lunes, 11 de marzo de 2013

El cero recurso infinito

 

En el sueño el alcalde de Mr. Marshall farfulla fonéticamente: tal cual se entiende y entendemos el inglés. Aprenderlo se constituyó primero en moda y luego en obligación; pero lo que no implica jamás el conocimiento del inglés es nada relacionado con la cultura o el nivel cultural; en la sajonería, igual que aquí hay que gente que habla mal su idioma, y aquí muchos han tomado ese aprendizaje como una obsesión compulsiva, ignorando los fundamentos de todo: nadie habla jamás bien su propia lengua ni la conoce totalmente, es uno de los fundamentos de la naturaleza de la cultura, y el hablar bien es una necesidad social: si no hablas bien nada haces bien porque nada entiendes bien; si no conoces los conceptos la realidad se escapa, y creces conforme tu calidad expresiva: esto que es personal, se abandona: todos dominan el ingles, y aplican las reglas ridículas de la sajonería para darse pisto y crear confusos conceptos: que los sajones tengan pobreza gramatical, ortográfica y de palabras no nos implica: que no haya tolerancia es intolerancia, no tolerancia cero; las cosas serán lo que sean desde el primer momento, desde su inicio, desde que comenzó, en su origen, pero nunca desde el minuto cero: pues mal hablan, mal piensan, y eso interesa a la plutocracia: los esclavos se enredan en su carencia de términos; hablan mal y se jactan de ello en inglés: son idiotas en varios idiomas, vacuos con pasaporte y banales de su propia vida, lo peor.

Hablar bien es una aspiración personal que da el nivel de la calidad humana: la indolencia hace haraganes que a nada alcanzan ni aportan; la vivacidad, la pulcritud elevan a la gente: en el flamenco se ve claramente: apenas saben vocalizar bien muchos cantantes. Si. Pero cuando empiezan, porque si en su carrera avanzan, ellos mismos se convierten en un primor de vocabulario y dicción; al revés, cuando alguien se degrada, se abate o se hunde, cada vez usa menos palabras y con menos detalle. Camarón cuando cantó la Leyenda del tiempo no entendía muchas de las letras que él mismo cantaba: de su esfuerzo por la comprensión y su mejora personal hay demasiados testimonios, empezando por él mismo: la calidad humana no es estabularse en una situación social que nos defina e implique, en la cual pensemos que entendemos el mundo, la calidad humana es la mejora, y se mejora de uno hacia uno mismo, que lo de hundir el magma social en el que nos desenvolvemos a términos que se acomode a nuestra carencia de lengüaje sólo trae degradación y abatimiento, la incomprensión de la propia vida y la necesidad de justificarla.

Farfullando, mascullando y cambiando significados en neopalabros se degradan las personas al no percibir la realidad más que como degradación; a la vista en facebook a cada día, y ahí se ha puesto ya demasiada gente en demasiada evidencia: reaccionan atacando, pues de no entender hacen un dogma y sus propias bandas: cada vez se degradan más, a ellos mismos a su entorno y todo aquello que tocan lo ensucian.

Cada cual elija en su propia vida.

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