En la liberación de Irak que no participamos más que después, no hubo muertos españoles; pero consiguieron que la gente se elaborara una rotunda leyenda personal de luchadores contra la opresión mandándolos como borregos a las manifestaciones: ellos si defienden ¡la paz! y ahora que llevamos 94 muertos españoles, chiquillos realmente, nadie dirá ni mu: no importa la vida, ni los otros, tan sólo que se elaboren cada cual sus propias leyendas personales y en eso la progrez marxistoide es magistral; nadie ha puesto aun el grito en el cielo a esta hora porque el tal Alonso, ex ministro, y se supone que juez haya soltado la estupidez de que War no significa guerra: ese tipo tiene el poder de meter en la cárcel a quien quiera ¡Dios mío, es el horror! un tipo así es un desastre nacional en sí mismo, y está en los más altos sitios de poder.
La vida no vale nada es una canción cubana de apoyo a Castro y demás, que tanto alaban los progres de España; la canción es de uno que su madre dijo que “si es niña le llamaremos Silvia” y el otro “icono” de la progrez es Pablo Milanés, que tanto confía en la revolusión cubana y en el régimen y en la sanidad que el estado cubano le paga el avión para que vaya a Los Ángeles a tratarse de su horrible enfermedad.
Y ahí andamos, dando vueltas por el infierno.
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