viernes, 26 de febrero de 2010

Demo cracias a Dios

Cuando están de acuerdo la mayoría, con una adecuada soga, lo ahorcan en la plaza del pueblo: esto, que antes se llamaba la Ley de Lynch, ahora le quieren llamar democracia: en una turbamulta de chusma y hez de mediocridad, eligen al mejor representante y ahorcan a todo aquel que sea raro o distinto.

El juez lo certifica, y el párroco le reza en la fosa.

Esta mala película del oeste es la que estamos viviendo, aunque quizá algo más alambicada, muchísimo más cutre y deplorable.

Mucha gente se empeña en que el PP sea el partido de derechas que necesitan, por más que el pp se aleja de ellos y ni quiere tocarlos, porque ellos son más de los progres que de los de derechas y de los católicos. Por eso Rajoy se fué de fiesta con Almodóvar cuando el día antes en una caseta del pp en un pueblo cerca de Madrid habían apalizado a un militante por serlo: Rajoy prefirió irse de copas con los que promovían el cordón sanitario que ir a visitar al pobre chaval: así pagan los traidores a su plebe, ¡que se habrán creído!

Y ha funcionado bien: desde que el PP se ha unido al cordón sanitario contra los votantes del pp, les invitan a más fiestas; y ahora, después de haber intentado hundir a Jiménez Losantos y gracias a ello haber generado un nuevo medio de comunicación menos progre en España, intentan hundir a intereconomía por el pecado de definirse de derechas ¡como se les ocurre!

Y ahora, rizando el rizo, la conferencia Episcopal se une al cordón sanitario contra los católicos, en una muestra de relativismo abominable.

Claro que querrán cerrar los blogs: desde Museros y Séneka que no esconden su opinión han hecho más daño a los lacayos del pp que se quieren encumbrar a las altas esferas del vivir sin trabajar, que desde la clerecía.

Pero han puesto en evidencia el relativismo, oportunismo, y sinvergonzonería de toda esa gente que quieren ponerse al frente de los católicos y de la derecha para que los sigan a ellos, no para ser de ellos: si algo sobra en España son vividores; si algo falta son personas que se atrevan a hablar sin miedo.

En esta película del oeste, nos lincharán a muchos: eso no les interesa, mejor irán uno a uno, dejándonos sin dinero y robándonos hasta el nombre para poder seguir medrando.

La democracia en España (21, agosto, 2007)

Una obra con ingeniero, arquitecto, dos aparejadores y doscientos obreros.

Un hombre un voto: por aplastante realidad la obra es dirigida por el obrero más elegido.

Se empieza poco a poco y al final se cambian planos, estructuras, configuraciones, detalles, estética y cualquier cosa hecha por el equipo anterior por el mero hecho de haber sido hecha antes de la democracia.

Como la democracia es guai y es el mejor sistema, no se puede cambiar a otro porque la mayoría decide que la democracia es lo mejor.

No hay alternativa; de ese modo todo se conforma por democracia. La enseñanza se democratiza, de manera que las cátedras lo son de albañilismo, albañilismo avanzado, y argamasa. La medida democrática de la educación cierra todo con el peonaje como medida de todas las cosas: cualquiera que proponga otra, es apartado de todo. Menos de pagar la obra, que no avanza pero cada día es más cara.

Así la ingeniería y la arquitectura son re-pensadas prospectadas y actualizadas: se Supera la fase anterior, de manera que el alto albañilismo es lo más que se puede ascender socialmente.

Lo más elevado en los estudios es todo aquello relacionado con el ladrillo, la dimensión del agujero del ladrillo, la compactación del hormigón y el uso de la paleta. Cada vez más catedráticos de educación para la albañilería.

Entonces, el arquitecto se elige democráticamente por temporada, así como el ingeniero, y los aparejadores: como nadie es más que nadie, la obra no hay manera de que avance, y cada vez es un empaste más feo, pero es democrático.

Cójase el razonamiento y alárguese hasta donde os de la gana o vuestra capacidad intelectual: es imposible que la obra jamás sea acabada, presentable, o agradable a la vista. Nunca se supera el albañilismo, es un círculo cerrado en sí mismo, que se autojustifica porque la mayoría es democrática.

Y ale, ya podéis también empezar a llamarme facha.

3 comentarios:

Museros dijo...

Gracias por la mención.

Y qué gran verdad: la turba lo lincha, el juez lo certifica y el párroco le reza en la fosa.

nidixinipixi dijo...

¡Facha!

Sigue sonando mucho más peyorativo que llamar: "¡progre!".

Conrad López dijo...

Stupendo lo de "Demo cracias a Dios". Lo mejor del día, sin duda.