miércoles, 21 de noviembre de 2012

Wanted

Tiene un precio: mi vida tiene un precio; Soy Clint Eastwood en una película que trasciende el tiempo y la historia; el decreto del gobierno de vender la nacionalidad española por dinero hace que mi vida sea tasable en dinero: mi vida entonces no vale nada.

El argumentario de los palmeros del pp sólo indica su calaña; la índole del economicismo mercantilista mostrado, sólo evidencia su enorme sumisión a los lobbys de poder de Washington que financian los institutos de Madrid que tan generosamente apoyan todo aquello que el poder necesite sea apoyado; el papel de la prensa es como siempre: repugnante.

No es mi vida: es que la vuestra también. Es el tan recurrente escrito de la rana que ahora no puedo enlazar, afecto de la ley Sinde: ahora España sólo es una urbanización donde para entrar hay que cumplir unos requisitos y pagar un tanto para el club social, en el cual por supuesto todos hablan en inglés libegal que es el que hay que hablar, porque desconocer el castellano y la historia es algo de lo que alardear, porque la historia buena es precisamente aquella inania que nada pinta: y la de USA, claro; y luego cosmética y adornos y a triunfar en los casinos como furcia: que para eso los han llamado, son modernos.

España a precio, se vende porque para parar los desahucios hay que vender los pisos a cambio de lo que sea para que la banca no se hunda: porque lo importante es el capital fiduciario; el dinero ha de ser todo controlado: el corralito ya es efectivo; la posibilidad de reacción ha sido controlada por todas partes: desdoro de todo aquello que no esté en el sistema, y la corrección política es el arma de desprestigio: de ahí su maldad; todo bien aderezado para que esto pierda su ser en beneficio de una codicia infinita que da igual el nombre: esto es España, y están pasando por encima de los cadáveres de las personas para imponernos la esclavitud: han sido ellos, todos los políticos, del último concejal al Usurpador, y han vendido España: primero dime el precio, luego te diré puta.

Han tasado mi vida: quiero no jugar esta partido ¿donde puedo pasar a cobrar lo hecho, sufrido, padecido, y aguantado por ser español? ah no, aquí solo cobran los infames.

 

Si no hablamos ahora las piedras nos chillarán nuestra infamia.

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