lunes, 17 de septiembre de 2012

La conversación

-Añoro a mis hijos, sobre todo cuando no estoy con ellos, pero a ella, no.

-Si, la presión social sobre todo de los amigos presupone un dolor de pareja que no se da, pocos entienden la verdad del asunto.

-Vivo una gran liberación, aunque suene cursi la palabra.

-Te entiendo.

-Alimenté una gran mentira, que intenté creerme y que por fe fiduciaria quise convertir en realidad.

-Se encarnizan: pienso que en sí mismas son conscientes de que nos liberan.

· –Propio de personas débiles, vulnerables, y al fin y al cabo impotentes. Cuando amigos me dicen ¿no te viniste abajo? yo respondo, yo ya estaba abajo del todo.

-Y socialmente te destrozan, con la ley de su parte.

-Intentó humillarme muchas veces,  pero no lo consiguió: a uno no lo humillan, uno se humilla.

-Y la situación se hace deplorable. Creen que nos hacen perder, cuando ellas no se dan cuenta hasta que se la pegan de que lo han perdido todo y encima sin vuelta atrás con todo el daño del mundo.

Y la vida va.

2 comentarios:

Isa Garmendia dijo...

El convite al asesinato tendrá lugar en el próximo capítulo...perdón, no pretendo añadir leña al fuego pero leído el texto me ha venido a la cabeza la escena del pacto entre los dos tipos de "extraños en un tren"; quizás la imágen esté influenciada por los invitados que pululan en la Galaxia últimamente: su indígena e ilustre autoridad sabrá lo que se hace.
las voces que conversan son un acorde con ritmo sincopado; no divergen ni en acento ni compás; dos notas que arrastran una triste melodía a un solo punto, un desolado invierno; de ahí al estado de glaciación poco falta: nada si se propaga el duo y acaba en coro. Confiemos en la cordura del artífice del arpeggio para que rectifique tan abominables desvaríos, y si no Dios nos asista con tanta hiel. Hay un remedio a tanto daño: la miel; pero no está hecha para la boca de asnos RESIGNADOS...me voy sin portazo.

Ignacio dijo...

Si, no des portazo: originalmente ves sospechoso todo lo que va contra la corrección política vaginista, lo cual es difamatorio per se, si argumento ninguno.