lunes, 30 de julio de 2012

Unos días llueve, otros hace sol.

Hay que ser positivo: es el mantra social que subyace a todo como la lava; en toda situación y problema, coyuntura o dislate te dicen que hay que ser positivo, es el bálsamo de Fierabrás.
Si se te muere alguien próximo, un familiar o una persona querida, lo normal es que caigas en la tristeza, el desasosiego, el hundimiento; es normal que si se te jode un noviazgo te hundas: la vida es normal. La menopausia es una etapa en la vida de mujeres; la tristeza y la muerte nos acompañan siempre queramos o no (espero que nadie lo quiera) y forma parte de la normalidad de la vida.
Mientras asumes la vida asumes su decurso y avatar, mientras  lo haces evolucionas y maduras; cuando no lo haces te niegas al sufrimiento y no maduras, lo cual en sí mismo ya es un problema que destroza a la persona por acumulación.
Cuando no asumes el avatar y te lo niegas para huir del sufrimiento, ocultas en ti mismo enterrando todo problema y dolor, y en ese momento imperceptiblemente te haces demasiado vulnerable, débil. En ese momento como presas fáciles es cuando por el lado adverso entra la codicia: es más fácil pensar que tienes depresión que asumir un momento de dolor; es más fácil pensar que en vez de asumir tal momento de tu vida es una depresión, enfermedad, menopausia, enfermedad, tristeza, enfermedad: es una enfermedad, ergo con una medicina se cura, o una operación, o un tratamiento: de tal modo te considerarás un enfermo, y habrá quien haga una fortuna con ello, siempre hay carroñeros donde hay debilidad.
Y la codicia hace el resto: no falta dinero para generar enfermedades e inventarlas, no falta dinero para dar un dogma monetario a todo momento de la vida humana, un tratamiento y un montón de enfermedades, no faltan piadosas empresas farmacéuticas dispuestas a inventar nuevas patologías y su correspondiente tratamiento a tanto la hora y además autoconcederse premios nobel.
Y la propaganda sigue su camino: tal ha sucedido con el tabaco, condenado por la corrección política y sin nada que acredita su carácter de enfermedad; y tal están haciendo ahora con el alcohol que acaban de empezar pero lentamente van insertándose.
Total, para acabar todos muertos, según la vida fluye.

1 comentario:

Isa Garmendia dijo...

¡Bien dicho, Ignacio!
Cuan progreso: del todo es pecado al todo es enfermedad...bien, bien, bien (en francés de Tip)