| ocultar detalles 18:25 (11 minutos antes) |
Ignacio:
NO he podido encontrar tu libro 'Una realidad fractal' en la tienda de Barnes and Noble que es unos de los mas grandes en EE.UU. Me dijo la mujer que no sabia donde conseguirlo porque no aparece en el sistema. Y que necesito yo buscar por internet un sitio web.
ISBN: 8415039034 ISBN-13: 9788415039037
Un abrazo,
XXXXXXXXXX
5 comentarios:
Bueno, yo tengo dos pedidos en Santander.
No es lo mismo, pero... :)
Tengo varios mails con más o menos lo mismo; no se, le comento a la editorial a ver que me dicen e informaré.
eNe:Claro que no es lo mismo, ni habría sido lo mismo si viniera de Rusia.
Porque salir del finis- terrae y cruzar hasta China para encontrar nada menos que el quinto continente es el viaje fundamental de la humanidad, el que cerró la tierra para siempre, y las células nuestras y de nuestros abuelos lo llevan grabado a fuego y no lo olvidan.
Todos los que navegamos sabemos que el viaje de los viajes es el cruce del atlántico.
Ignacio: Los peregrinos que llegan hasta el finis terrae han de hecharse al mar para completar su viaje, y así ver el otro mundo.Les basta el bastón si saben usarlo, es la brújula original.
Si van a finisterre no son peregrinos; se peregrina a la tumba del apóstol.
Si, hace mucha ilusión que la mayoria de lectores los tengo en toda América, la verdad, y que te enteras de estas cosas por mails me gusta: me escriben los lectores, me cuentan, etc, eso me gusta; además de en Santander parece que hay fallos de distribución pues en muchos sitos de España y Europa no lo han podido pedir, ya he informado a la editorial, y seguiré informando cunado pueda.
Aviso:
Me regaña Ignacio con razón por haber escrito "H -echarse al mar".
Es la tercera vez que cometo ese error, así como el contrario, escribir "echo" sin H.
Esa clase de avisos los dejo estar. Acepto de buen grado toda reprimenda y a mis hijos les diré que se escribe sin "H", pero no pienso corregirlo.
Ciertamente, sólo echados podemos ser hechos, pero eso ya es mi jerga y mis juegos privados, y en esta casa tan libre siempre dejan jugar.
Por otro lado, dado que el apóstol, a diferencia del mensajero, es uno con la palabra que porta, la Tumba de la Palabra o Tumba del Apóstol es necesariamente el finis terrae.
Y más allá de la palabra o tierra está, precisamente, El Mar o silencio.
(cualquiera que haya navegado en solitario sabe que a poco de partir la cabeza se silencia por completo, atenta sólo al barco y las olas)
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