Mujeres.
- Las mujeres en España nunca han perdido el apellido al casarse; de todo lo demás que resulta ahora tan “machista” resulta que estaban igual, o mucho mejor que en el resto del mundo.
Colonias.
-La mejor, Varón Dandy. España no tuvo colonias y por tanto ningún problema con ellas; trató a todos los territorios ahora de habla hispana y sus posesiones de ultramar como provincias españolas, o como autonomías actuales.
La Inquisición Española.
- Establecieron el sistema de proceso jurídico tal y como se usa ahora, sólo que entonces todos los reos tenían garantías, no como ahora; reformaron la estructura de la iglesia católica haciéndola espiritual y enfocada a la piedad; algún desmán se hizo, pero nada de lo que oiréis por ahí: lo de las brujas y demás es cosa de puritanos, hugonotes y demás.
Esclavitud.
-España en pleno, y desde dentro de la iglesia católica se opusieron fervientemente a que una panda de desalmados hicieran esclavos en tierra española: desde Francisco de Vitoria, pasando por Luis Vives, Las Casas, Cisneros, Torquemada, Carranza, y todas las cabezas de la iglesia católica en España, se opusieron a la élite de la nobleza del momento y la presión de los países esclavistas y España no tuvo esclavos jamás, nunca.
Pues en base a gente que le quita el apellido a las mujeres –gabachos y sajones- justo los mismos países que tuvieron colonias y traficaron con esclavos y consideraron a las personas de las colonias como animales, por tanto, elaboran la leyenda negra de España, que ahora la progrez asume propia, por ignorancia y haraganería en general: basta con estudiar un poco.
Pero la maledicencia en estos y en todos los tiempos brilla más que la verdad: tiempos rotundos, días recios, gente infame, la idiotez sublimada.
Pero la maledicencia hace más daño que enfrentarse a la verdad.
2 comentarios:
Uyuyuyuyuy ... veo que recaes en el lado oscuro. Le recordaré a tu médico de familia (¿se dice así ahora, no?) que te recete otro cartón de progrepensina.
Menos mal; coherencia y criterio con base científica. ¡Qué falta hacen textos y comentarios como éste!
Un abrazo
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