Los sarracenos con su taqiya siguen malformando la realidad; la realidad paranoica elaborada en los cerebros de la satrapía que cambia de pareceres y de “sensibilidades” conforme los petrodólares, narcodólares y chinodólares entran a las arcas “del partido” ONG y demás centros de corrupción y degradación social y personal, aprovechados para aumentar la secta de vividores y gandules, dado que en la universidad ya no cabían todos.
De tan execrable modo sus sistemas de penetración son fáciles, y eficaces: engrasan la maquinaria con dinero, y funciona: funcionó cuando mantuvieron con el dinero de los templos sumerios todo el “esplendor” de Grecia, y Esparta se resistió a ese dinero fácil, y salieron por piernas; hubo que hacer una reconquista, porque eran demasiado buenos y por eso los echaron; hubo que hacer Lepanto y el santo rosario, pero claro: ellos son víctimas, como los vaginistas de la progrez, que basan en el victimismo y el tiro en la nuca y el uso fraudulento de todo para salirse con la suya, como los tontos de pueblo (delante de la banda mueven un palito para sentirse importantes) que no escuchan a razones sino que lo importante es “salirme con la mía” y “he ganado” sin ninguna humildad: nada crean, todo lo destruyen y son ineptos cerebrales, y ya llevamos treinta años de progrez y han acabado con todo, con la gallina, los huevos, y el oro. La generación progre: la primera en la historia de la humanidad que deja menos herencia de la recibida.
Esto no tiene ni sentido, ni común.
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