miércoles, 22 de julio de 2009

D.Klaus: parece Buena chica

El horario es ideal:

se ven en horas de oficina.

El es traficante

ella bailarina,

cuando sale del teatro

el termina:

cruza la Josephsplatz

mirando de soslayo;

ha ido bien el día

con el tráfico

de Penicilina,

y la bailarina

sale del teatro

y van amarrados;

cogidos de la mano.

Junto al Danubio frío:

un paseo ruborizado:

allá va Van Orton,

todo enamorado

de una bailarina.

Ese desalmado,

como un colegial

¡anda enamorado!

4 comentarios:

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Me ha gustado el poema, muy romántico-actual.

Un abrazo.

o s a k a dijo...

les deseo entierros lejanos y ajenos, pues

n a c o
eltercerhombre

Klaus van Orton dijo...

Estimado D. Ignacio:

Es sencillo deducir por el contenido de sus escritos que usted es una persona instruida, con un bagaje cultural y humanístico que le señala como uno de los pocos eruditos que quedan en este mundo tan particular y abocado a la zafiedad. Supongo que son esas cualidades tan elevadas las que le impelen a preocuparse por el futuro de mi hijo Nicholas; un garrulo cuyos talentos— en el caso de que los tuviera— son prisioneros de la gandulería, la querencia a la vida nocherniega y una estructura mental que en muchos casos no es más que los desvaríos de un ocioso. A mi esposa y a mí no nos preocupa la última ocurrencia del gañán de nuestro primogénito, sino las consecuencias que de esa relación incipiente pueden derivarse para la bailarina. Hace ya tiempo que le pedimos a Nicholas que nos ahorrara el penoso trance de ser presentados a su…”novia”; término éste que Nicholas utiliza con la alegría del tarambana. Sea como sea, D. Ignacio, le agradezco una vez más las preocupaciones y molestias que usted se toma para velar por lo que a todas luces es una vida descarriada. Reciba un afectuoso saludo.
Atte. Klaus van Orton.

Ignacio dijo...

Tiendes a la benevolencia, comprensible en un padre tan entregado, pero no te preocupes, ya me encargo Yo de ir ecaminàndolo: Klaus, no te preocupes de nada, en unos garrotazos le emderezo el lomo.