Ante una ley obsoleta en su planteamiento, totalitaria en su redacción y Hitleriana en sus principios, la gente cree que ha hecho y conseguido algo con sus propuestas; mientras tanto, los vividores del sistema hacen el número ya clásico de “Poli bueno, poli malo” y casi todos a caer en la trampa a cuenta de una ceremonia de autoadoración que les pagamos a los vividores. Ni me fío del gremio de los premios Goya, ni de los de la ceja, ni del discurso aparentemente correcto de anoche.
Anoche escenificaron la primera parte del trágala que quieren imponer; luego todo continuará conforme estaba escrito.
1 comentario:
Fueron varios, y hubo varias voces (es cierto que no siempre ha sido así).
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