El rumor que no ceja

Reivindican como personalidad la ignorancia: cada vez con más vehemencia y categorizando como un estilo, el escribir con faltas de ortografía y atropellar la gramática: hablo de profesores de instituto, no de adolescentes; lógicamente si digo algo me llaman facha: para variar.

Uno habla utilizando la k, transmutando el sonido a la ortografía; otra dice que los puntos suspensivos al final de cada frase reflejan su personalidad; es más fácil justificar la ignorancia que aprender:  y simplemente se trata de saber leer, no podemos fiar la educación a una recua de gente que al año leen un libro, a ser posible de moda en el cual la chica es la buena y las iglesia los malos y se ambienta a ser posible en un pasado hecho oscuro: acaban transmutando esa ficción a la realidad y viven en el engaño.

La gran evolución de nuestra lengua fué la gramática de Nebrija: el lengüaje nos constituye pues ordena no sólo los pensamientos sino la forma de pensar; a mayor pobreza lingüística menor inteligencia: a la satrapía le interesa que la gente hable mal y les hacen creer que eso es lo moderno cuando no es sino su sumisión y su filiación como siervos de la gleba: el presidente del gobierno dice apoyar las cosas contra el sistema; como si el presidente del gobierno y su partido no fueran el sistema en su cariz más perverso.

Luego de conseguido esto, se les convence de que la estructura formal de los escritos ha de ser correcta y científica y como desconocen el lengüaje se fijan en modelos prescindiendo de su propia creatividad: todas las tesis doctorales de los últimos veinte años tienen la misma estructura y están igual de mal redactadas: ninguna dice nada que valga la pena: páramo de sociedad; y hacemos a los jóvenes perder la belleza de su propia juventud, no vive ya nadie por sí mismo sino en la ficción social de otros: hemos generado una sociedad de esclavos falaces, y es un precio oneroso y duro: mucho habrá que hacer para vacunarse.