domingo, 14 de septiembre de 2008

Sanidad de sanidades, y todo es sanidad

El principal problema del planeamiento de un nuevo hospital para Valencia ha sido la accesibilidad de los funcionarios a él, y supongo que  sus plazas de aparcamiento: en absoluto se ha considerado la necesidad de la población, el criterio de expansión urbana, las necesidades logísticas de desplazamiento de los enfermos o cosa de ese jaez: se ha construído un hospital para que los funcionarios estén a gusto, nada de para atender a la gente. Por favor: que somos divinos todos.

En Valencia dicen que no hay médicos, y han hecho una importación de tercermundistas y patiscortis estupenda: al menos siete ni se han molestado en comprarse el título (unos 2.500 euros) en algunos países de sudamérica.

A cualquiera para cualquier sitio en la administración le valora el batua ese que se han inventado; ni siquiera para profesor de latín vale el latín: lo que mas puntua es el batua. Excepto para estos, que sin palo al agua ni haberse comprado el título, estan con numero de colegiado y todo ejerciendo en Valencia.

Valencia tiene habitantes: el que haya usado la sanidad pública, que de su impresión.

El enquistamiento de la socialdemocracia es ese: se obtiene el papel de funcionario en el cual pone: cobrará usted de por vida a cambio de …… y son felices: luego a medrar; como no han buscado nunca su excelencia personal, buscan el descrédito por la maledicencia de los demas: la maledicencia, la maldición.

De tal modo que desde que murió Franco, se ha generado una socialdemocracia falaz ramplona y autoritaria, aburrida, soez, pelma, grosera e intelectualmente nula. La universidad ¿hay quien la defienda? no hay excelencia ni decoro, no hay ni disimulo: es una vergüenza se mire por donde se mire. Pero eso sí: se llenan la boca de la palabra cultura, como un psicópata diciendo “te quiero” mientras asesina a una mujer.

Enquistamiento: se generan sitios donde trabajar funcionarios para poder tenerlos contentos, y luego si no hay faena se inventa; si hay algo que hacer se soslaya y a cobrar a fin de mes: cuanto mejor obrero y más esclavo seas, mejor, para eso están los sindicatos: montar ruido y algarabía, pero no solucionar nada más que su propia existencia.

De este modo, el partido progre (pp) se presenta como el más eficaz gestor de esta infamia, no como algun atisbo de cordura: simplemente harán bien y con caligrafía lo pergueñado, perpetuando así el sistema, que se justifica a sí mismo en su propia justificación, justificándose en su verborragia que justifica la veborragia que justifica que se justifiquen, que hace que haya esclavos y no personas, que la constitución como si fuera la palabra revelada en el monte Sinaí.

Cualquier estupidez es valida: “yo no digo que sea así, digo que hay que plantearselo” es la frase que justifica el empezar a plantear cualquier animalada: válido para hacerse la interesante inteletual en las charlas de bar de cou: diez minutos después deplorablemente patético.

Pues les ha funcionado: la persistencia inquinada y enconada del mal, agazapados, haciendo daño por detrás ha conseguido que la hez social sea el magma que todo lo impregna: como la lava. La administración está llena de esclavos encantados de su condición, alardeando de ella e insultando y denigrando al de abajo y al compañero y siendo sumisos hasta lo increible con el superior…..ese es el auténtico escalafón.

Se monta una administración enconada en su propio bienestar y su zen y su feng shui y por supuesto a su propio servicio para justificar su propia existencia: el ciudadano no existe más que como objeto que justifica sus propias vidas: en todos los grados y en todos los escalafones eso es lo que sucede: nadie mira su trabajo como servicio a los demás sino el sitio desde el cual servirse ellos mismos.

España no es así. La gente no es así. Y antes o después reaccionarán, preferirán vivir con dignidad propia que con el consentimiento social preestablecido: mientras tanto, van medrando y labrando fortunas con dinero que les es ajeno.

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