domingo, 20 de agosto de 2006

Notas progres


De la misma manera que las mujeres repudiadas actúan, lo comienzan a hacer ya los progres: atentos, las señales ya son evidentes.
Lo visto, es que las divorciadas obedecen a un estereotipo banal, de verbena de verano adolescente, que a partir de cierta edad (25) resulta patético; cuanto más a las cuarentonas vestidas para matar evidentes por todas partes.
El mecanismo es muy sencillo: por algún motivo, culebrón, influencia ridícula, gentuza alrededor, no son conscientes las mujeres de lo obtenido en una relación, mas o menos bien configurada y que había partido de cero. Y entonces fuerzan una ruptura. Una ruptura siempre condicionada a “volver” y hay quien traga con eso; los modositos dejaron la dignidad en la cuneta.
Y no pasa nunca demasiado tiempo en que se den cuenta de que la han cagado. Y nunca se lo reconocen a ellas mismas. Siempre hay un culpable, o “se les acabó el amor” “yo es que realmente no era así” “no era eso lo que yo buscaba” o es que el había cambiado. Siempre hay una autojustificación forzada; y en muchos casos, el nivel de roto que causan es tan grande que se cierran solas todas las puertas, Pero claro, la culpa siempre será de él “no me quería, si no sabe perdonarme”
Siempre son las protagonistas absolutas de todas las películas. Los niños no son sino un arma de extorsión.
Y en esa realidad miserable, lo primero que hacen absolutamente todas es buscarse un modosito, está llena la sociedad de miserables incapaces de hacer nada por sí mismos y tienen envidia de lo hecho por otros, y se suben a ese carro pensando que “heredan” la vida que el otro ha dejado. Sólo son una extensión de la autojustificación de la individua.
Tampoco ha pasado mucho tiempo y lo que han hecho , y siempre son ellas, es continuar su vida tal y como era el curso natural que hubiera llevado de haber seguido casadas; se dejaron llevar por el impulso, la vagaron, demasiado soberbias para reconocerlo, siguen en el punto que lo habían dejado. Falta uno de los dos elementos esenciales, y se suple la carencia con unos genitales, más o menos adornados pero siempre bien domesticados, que se visten con la ropa que les dan y piensan lo que les ordenan que piensen. No son hombres, no son nada; hay demasiados modositos en esta sociedad. La mediocridad se impone, pero por poco tiempo, pobre gente.
¿Qué es lo que hay ahí? Venga, no es tan difícil: realmente han dedicado su vida a sacralizar el “proyecto” de vida que ellas mismas han roto, y por supuesto, con el afán de culpabilismo, han destrozado todo lo posible al ex: es impensable que el vaya a mejor o que haga su vida con parámetros correctos. La ley les ampara: destrozan a los ex. Son así de piadosas, estas suifrientes profesionales.
¿y que es lo que han creado? Una vida entera, hasta en los parciales, a homenajear el proyecto de vida que han roto y se les ha roto. Destrozan un proyecto de vida, “matan” al otro (si pueden os lo harán, tener cuidado) y se dedican realmente a hacer una vida que sea un monumento en su memoria.
Sí, elaboran un Taj Mahal a lo que han perdido y destrozado.
Y por tanto llenan una vida de amargura. Si hay niños, se lo hacen pagar caro.
Apliquesele la cosmética social que querais, y veréis como ese ejemplo lo teneis muy cerca.

¿y que tiene esto que ver con los progres?
Que ya saben que la han cagado. Que ya la verborragia no les vale, y se han dado cuenta, que han sido pillados atrapados en su propio juguete, que ya no hay argumentos ni insultos que les valgan ni siquiera ante ellos mismos. Que no tienen justificación ninguna.
Y entonces el balance es: que cuatro soliviantados cerebrales, gritones y exaltados, y pillados tras los años del gobierno psoe tienen un puesto cualquiera en la administración: desde profesores de universidad a policías o forestales; puesto en el cual su ineptitud es mas que manifiesta, pero de ése puesto ya se encarga la burocracia de que sean fijos.
¿y van a darse cuenta de su enorme error vital? Jamás.
A partir de éste momento elaboran una imagen cosmética exterior de escepticismo y cinismo: “realmente todos los políticos son iguales” si cojones, pero a los que han pillado robando es a los tuyos, de los que hasta ayer hablabas con veneración rastrera “el poder absoluto corrompe absolutamente” ¿y eso no lo sabías cuando vociferabas apoyándolos?
Y demás elevaciones a la totalidad: no reconocen su error, es la realidad que se ha conjurado contra ellos, y asumen que en su grandeza el mundo se les queda atrás.
Y en su postura de escepticismo cosmético, empieza el recurso del método: “ Realmente lo mío es el cine” “Yo lo que soy es un intelectual” etc. Y por supuesto, ellos son los grandes ofendidos de las ofensas que ellos han hecho.
Y lo que hasta ayer era un divertido ejercicio de profundidad política: insultar de todas las maneras posibles al adversario, y nada más por mor del grave escepticismo cosmético transmuta a una nueva afición que consagran a los altares.
La primera caída del felipismo llenó la universidad y la administración de todos estos especímenes, graves intelectuales ridículos, pero inamovibles, muy científicamente aficionados al arte, la cocina y el cine, por supuesto, estableciendo lo políticamente correcto de todo ello. Esta nueva y esperemos que última caída del felipismo veremos que es la cosmética escéptica que genera, pero ya esta reculando toda la progresía, por todas partes, empiezan. Pronto, elecciones.
Sí, felipismo. ¿Quién es el que hace negocios con Polanco? ¿Realmente alguien creía que zp tiene altura el solo para la que ha liado? Sólo es el lacayo necesario, y nada más.
Por lo que he visto yo, ponen sus miradas en Internet, con intención de poner algo de orden en la red y la blogosfera para acercarla al pueblo lo cual conlleva muy siniestros augurios. Cada vez que ellos aprenden algo, tiene que educar al pueblo para que entienda que lo maravilloso son ellos y montan líos, claro, en el nombre de la normalización, estandarización o lo que sea, para acercarlo al pueblo y en todo son as´: allá donde van, lo joden todo.
Así que ya sabeis, esto se acabó. Esto es todo amigos. Etc. Ahora a sufrirlos; pero esperemos que con esta caída caiga también el repugnante estado del bienestar.
Las pobres divorciadas no os den pena: si se sienten mal acusaran al ex de algo, hasta que consigan su muerte.
Luego lo llorarán.



Imágen de Bibliodissey

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