos, hechos o palabras que eran pruebas indirectas de la falsedad de los cargos.

El proceso de Tachas obedece a otra práctica procesal propia del derecho inquisitorial. El anonimato de los acusadores era compensado por el derecho del procesado a tachar a eventuales denunciadores en los que podía confluir odio, enemistad, rencor o rencillas personales. De ser aceptadas, dichas tachas invalidaban o mermaban la fuerza de los denunciantes.

Con las tachas no descubre a sus posibles acusadores, sino solamente a aquellos en quien podía darse parcialidad o apasionamiento contra su persona.

Es decir, sin saber nada de haber sido acusado por alguien, se elabora un listado diciendo: éste, diga lo que diga, no vale.

3 comentarios:

Peggy dijo...

Es una especie de recusacion , en el derecho actual existe esta ultima , claro por unas causas concretas

Anónimo dijo...

Exacto, las tachas de los testigos y peritos aún siguen vigentes hoy en día, y por eso antes de declarar se pregunta si se tiene interés directo o indirecto en el caso, si es amigo o enemigo, etc.

El proceso inquisitivo que tan mala fama tiene, inspira figuras como el Ministerio Fiscal (que viene a ser, digámoslo así aunque no sea del todo exacto, una especie de inquisidor actual).

Peggy dijo...

Tambien se recusan jueces , testigos ....todo sea por la imparcialidad y la independencia , al menos sobre el papel