Van Gogh pudo perder una oreja en una borrachera de absenta porque su hermano era culto y le subvencionó que hoy tengamos sus cuadros como referente: el nieto del hermano se dedicó al cine y el hombre hizo una película aherrojada a la realidad suya, y mientras rodaba en Holanda una película sobre la liberación de la mujer le descerrajaron dos tiros en la cabeza en plena calle.
Theo Van Gogh murió en plena calle. Sus amigos le honraron: Ayaan Hirsi Ali sigue siendo perseguida, y los holandeses, tan valientes, hasta le hicieron irse de su casa por miedo a atentados; su amigo y colaborador Geert Wilders no solo lo penó privada y públicamente: dedica su vida a seguir el camino de su amigo buscando la justicia y la verdad.
Ahora están siendo denostados: a diferencia de Woody Allen, o Román Polanski, nadie del cine ha salido a reivindicar su trabajo, su honra o su memoria.
Ni uno.
Theo Van Gogh estaba rodando Sumisión. Geert Wilders ha rodado Fitna: aquí os las pongo. Ayaan Hirsi Ali está preciosa: asusta saber que es una mujer con la ablación de clítoris hecha, una diputada socialista a la cual su partido echó de todas partes por miedo de que defendiera la integridad de la mujer, era diputada socialista.
Sumisión:
Fitna:
1 comentario:
Estimado amigo:
Te ruego disculpes este spam sobre mi nuevo blog de viñetas http://andalucia-tercer-mundo.blogspot.com.
Gracias y un saludo.
Ropo.
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