jueves, 20 de septiembre de 2012

Humus

Al no saber manejar un ordenador decidió enviarlo con una persona: en uno de los pasillos de la Moncloaca se vió a Sor Aya grabando un mensaje de video (vestida) diciendo “Ayúdanos Obi Uan, eres nuestra única esperanza” mientras Rariano gravemente impostaba la voz frente a un espejo en un despacho abarrotado de rococó chorreante: andaba empeñado en demostrar a todos lo humilde que era, que se presentaba ante ellos como si lo merecieran; mientras  se admiraba en su humildad de lo humilde de su admiración, y mientras se admiraba humildemente, con humildad se admiraba, mientras que el Gay Ardón andaba convenciendo a la Sra. de Aznar y quinta de Malasaña de que realmente deberían hacer que la fiesta lo fuera del orgullo de sí mismo, pues a diferencia de Rariano que tenia una humildad recién adquirida, como José Luis Rodríguez “el Puma” él era humilde de los humildes de toda la vida, incluso antes: se admiraba la Botella de tanta humildad que la admiraba profundamente porque ella sí sabia la verdad de las cosas porque era inteligente de toda la vida, y más humilde que nadie, por eso lo disimulaba bajo pantallas de soberbia y exquisitez, pero no podía ser más exquisito que los líderes sindicales que acudían a la Moncloaca con trajes de organdí y capas de terciopelo, sombreros de dos picos y capas que llevaban en vuelos sus liberados mientras ellos entraban graciosamente al palacio: MariRouco en secreto se preguntaba cuando tendría oportunidad de enseñarles a desfilar en una pasarela, y con humildad acto seguido se reprendió porque no había pensado en el altar, y él debía darle a la plebe las palabras que la conformaban, porque bien sabe él usarlas y desfilar, en su humildad de siglos, forjada en los mas respetuosos salones de Europa y en diversos cónclaves: siempre se miraba bien al espejo para desfilar con el porte que le hacían merecedor de todas las púrpuras como bien sabe él y se encarga de callárselo en su extrema humildad. Era una situación muy extrema: debían convencer a la federación de comercio de que ellos ya eran esclavos desde siempre sin ningún reparo, pero que la plebe había que convencerla y los  Virreyes sindicales ya no convencían a nadie; pero la federación de comercio tenía sus propios informadores y por eso todos hacían alarde de sus mejores galas para ser considerados los mejores esclavos y tener un trato de adecuada condición a su rango una vez en los campos de concentración mística de la federación de comercio, donde esperaban medrar como jefes de los esclavos, eso si el malvado Barón Mario Conde Doku no les estropeaba su puesta en escena, porque como todos sabían no había que decir nada sino tener una adecuada puesta en escena con lentejuelas y chispas, sobredosis de organdí y mucha sonrisa: hay que ser humildemente positivos como bien sabían todos, por eso José Luis Rodríguez “El Puma” había perdido las elecciones de la plebe, porque sus hijas siniestras de las cortinas como vestidos no eran positivas de la sonrisa: no faltaba en la Moncloaca la voz simplona de Rub Al Kaaba que siempre proponía venderlas a los Jawas mientras aspiraba a su ministerio eterno de su mismidad admirada mientras se admiraba a sí mismo vestido de Flamenca demostrando su liderazgo del pueblo, y ahí rabiaban los virreyes locales como virreyes de barrio: si bien “El aparcero de oro” Arthur Más o menos se avenía a llevar junto con los intelectuales barcelonís a su señor en una silla gestatoria, éste no se avenía a ir en el cortejo: quería ir en primera fila, para eso se había hecho para la ocasión un traje de novia flameado, que Jorge Pujuelo para ciertas cosas es muy suyo, y aunque llevara la cola Alicia Sánchez Colágeno, él quería ir en primera fila, con toda excusa, como la de de ver algo; y no al lado de Bono y su hijo, el niño Bonito, que irían en el cortejo a caballo vestidos de traficantes de esclavos íberos de la Roma imperial que confundían con jornaleros del campo, que ellos son muy suyos, de los suyos de toda la vida; no como el mayordomo nuevo de La Moncloaca que hacía grandes esfuerzos por ser invitado, aunque el Guindos no se caía de sí mismo y no se daba cuenta de que los criados no van a las recepciones de los amos, sólo hacen para el amo, a ver que se cree la plebe, que porque les hablemos en nuestra humildad van a ser como yo, y de tal guisa vestidos y apercibidos intelectualmente esperaban en la Moncloaca que aparecieran los amos a darles los designios que deberían obedecer.

Mientras tanto Flexifaja Merkelator preparaba su mapa para dominar el mundo en los desiertos de Dune.

En Tattoiine, la gente no entendía ya nada hace demasiado.Los que podían emigraban a la comarca, y la vida, va.

2 comentarios:

ZP Nunca Mais dijo...

Por el humus se sabe dónde está la humildad de los humildes de toda la vida.
Extraordinario post.

Isa Garmendia dijo...

Bono Bonito Atún y termino.