sábado, 26 de marzo de 2011

Las costuras de la realidad

Sistemáticamente nos inflan de propaganda sobre los avances científicos en materia de reproducción: es eugenesia, lo de obtener la raza aria y todo eso, pero como se hace con talante y otra argumentación, cuela como avance científico. Todo es científico, sobre todo los anuncios de detergentes para lavadoras; y supongo que habrá que analizar cuanto presupuesto se destina a qué. Con la cantidad de científicos que hay, es que ni uno se le ocurre pensar en cosas distintas: nadie investiga cómo acabar con la caries, o hacer perdurable la dentadura o provocar una nueva dentición; cómo hacer crecer pelo a los calvos, o anularlo en partes del cuerpo en las mujeres: tan imbricado en la apariencia como es el avance en medicina, por ahí, nadie estudia nada. De las ingentes cantidades que se destinan bajo el paraguas de la sanidad, habría que discernir cuanto va en burocracia, y cuanto en estudios dirigidos que apoyen la enorme ingeniería social. Porque pensar en estudios limpios basados en el conocimiento o el buen vivir y perdurar de las personas, ya no es ni siquiera planteable.

Avances en medicina: todo son avances, claro; aquí, todo son avances y progreso sostenible por lo civil, pero la gente cada día está peor, peor tratada y peor considerada: se trata de la vida de las personas, de entrega, de dejar vivir al otro su vida y no imponer criterios sociales por mucho consenso que haya.

No consideran sagrada la vida ajena; así dan la medida de sí mismos y su soberbia: así, puede ser que sean progresistas y aceptados socialmente, pero niegan su propia condición.

Y así va la sociedad.

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