Conocí a Piazzola por el camino que va de Paco de Lucía, Al Di Meola, Jhon Mc Laughlin ,y por Chico Buarque; también Buarque fué la vía para llegar a Vila Lobos; reflexioné sobre esto cuando traté con D. Cristóbal Halffter, porque los caminos para ir descubriendo música y músicos son para mi definidos, trazados y luminosos de aquí hacia atrás, al momento en que los descubrí.
Me asombra que la gente desconoce la literatura clásica; todos, a todos: ni a Borges conocen, que anduvo por tertulias en Sevilla en bares en los que estuve el otro día, pero cada cual sus liturgias. Como una alineación de planetas, descubrí el otro día en el fragor de la trama de la red algo que desconocía su existencia y jamás habría imaginado: Borges, con Piazzola, grabaron un disco de tangos: los círculos del Aleph siempre se cierran a pesar de la cantidad de malasombras inmundas que pueblan la vida; a pesar de toda metida de pata.
Permanece el hombre en la esquina rosada.
Nada hay que no haya sido descubierto antes, por emocionante que me parezca: aquí lo tenéis, descargable, claro.
Las esquinas infinitas de la red son la biblioteca de Alejandría, con Justine navegando el lago Mareotis.
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