jueves, 14 de octubre de 2010

El hombre en la luna

Mayor gesta que la llegada a la Luna es haber sacado con vida a los mineros; gesta técnica, y de la condición humana: porque lo cómodo y lo que se insistió es que “estaban muertos” lo cual habría acabado siendo cierto de no ser por que el presidente se emperró en buscarlos, y no lo estaban: demasiadas profecías autocumplidas de ese calibre se adivinan sin forzar la vista atrás; se les encontró, y vivos, mientras el campamento montado alrededor era conforme toca en nuestra cultura un fragor católico de misas y rezos: todo Chile estuvo rezando, y las campanas tañeron cuando se les supo vivos; confirmado en su certeza tan de agradecer, el presidente tuvo que elegir entre tres planes, a, b, c: eligió los tres; el que al final ha funcionado ha sido el b, pero iban los tres en marcha.

Gracias a la entereza de ese presidente, no han muerto: los sindicatos deberían aprender de él. No creo que lo hagan.

La NASA, una compañía australiana de prospecciones, y no se cuanta gente más entendida del asunto una vez enterados ofrecieron su colaboración, que no fué nadie a pedirla, ni fué rechazada: los mineros, han salido.

Ha sido un éxito de la humanidad, mayor que ir a la Luna; toda la humanidad celebra que el día de la Hispanidad haya empezado el rescate, que hayan salido, que estén bien: es un logro de toda la humanidad, y yo me he alegrado realmente.

Los mineros han declarado que les ha sostenido dentro la fe; todo Chile ha rezado en masa por ellos; es una gran demostración de nuestra cultura y unidad, más allá de imbéciles, caudillos y salvadores de los demás, sobre todo de su dinero.

Es una alegría. Para todos.

2 comentarios:

Conrad López dijo...

¡Amén, amén, amén!

Interruptor dijo...

Como aquí no hay un botón de “Me gusta”, como en el feisbuc, tengo que decirlo en el comentario: enteramente de acuerdo con lo que dices.