domingo, 30 de octubre de 2011

If

Una vez en París, sobre el terreno ejecutando el plan es cuando Montecristo se da cuenta de que jamás podrá atajar, acortar o cumplir groseramente su venganza: la venganza ha de ser en términos forma y medidas acotados por la propia historia y en su propia justicia: no cabe atajo, hay que cumplir en su justa medida, y aunque tiene la opción de hacerlo rápidamente, debe hacerla en su medida: en muchos momentos no se si la disfruta o la sufre, pero debe ejecutarla, y lo hace.

Mucho silencio ante la progrez tiene España, mucha infamia se está acumulando en las laderas del castillo de If. Y es cosa de personas, no de multitudes ni jaurías.

1 comentario:

María dijo...

Pienso yo que la sufre por no haber sido capaz de ejecutarla en su justa medida.