Simplemente, hay que dejar de escucharlos, atenderlos, y darles ni siquiera nuestra atención: viendo la satrapía y la actitud de todos en este momento, la reflexión es que de lo que hablen y donde hablen no vale nada porque
en un lado pegan los gritos
y en otro, ponen los huevos.
Lo dijo Martín Fierro.
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