sábado, 9 de agosto de 2008

El lado oscuro

Annakin convence a su madre con el argumento de ella: "el problema de esta galaxia es que nadie hace nada por nadie" de ese modo, poniéndose al extremo salva a los buenos: se percata Qui-Gon Jinn que descubre en él cualidades extraordinarias. La burocracia de la orden Jedi le hace imposible que el niño sea debidamente entrenado: ha de morir Qui Gon para que le permitan acceder a tan selecta sociedad y ser de ese modo portador del título.

Para un crío tan extraordinariamente dotado, ir a cualquier escuela es un suplicio; el aburrimiento es ley: después ha de ser tutelado por un mentor, que le obliga a ser reiterativo en el entrenamiento y segando sus capacidades constriñéndolas a la norma: acaba obviamente harto de tanta regla, necesarias para los mediocres que aprendan, superfluas para alguien naturalmente dotado. Entra dentro de la lógica que quiera destruir la escuela hasta sus cimientos: elogia la mediocridad despreciando desde la base la excelencia; a él se le ha minimizado; entiende con toda lógica que tal institución es mala para gente bien preparada; garantiza su sucesión mediante Amidala, y luego quemado se retira a ver pasar los días, da igual el modo. Y no le importa morir, después de divertirse un rato.

La escuela en sus reglas y reiteraciones es necesaria para la gente normal, los que no lo son, la sufren. La sociedad es lo mismo; pero también mucho desahuciado cerebral, fracasado y miedoso se escuda en una presunta excelencia para justificarse ante sí mismo y la sociedad: el oro siempre es el oro, aunque lo arrastres y lo pises: la escoria siempre es escoria, aunque te esmeres en purificarla*.

El mismo ejemplo lo tenemos con Hannibal Lecter: saturado de tanto sufrir la mediocridad, va acabando con aquellos que le perturban: el modo es irrelevante, porque todos salisteis del cine encantados de que el caníbal saliera de la cárcel.

Son dos ejemplos: su excelencia personal constreñida por los hábitos sociales los hace reales enemigos de la sociedad: ellos han sido siempre sometidos a presión: siempre un poco más, siempre un paso más; los mediocres se escaquean y medran. Al final, revientan y lo hacen saber, como el Conde de Montecristo.

En la historia hay los mismos casos: Poe, Kennedy Toole, Lezama Lima, Santa Teresa, San Ignacio....... Y también hay ejemplos de los que han adoptado la posse: si no soy excelente, comportándome como si lo fuera, la sociedad me valorará como tal.

Ahora los modelos son otros, las posses otras, pero sigue existiendo. Ahora justificarán drogarse porque lo hace Winehouse, lo que no harán es ni siquiera intentar hacer canciones tan bonitas, o esforzarse en cantar bien.

A partir de septiembre la consciencia colectiva española se va a manifestar:  la gente del sistema judicial (tan puro e impoluto que se puede comer en su propio fregadero) los de éste sistema, o bajan la presión y aparentan una seriedad cuando menos creíble, o no van a ser demasiado bien considerados, por no decir más; la casta política, tan repipi, redicha, amanerada cursi pomposa banal vacua cutre deleznable onerosa y engolada o demuestran que hacen algo bien (aunque sea callarse) o van a sufrir las opiniones de sus votantes, expresadas en pedradas métricas por político orondo (....y se quedan tan orondos....(esto, es de La Biblia)) a partir de Septiembre, cuando las iglesias se llenen, deberá demostrar esa jerarquía que está a la altura de sus creyentes; a partir de septiembre los inspectores de hacienda dirán en los bares que son representantes de calzado: es una profesión vergonzante: extorsionando a la gente normal, por encargo; a partir de Septiembre no valen las medias tintas o las palabras cursis y relativistas, o se es o no se es: porque la gente no va a mirar demasiado lejos ni con demasiada condescendencia: tonterías las precisas.

La gente está demasiado comprimida, a cambio de nada, y llevan demasiado tiempo aguantando; o aparecen soluciones, o la voz del pueblo atronará.

*Esto creo que es de la letra de un fandango.

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