Vaginas voraginosas

Cuando José Luis Rodríguez “El Puma” se vio acorralado en las cortes le espetó al ministro de la oposición “es el momento de dar imagen de unidad al exterior” o sea: que ahora no es momento de oponerse al gobierno sino todos debemos empujar por el triunfo de la revolución bolivariana de castrismo con talante, y que nadie se oponga: es un esquema que conoce cualquier hombre que haya conocido mujer, de “eso ya está superado” y “no me gusta hablar de eso” cuando no te montan un follón por algo de lo cual se sienten culpables y te montan la bronca preventivamente.

Un gobierno de secretarias de la Señorita Pepis y bedeles agradando al jefe desde su bruticia aherrojada, con un gran conductor, timonel en la tormenta, que esta “por encima” de todo tiene en este momento el presunto mando de España: presunto, se ha visto que entrega la soberanía nacional a cambio de nada: sumiso con los poderosos, implacable con los débiles: a la vista está, a ver quien defiende la validez de la izquierda en este momento.

(Saldrán diciendo “pues Rajoy es peor” pero nada podrán defender de lo que hacen)

Un ministerio de la oposición con unos funcionarios disfrazados que avergüenzan a la realidad: el efebo de Rajoy que lo metieron de diputado por Valencia y que en su juventud “loca” a los 37 años sigue presidiendo las juventudes del ministerio de la oposición es pillado por la policía en un accidente borracho y nadie le ha quitado el carnet como al resto de españoles que están pagando esta abominable legislación; un González Pons de belleza en siete días que declaró siendo concejero de Medio Ambiente en la taifa Valencianí que el “era como una sandia, verde por fuera y rojo por dentro” una Cospedal que está casada con uno de los implicados en los aeropuertos de Castilla la nueva y  el dispendio y consiguiente pelotazo: nada dirán mas que pactar lo de las cajas: no dirán ni por asomo de que empiecen a desfilar hacia la cárcel todos los implicados en cualquier desmán; pactan su impunidad.

Vaginismo: actúan con la misma actitud con que siempre han asesinado las mujeres a los maridos, por la espalda, con veneno, no a la cara ni abandonando nunca sino destrozando pero sin que se note, intentando estar a todas las bandas en piruetas de corrección política; palabritas engañosas y ofensas fingidas para salirse con la suya: “si si, tendrá razón pero yo me he salido con la mía” como hacen todos los retrasados mentales incapaces de enfrentar sus propios dislates y madurar; vivimos una satrapía abominable instalada en la soberbia como forma de vida, y la gente lo asume y los defiende: o cae el sistema, o muere matando: como anarquista no podría encontrar mejor aliado que “El Puma”: él solito puede hacer caer toda la degenerada estructura del capital financiero, y acabar con el sistema.

Vaginismo: el victimismo como norma degradando  a las mujeres a meros instrumentos de uso sexual: los hombres siempre penados, si te divorcias tienes que pagarles por los servicios prestados, con el estado garantizándolo como gran macarra; vaginismo, los niños utilizados como armas con la anuencia del estado; vaginismo, la ley discrimina a los hombres con el mismo esquema ya conocido: “es que los arios se sienten discriminados por los judíos” así que hay que hacer “discriminación selectiva” y proteger a la mujer: todos los inmaduros se creen defensores y héroes anónimos: si no hay ofensa la inventan para sentirse superhéroes, y acaban siempre generando victimas causando problemas y no solucionando nada; vaginismo, siempre se encuentran ofendidos en su dignidad y reclamando un trato que son incapaces de asumir porque quien lo reclama es porque no lo merece, enquistados en un encorsetamiento ceremonial debido a corrección política que hunde cualquier relación normal a ningún nivel, vaginismo: si no somos sumisos seremos denostados públicamente calificados de machistas y fachas en aplicación en estricto rigor de la ley de Ignacio; vaginismo: hemos caído en la trampa del ductilismo buenista adolescente y caro lo pagamos y caro se lo vamos a hacer pagar a las generaciones venideras: vergüenza nos debería dar.