La gente habla del tabaco en unos términos realmente desmedidos: y desde luego los antifumadores no es que no fumen,es que se sienten ofendidos hasta por la mera existencia del tabaco; en vez de decir “es que van como locos” ahora resulta que los que conducen rápido son delincuentes, señalados por la administración y por la gente, cada vez más: no hablo de los horteras de subclase con coches tuneados que andan haciendo el imbécil con coches, hablo de gente que anda algo más rápido de lo normal: si encima se ha tomado una copa o una cerveza, ya es delito por lo civil: así lo tratan en los informativos.
En su ateísmo proclamado han ofendido a los ateos: el no tener fe no me obliga a odiar a los católicos o a sustituir la fe por la creencia en la ciencia, el vudú, el horóscopo o la psicología elevada al altar de la “ciencia” por la cual según tu ascendiente, eres lo que yo lo valgo, e igual califican a toda la humanidad de machista que legislan sobre la velocidad: la soberbia, no hace falta estudiarla.
En esta nueva forma de religión del estado han superado en vehemencia y fanatismo a la inquisición y al cesaropapismo, a los talibanes y a lo peor de cada casa; lo han insertado como dogma en los medios de comunicación y en el sistema educativo, y los chavales ahora no entienden nada: mejor, así la industria farmacéutica se forrará con antidepresivos y cárceles químicas para la oleada de enfermedades mentales que se avecinan.
Porque manda huevos que la progrez convoque una “antiprocesión” el jueves santo, y sean incapaces de condenar una ablación de clítoris, o una mujer lapidada.
Yo seré ateo, pero no idiota.
Y esta neoreligión del estado como tierra de promisión conduce al miedo, a la despersonalización, al mal.
Se inventa el pecado, y el castigo; o dado el castigo, le buscan pecados.
El catolicismo primero inventó el perdón, y luego los pecados: esa, es la diferencia.
5 comentarios:
Buenos días Ignacio, ¿Que tú eres ateo?, dices, me alegra mucho comunicarte que no lo eres en absoluto. Un abrazo.
.....a la orden.
Lo siento pero:
1. El Pecado no lo inventó ni el catolicismo ni nadie, igual que el tiempo, la distancia y el número.
2. San Pablo no sólo discrepa de tu "orden inverso" sino que dice, expresamente, que el Pecado lo crea la Ley. (lo cual es irrefutable, ciertamente).
En la "civilización cristiana hay perdón, y la condena es el medio de salvación, concepto también universal.
3. En cambio, precisamente lo específico del catolicismo maduro y cristalizado es la consagración del dualismo absoluto, y del perdón limitado y parcial al tiempo del llamado vivir y luego el castigo infinito.
A la pregunta elemental ¿Qué hay entre el cielo y el infierno? se quedan con cara de bobos y luego no son capaces de reconocer a los hijos descarriados que han engendrado, sus contrafiguras (robespierre, Stalin et allii).
Dhavar: hsta la palabra, pero en todo caso la imagen es gráfica ¿o no?
Sí lo es, y el efecto logrado es mayor que el "contenido", desde luego,pero...para los literales, tenía que hacer como que te refutaba (cuesta resistirse, lo pones a huevo):)
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