miércoles, 1 de agosto de 2012

El camino fué trazado

Presos de la propaganda pensamos que hemos decidido nuestras vidas, o lo piensan, o que han tomado “una filosofía” y a partir de ahí, una vez errado el camino seguimos avanzando: nadie nunca piensa en volver atrás al punto de partida y coger el camino correcto: eso implica asumir nuestros errores y va contra la base de nuestra “filosofía de vida” de tal modo que acabamos viendo la vida según cada vez el prisma es más agudo, y vivimos una realidad alternativa en la cual todo se adecua a nuestra percepción y forma de percibir: son los mundos imaginarios que estamos padeciendo hoy día.

Sólo de ese modo se explica la actitud y el comportamiento de la hez política; sólo de ese modo se comprende la actitud tan vergonzante de los sindicalistas; sólo de ese modo se comprende cualquier sistema organizado en España hoy; sólo así podemos empezar a tener claves para entender éste momento: toda la propaganda nos ha llevado a una situación de enorme tristeza por la magnitud de la crisis económica: crisis fiduciaria provocada y dirigida con objetivos definidos aunque yo no  los sepa; crisis tan fácil de dar por acabada como definiendo las cosas y no dejándolas en una nube indefinida siempre: “los mercados” “ataque especulativo” “los vaivenes normales de la bolsa” y nadie puede definir lo que por sí mismo es indefinible porque ni ellos realmente saben la excusa que están dando para la consecución de un objetivo que en muchos casos les ha sido inducido a desear. Si tienen el gobierno pueden sacarnos del euro, cerrar la frontera, y empezar a hacer bien lo que se hizo mal, no llevar a una situación de destrucción total y luego decir que “no quedaba más remedio” que el derribo; y nadie te dirá ninguna razón de porqué no hacerlo, ni nadie te dirá una sola razón de porqué es tan bueno estar “en Europa” ni de porqué la vida de la gente depende del capitalismo fiduciario y no de su esfuerzo y trabajo.

Ojo con intentar pensar fuera de la corrección política: se les desmontaría todo tinglado, toda percepción y toda entelequia: a lo mejor hasta me clasifican de loco. A mi no me extrañaría.

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