jueves, 6 de noviembre de 2008

Educación, Lengüaje

Mucha gente en el proceso de formación y la adolescencia se orienta por la sonoridad de las palabras; era rarísimo saber inglés pero todos oíamos canciones en inglés y las tarareábamos: el proceso de formación personal nos lleva a aprender y a ciertas dosis de humildad, voluntarias o forzadas, en nuestra ignorancia. Siempre había el listo que para aparentar se dejaba llevar por las fonéticas y llegaba a creerse lo que decía.

Sólo de ésta manera se comprende la fulgurante carrera de los próceres y amos de los sindicatos: oyeron hablar de Sacco y Vanzetti y en su rigor intelectual entendieron “a saco con la panceta” y de ahí su vehemencia militante.

Estoy seguro que esa es la causa profunda de la casta política que sufre España.

3 comentarios:

o s a k a dijo...

Cierto. Recuerda lo que dice el gobernador de Sin City en la película homónima: "...y una vez aceptan lo que saben que es mentira, los tienes en tus manos."

más claro, agua

¡quién pudiera hacer cine!


me alegro de que pongas el acento en cuestiones tan superfluas como la 'sonoridad' de las palabras: somos una sociedad enferma y profundamente inculta, y mucho más acomplejada y preocupada por el qué dirán (y el que diré), que otras épocas hoy tachadas de tópicas, de clasistas, de estereotipadas.

sólo puedo llegar hasta aquí, y mira que lo siento, porque es "el tema de nuestras vidas". Otras obligaciones menores me reclaman, master, pero me alegro de que ante fenómenos desquiciantes,a berrantes, contra-natura te salten las alarmas y lo digas.

hay que plantarse

n a c o
noimputmaximumoutput

Luis Amézaga dijo...

Si suena bien tiene que ser bueno ¿no?

Hasta cuándo.

o s a k a dijo...

pues seguro... Latrocino, masacre y delación siempre me sonaron bien, desde luego

n a c o
NegrosobreBlanco

(y no va con segundas, pepiño)