Juan Sánchez que consiguió eludirlos durante un buen tiempo, le escribió a su amiga Doña Isabel “y del rigor, me mudaron hasta el nombre” sin siquiera haber pasado por el rigor del tribunal de la inquisición, lo habían negado en su existencia: le habían “mudado” hasta el nombre.
El Gobierno de España quiere cambiar los nombres de las personas por códigos de barras tatuados, muy modernos eso si.
Dicen que la Inquisición era mala; los mismos que apoyan esto.
Más que una redundancia de la historia, es una rebuznancia, valga la repugnancia.
3 comentarios:
Seremos conocidos por un número, como los prisioneros en Auschwitz.
El próximo paso será llevar el código de barras tatuado. El número de la bestia, y todo eso...
Pero es que no se enteran. Ya no hay apellidos del “padre” ni de la “madre”, hay apellidos del progenitor A y del progenitor B, así que toda esta memez ya no tiene sentido porque antes hicieron la otra memez. Si es que no son coherentes ni en su propia estupidez.
Pues yo voy a pedir que me tatúen el código de barras en el dedo medio, así cada vez que me lo pidan en algún sitio puedo hacerles un corte de mangas.
Qué asco de expañita.
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