Se llena España como niebla de mediocridad: de las ciudades a los pueblos, los bares están dejando de existir: en muchos sitios sólo veréis franquicias: se pierde el puesto de trabajo autogenerado en favor de la seguridad, aunque sólo sea mental, de pertenecer a una corporación: cada vez todo son más franquicias y menos bares; los hoteles son de grandes multinacionales, y cosas singulares y únicas cada vez menos: lógico es agruparse por intereses, y ponerse a la sombra de los grandes, pero perder la propia identidad en base a la eficiencia económica degrada a cada persona que trabaja ahí, más que gane, porque se proletariza y se despersonaliza: no trabaja igual que si es su negocio, si tiene algo más que perder que un sueldo, si el negocio lo levantas o lo hundes tu o se te hunde delante o te lo dinamitan.
Ya no hay placas ni en las ciudades de Medico, arquitecto, ingeniero; ya no hay fontanero ni albañil: todos subsumidos en una estructura superior, todos proletarizados de un modo u otro: por eso hay ahora algunos arquitectos singulares y muy poca o ninguna creatividad en la construcción, se construye mal, y feo: no es lo mismo trabajar por ti para ti que ser proletario; en la sanidad, no se puede confiar en que a alguien le han dado un poder bien munificado, y simplemente con eso y nada más debes confiar en alguien porque lleva una bata: en este esquema no es casual que haya 17 elementos colegiados en Valencia ejerciendo la medicina en los hospitales sin haberse molestado ni en comprar el título, a 13000 euros en el Caribe.
Recordareis alguno algunas marcas: Barreiros, Pegaso, Ebro, Avía, Bultaco, Ossa, Montesa….toda esa maravillosa empresa española que tantas maravillas creó, ha sido subsumida. (no me he olvidado de derbi, hombre)
Vamos a una sociedad socialdemócrata a fuer de estúpida: habrá una casta poderosa de sumos sacerdotes de la progrez, que encarnan los políticos manejados por las grandes corporaciones, una casta de sacerdotes que son los funcionarios, mucho más aviesos que una cuadrilla de inquisidores, y una plebe que despersonalizada tan solo trabaja y sobrevive sin alegría ni encanto.
No; no es una crisis de dinero: esto lo empezó F. González, al cual ya se le ve en la cara el peso de la conciencia, y sigue adelante, y no es cuestión de uno de los dos partidos ni por supuesto de la gente: es cuestión de que el sistema empuja y todos por indolencia nos dejamos llevar a la despersonalización, a la abulia y al entreguismo, y a pequeños pocos hemos hundido España en toda su excelsa creatividad, que ahora a la que nos descuidemos los poetas tendrán que tener un carnet del ministerio de cultura o de la sgae para poder ejercer y cobrar, si cobran, claro: ahí quieren llevarlo todo y racionalmente lo están consiguiendo.
Pero pensar en hace diez años: ahora sólo hay amargura, tristeza, mal humor y peores modos: vamos perdiendo las personas, y no se quien está ganando.
2 comentarios:
Leyendo las marcas de esa España de ayer, he pensado en Italia. Por qué Italia es siempre capaz de solventar una situación caótica y estructural, por sus marcas. Ellos sí han cuidado sus empresas y las siguen exportando al mundo entero incluida la mafia ;)
Degradación y pérdida de identidad ... no sé si es antes el huevo o la gallina, o simplemente es un circulo vicioso. Lo cierto es que es así.
Lo peor de no tener proyectos en común es que se arruinan los proyectos personales.
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