Y me enseñas las fotos de tus nietas: hay que joderse. Éramos inocentes y creíamos lo que hacíamos: muchos interpretaron los silencios como asertos, muchas saqueadoras, saquearon; mucha hez y mucha morralla necesitaron para tapar tal explosión de creatividad que no podían asumir: por tierra mar y aire hicieron por acabar con aquello, cuando debía haber sido fomentado como paradigma, pero la historia se ve mejor al tiempo y lo que pasó, pasó, me guste o no.
Medraban los más tontos, vía el peloteo –que no adulación- y la inserción en el sistema vía la progrez: los más tontos, cobardes, y poco creativos son los que medraron, y así va España; y ahora veo la gente que entra a las universidades y a los partidos, e intentan medrar por todas partes y veo a sus padres, pero sobre todo a sus madres que han sublimado sus frustraciones en los hijos, neobarbies pero en progriz: véase las ministras “jóvenes” que son modernas, modernas del siglo XIX, e incapaces, sólo repiten un esquema cutre pero les ha funcionado: cuatro tópicos y un discurso trufado de vaguedades y guiado por “positivo” y “negociar” pero ahondas un poco y ni saben de lo que hablan: no hay longitud de onda, pero sus mamás encantadas, “que son las mejores amigas de sus hijas” algo deplorable.
Pero les funciona: como el ejercito de monos amaestrados de Bart Simpson, desde la escuela les han inculcado los mantras de la progrez y a ellos responden sin análisis ni criterio: véase las movilizaciones de Irak y compárense con las de Afganistán; véase el lío del prestige y el que han montado con los trece barcos que han encallado con marea negra desde que manda José Luis Rodríguez “El puma” véase como asumen un imaginario propio de elecciones, pero de las elecciones de 1931.
Pena.
1 comentario:
Y después de ver todo eso, aún hay quien dice que la crisis en España viene de fuera.
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