El problema no es lo que cobran los controladores, eso es el moto para azuzar la envidia y justificarse; el asunto es que no sólo todos debemos ser proletarios en la medida establecida y dentro de la medida; una organización social rígida y clasificada, fácilmente sistematizable y ordenada como una colección de sellos, y controlada por”los de toda la vida”
De ese modo ya no hay médicos privados, no hay arquitectos ni ingenieros, de momento sí hay abogados pero solo porque son la “obediencia debida” al sistema, todo lo demás no sólo ha de ser proletarizado sino además en los términos y condiciones que ellos determinan, para eso están los sindicatos del régimen, a los cuales ahora Pepiño el de los palotes dará protagonismo en el tema aéreo, para desprestigiar al sindicato real, que es el que han montado los trabajadores; nada nuevo, es el divide y vencerás y ofrecer siempre una “alternativa” que siempre resulta ser la que les beneficia; hay muchos casos, claro; al principio de sus gobiernos, Pepiño montó a cuenta de no se qué una sección de “cristianos socialistas” en el psoe, para debilitar a los católicos; por lo civil les funciona mejor de lo que jamás creyeron: está el pp y hazteorín, que son los esclavos perfectos. A los cristianos socialistas parece ser que sólo se apuntaron los obispos.
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