martes, 24 de julio de 2012

Ofertorio

Deambulan todos, flotan todos ahí abajo: desalmados, la gente camina sin alegría y el buen humor se ha proscrito: a todos nos han convencido de la importancia de la bolsa y la prima de riesgo de tal modo que configura demasiados momentos de nuestra vida:

“Antes no se hablaba de economistas, pero el país prosperaba. Ahora casi no se habla de otra cosa, y el resultado de esos expertos ha sido la ruina del país; pero eso no importa, sigue hablándose, sigue insistiéndose en esa ciencia, posiblemente no menos imaginaria que la alquimia”.

Lo clava Borges, y el momento no es de economía sino de pánico inducido por la propaganda hasta el hastío, infelices que se llaman intelectuales y tan sólo siguen a Gramsci y la Harneker, sin siquiera aportar sutileza: la propaganda ha llevado a la gente a una situación crítica, culpabilizándolos, cuando la crisis no es de dinero, sino moral: si vamos a un casino y nuestro dinero no da el nivel que todos soñamos, miramos, y nos vamos: saliendo del constructo europeísta de Napoleón y Hitler y viviendo tal cual nuestra historia manda, y dejándonos de memeces de “progresar” y ser modernos y mandangas, todo solucionado: el español sabe sacrificarse, no que le tomen el pelo, y eso sucede ahora, y aunque el sistema de enseñanza ha preparado generaciones de indoctos, esto reventará por todas las costuras.

Porque los panzers ahora se agazapan en el sistema fiduciario del IV Reich pero esto es una invasión en toda regla, un ataque a España de los envidiosos de siempre, una destrucción programada del superior y un acto de la envidia

La guerra ha comenzado, y la gente no se entera

Bien intuía Sender el capitalismo fiduciario y su perfidia; la condición feble de la capacidad intelectual humana hace el resto: todos defienden no saben qué, todos se sienten atacados por monstruos horribles: siguen creyendo en el coco, y de momento les ha funcionado.

Es una crisis de valores, y la gente debemos salir de la confusión y empezar a pedir cuentas, pasarlas y a trabajar a sacar España adelante, que no somos nosotros, somos los que hubo, nosotros, y los que vendrán. Eso es España. Eso somos, y Santiago es nuestro patrón, mañana la fiesta: cierra España.

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