sábado, 16 de octubre de 2010

Sardinas frescas

Las dos escisiones del sindicato vertical que se montaron para destruir hasta el recuerdo de la CNT durante la transición del Franquismo a este tardofranquismo deplorable estarán ahora estudiando seriamente la posibilidad de montar comités y pedir mas subvenciones para protagonizar a toro pasado la liberación de los mineros en Chile: y por supuesto a negar la evidencia de la fe de todo Chile, y de la capacidad de rezar de la hispanidad. Derivarán cualquier argumento para negar la evidencia de la verdad: no es de extrañar, viven de eso, y viven muy bien, como los de las ONG, las cuales, a fecha de hoy, no tienen nada que decir de un escándalo con la financiación de las ONG en la autonomía valenciana; estos individuos que con su oenegismo miran por encima del hombro a todos con una soberbia realmente impresionante: nadie, ni uno, ni siquiera por disimular han dicho nada: queda pues en evidencia que de ese pastel han tenido muchos parte del reparto: no habla nadie, porque todos tienen mucho que callar.

La satrapía política, queda en todas sus vertientes impávida ante el pacto de José Luis Rodríguez “El puma” con los integrantes de bandas criminales para formalizar su status: los unos amparan criminales, el otro desprecia a su propio partido para entregar poder que no es suyo a gentuza; ni los suyos, ni los presuntamente contrarios tienen nada que decir de tal aberración: entre bomberos no se pisan la manguera, y el pacto de la sociedad del bienestar que nos hemos dado a nosotros mismos y consagrado por la constitución que se entregó a los progres en lo alto del monte del olvido por el gran arquitecto progre de la progrecisidad ha de seguir funcionando por la sostenibilidad del sistema y de sus cuentas corrientes: o sea, ese argumentario que nada dice es la justificación de los ladrones para seguir robando.

Todo está en evidencia: la jerarquía católica da pena, el ejército parece en rebajas, los “políticos” tan sólo son un club como podrían ser una cuadrilla de amigos de merienda, solo que robando con descaro; el gobierno es una recua de gaznápiros llenos de soberbia, vacios de contenido, de todo contenido; el ministerio de la oposición es una cuadrilla de lelas cursis que salen pero sin mancharse porque son guais de las de verdad, eso si: la lección se la saben, han estudiado.

Y nada nos vale para nada, porque tan sólo son verduleras discutiendo estupideces a gritos en un mercado de bajezas y zafiedad, y obviando todo lo relevante: imposibilitan cualquier acción ¡lejos de nosotros la eficiencia! y así hemos llegado aquí: la gente manipulada por propaganda, pero más que harta, todos, por todas partes: hartos de esta pelea de verduleras que se creen princesas, hartos de este congreso de tontos de pueblo engolados y soberbios que para nada sirven; España está harta, y no son momentos de seguir haciendo el imbécil.

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