viernes, 7 de diciembre de 2007

España

Unos tios enormes, dándose mandoblea tremendos, pero nunca hay sangre. Y cuando parece que la va a haber, en seguida reculan (v.gr. Mariano ayer en el congreso) no vaya a ser que nos hagamos daño. Tienen sus locutores enfervorizados (Fedeguico, Gabilondo, y resto de panda) y un público entregadísimo incapaz de pensar más allá del artificial y fantasmal combate que se vive en el centro del ring. Un publico que es anti-este o pro-elotro, y que cualquier cosa justificaran del campeón amado, con la espúrea cantinela de que todo sea porque al otro lo saquen del ring.

El Embajador.

2 comentarios:

Anónimo dijo...




Hola!
Pase a saludarte ;)

Bonito blog...

Nos leemos.

Ignacio dijo...

Claro; gracias por la visita