lunes, 3 de junio de 2013

Lítica va

 

 

Dice Jurado, y dice bien, que avise de que es una novela, “parece si no un libro de la ESO” y le hago caso; porque a veces uno se olvida de esas cosas: y tienen su importancia, y aunque no cuido mucho la publicidad, a las pocas horas de salir ya hay ejemplares en toda Arabia, la India, Miami, Nueva York, e inevitablemente, Moscú. Corre la Matemática lítica como siempre corre todo: imprevisible, al menos para mí; y además de los efectos adyacentes en los círculos de conocidos y más próximos está dando un hálito metacultural revelador: supe de su difusión al escribirme un editor interesado –ahora- en la obra, que fue quien me dio el dato del número de descargas; siempre hay quien se hace de nuevas; y varios correos reveladores, interesándose por la “fórmula del éxito” al no estar yo en ninguno de los circuitos de nada (ventajas tiene el que me hayan matado tantas veces) y casi me veo abocado a escribir manuales de autoayuda para triunfar en redes electrónicas: lo haría, si supiera cómo se hace, pero si hay un truco yo lo desconozco.Luis Amézaga y Juan Granados dieron las campanadas de aviso y empezó eso a llenarse de referencias lentamente, de casa en casa, de puerta en puerta… y sin aspavientos, por correos, muchas noticias, enhorabuenas, parabienes y preguntas de supervivencia; porque parece que se certifica que el mundo editorial queda para otros menesteres y el vigor de la red está dando criterios y discernimientos de cada persona, que no de oleadas predefinidas, dirigidas, partidistas o sectarias. Me certifica el que Juan A. en conversación privada me reconoce “de muchas cosas no me acuerdo

Y Borja me pregunta por las críticas: entra dentro de la más rotunda lógica que si el circuito de editoriales y prensa se ha roto por todas partes, no se hagan eco de lo que por la red corre, la temen lo mismo que la deploran, porque no la manejan y sólo quieren ver lo que sale en papel y nada de lo que la gente lee; lo cual es más que comprensible, y además me da pié para poner las críticas conforme vayan llegando, que las iré informando siempre que me den permiso los autores, claro; pero en mi referencial hay varias críticas que valen una vida: la una de Borges a Gerardo Diego en el pasillo al ir a recoger el Cervantes, Borges ya ciego, el otro se presenta “hola, Soy Gerardo” ¿qué Gerardo? En el pasillo para recoger el premio, los dos galardonados, “que Gerardo” pregunta el ciego “Diego” “¿en qué quedamos, Gerardo, o Diego?”

Revela Borges lo rotundo de toda su obra que al fin y al cabo es su vida, al menos para mí.

Hay otra critica legendaria, creo que del New York Times, la primera vez que Lola Flores actuó allí: “no canta. No baila. No se la pierdan

Va ya desbocada la Matemática lítica: muchas gracias a todos.

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