martes, 30 de junio de 2009

Paragüero

Si vuelves a casa pasado de copas, le pegas una patada al paragüero, estás de mal humor, de mala leche: así la mujer no dice nada, te deja tranquilo y te escaqueas de la bronca.

Las mujeres guardan las infamias: así, de repente te echan en cara algo que pasó hace mucho tiempo, o te reprochan algo ya olvidado, o se enfadan sin razón: siempre es para tapar algo.

Ahora, sale la “reivindicación” de los bandos de una guerra civil anterior a la guerra mundial; sacan a pasear el cadáver de Franco, y los que hagan falta: ni a los muertos dejan en paz; sacan cualquier cosa con la cual chillar y montar follón, para que no se vea el disparate político, social y económico que nos devora: jamás asumirán su responsabilidad, pero la satrapía política debe asumirlo y la gente hacer que la asuma: nos va la vida, es nuestra vida.

A punto de las guerras clon, algunos siguen instalados en la retórica de fines del XIX y demás memeces: cualquier día descubren que existe internet y que la guerra acabó, el franquismo acabó, pero permanece la satrapía.

La infamia no es manipular la historia, es no elaborar para el futuro un presente aceptable.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Después de leer cosas así, me reafirmo en mi soltería. Un abrazo; me marcho de vacaciones...

José Javier dijo...

Tocas dos puntos tremendamente sensibles; las cortinas de humo del gobierno (para alejarnos de lo que realmente nos interesa y al mismo tiempo mantener prietas las filas) y las listas negras de las mujeres (y su uso manipulador de la relación de pareja)

Dentro de nada te van a volver a llamar facha

Ignacio dijo...

Ley de Ignacio; asumido está

Meciendocunas dijo...

No creo que esa conducta sea propia de mujeres. Al menos, en mi vida, he conocido a pocas así. Y hombres tambien pocos.

Todos y todas, detestables en su cobardía y falta de autocrítica.

Que la mujer puede sacar cosas que al hombre le cuesta relacionarlas con lo que viene a cuento, puede. Hay documentales ya hechos sobre ello y hay estudios que demuestran que ni es lo que nosotros percibimos, ni es lo que ellas hacen. En ciertas situaciones es dificil entenderse, cuando uno pone sus cojones y la otra sus ovarios por medio. Son organos distintos y desconocidos para la parte contraria, luego lo que sale de uno y una en ese contexto es dificil de interpretar acertadamente por el sexo opuesto.

Por eso creo que no hay comparación posible con neustra casta de elegidos iluminados. Esos lo hacen sin poner el corazón. Saben lo que hacen, lo hacen planificadamente.

Por eso los organos reproductores en las conversaciones pueden perdonarse. Lo de la satrapía NUNCA. Ahí solo hay maldad

Anónimo dijo...

Es tan simplista y esteriotipado asimilar conductas según el sexo o condición, que pierde como argumento en la otra parte del post que sí tiene importancia...

o s a k a dijo...

es como si cada persona caminara con una pantalla delante, que le mostrara sólo lo que quiere ver, en lugar de lo que se le viene encima

n a c o
queselcaos

Peggy dijo...

Le ha dado a usted por el neorrealismo a lo Almodovar ...la escena del paragüero,que espero no sea de porcelana , es memorable , solo falta "la esposa " con la pata del jamon para atizar al marido camuflada tras las cortinas de flores y esperándole toda la noche ...


El resto del post, Sr de la Galaxia , esta en su linea de acertada critica social

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Ignacio, te sales últimamente.