La deriva trófica lleva las cosas siempre a que apunten a la misma dirección. a la tradición; más que se emperren en una modernidad fingida y una vanguardia postmoderna protoguai y de la muerte, cualquier oscilación, marca el rumbo a la tradición. Ahora con la crisis magnificando su vis económica y negando su esencia de carencia de valores, vuelve el problema a la realidad: todos los virreyes regionales, reclaman su “poder” en su región para hacer y deshacer a su antojo.
La siguiente fase es que hagan lo mismo los municipios.
Cuando se rija la vida en torno a los municipios (ya pasó en Grecia, y no iba mal) habrá de vuelta el banco de la ciudad, la caja de ahorros de la ciudad, los ricos de la ciudad y la buena sociedad de la ciudad; de modo tal que la riqueza se generará y redistribuira muncipalmente, defectos y virtudes, y además a la vista de todos: por encima, la superestructura del estado, molestando lo menos posible. ¿o no apunta todo a eso?
La unica superestructura social que se mantiene es la iglesia; lo demás, nadie ya cree nada; los partidos son una vergüenza social admitida y una fuente de chanchullos, y nada más, como los sindicatos. Tardará mas o tardará menos, será mas o menos evidente, pero la deriva indica que sólo por la organización municipal de la sociedad y un estado apenas presencial, saldremos de la crisis, de la de verdad, y ahí se verá quien es quien y hasta donde estamos trabajando y creciendo: si no, jugando a ser peones de un capitalismo ficticio e irreal, tan sólo jugamos a la magnificación de un estado napoleónico lleno de napoleoncitos que ni tan siquiera conocen en esencia la realidad inmediata que les rodea.
España es pueblos, y luego la nación; lo otro son estructuras de organización de cobros de tributos, diezmos y demás prebendas: a ver cuando dejan de considerar a la gente siervos de la gleba, y empezamos a progresar en serio, que esto ya huele demasiado.
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