viernes, 21 de junio de 2013

Toda ciencia trascendiendo

 

 

Es buscar la posición que más agrade al amo lo que se busca, no la libertad: esa es la organización social del sistema en España hoy: han vendido España al metasistema plutocrático fiduciario de control obsceno, que es voraz como la boca de la bestia, si no es la bestia, y se consideran mejores que los demás conforme mejor se adecúan a su sumisa esclavitud: han vendido a España y a todas y cada una de sus personas, y se quedan tan orondos, porque lo importante es [la macroeconomía, el partido, ser libegal, ser socialdemócrata, la fe, ser modernos, estar en el mercado internacional] y sí, estamos en el mercado internacional, como producto: alardean de ser los mejores traficantes de esclavos, en nombre de la libertad.

Y son todos cultos, muy preparados “Saben inglés” pero ignoran todo de una realidad que no se puede sustanciar a un dibujo en un folio en un despacho; y todo lleno de eficaces gestores de la economía, con grandes conocimientos de economía y de gestión, de “vender la marca……..X” y de sentirse más modernos y más mejores que nadie, porque hay que buscar el crecimiento ¿Qué crecimiento? El de la economía. Desconocen que es imposible que algo crezca infinitamente, es un imposible ontológico: pero España está llena de eficaces gestores de la economía, que al igual que Chuk Norris, el que menos, ha contado hasta infinito ¡al menos dos veces! Y la gente pasando hambre, porque no hacen caso [al partido, a la secta, a los veganos, a los inviegnos, a los libegales, a los socialdemócratas] y saben inglés, pero desconocen su idioma, desconocen hasta lo que dicen conocer: cualquier imbécil que se considera culto “le gusta García Lorca” les gusta tanto que no abren sus libros para que no se estropeen, porque en el poeta en Nueva york

El cieno de números y leyes,

Los juegos sin arte y sudores sin fruto.

Ya anticipa la aberrante vida de la herejía protestante en la cual se trasmuta el concepto de Dios por el del dinero, y no es que sean ateos, es que necesitan hundir aunque sea en sus endebles testas al catolicismo para justificar moralmente su indolencia, carencia y falta de toda virtud, todo esfuerzo, trabajo o conocimiento: establezcamos la inteligencia por decreto y normalicemos la realidad de manera que todo sea controlado, así nadie será jamás más listo que yo, y será escritor el que nosotros decidamos: ya lo hizo el siniestro Lenin destrozando Rusia, y el asesino Mao en CHina, Pol Pot, y tantos otros que han “normalizado” la realidad

Donde ya no hay mañana ni esperanzas posibles

Y tanto esfuerzo baldado: la fe de los españoles se mantiene en los ateos y fuera de la jerarquía católica, fuera de toda formal litúrgica moderna, que el pueblo español sí es católico aunque no lo sea la clerecía, entregada a los salones, devaneos y reuniones con el ibex 35, alardeando de que un ecónomo de Astorga se lo han llevado al Vaticano por su eficacia en la gestión económica: y se dicen católicos, pero los españoles que son los católicos de verdad y no los curas, alardean de Santa Teresa y San Juan de la Cruz, que no de esta aberrante, hedionda, obscena, impúdica y anticristiana clerecía. Todo vestigio y referente de la cultura y de su metasistema religioso está en la gente, ya no en la jerarquía clerecial.

Pero todos hablan y se asean en radios y televisiones, tertulias donde alardean de lo que ignoran y magnifican sus carencias sublimándose en sí mismos, todos sirviendo a los amos que a su vez sirven a otros amos y engañan a quien quiere dejarse engañar, porque menuda recua.

Y todo el mundo en grandes exclamaciones y numeritos histéricos para que nadie los pille robando, el viejo truco de montar un espectáculo para que no te echen en cara tu infamia, la famosa frase de mi tía: “yo no he hecho eso, ni lo volveré a hacer” para justificar robos, latrocinios estafas y abusos.

Ojalá vivas para siempre” y es la peor maldición conocida: ojalá vivas para siempre, y Efíaltes se quedó en su concupiscencia obscena en la corte de Jerjes, siendo para siempre lo peor de lo peor: Leónidas murió, pero desde luego el nivel y estilo son muy diferentes: eso sí, ambos son recordados, por el mismo hecho en el mismo momento.

Bájame la lámpara un poco más

Déjame que duerma, nodriza, en paz

Es la empanada que se establecen en su feble magma intracraneal al que no sin imaginación podríamos denominar cerebro, la realidad está proscrita, que todo se adecúe a mi pueril ensoñación de un mundo perfecto en el cual soy la miss, el premio nobel, la gran lectora y mejor escritora, superguapa e inteligente, hipermadre y superseductora, el ganador de todos los trofeos deportivos y el cerebro más asombroso que los tiempos vieron, nadie me despierte de esta pueril e inmadura ensoñación compartida, pero es “una ideología” que no se sustancia nunca, simplemente es una estupidez compartida: como una paranoia encadenada, feble, inmadura, subsecuente y organizada en grados de bajeza, que jamás de excelencia

En impúdico reto de ciencia sin raíces.

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