viernes, 31 de julio de 2015

Gaudium magnum

En verdad en verdad os digo que hay demasiada santidad en este Santo Varón.
Se cumplen hoy años de la proclamación de la santidad de San Ignacio de La Galaxia: es por esto que hoy os ilustraré con la vida de tan Santo Varón, ejemplo ejemplar y próbido delicuescente, para asombro de las generaciones venideras.
En aquel tiempo, andaban los corintios haciendo capiteles, por todas las capitales, que les faltaban unas epístolas para ir poniéndose en solfa, ¿y que es un corintio sin un par de epístolas? y en las capitales proliferaban los profetativos profetizando aquí y allá mientras los epistoleros estaban en el saloon, y entre capitel y capitel, Corin Tellado manuscribía epístolas, cuando en un recodo de la realidad las vicisitudes se alinearon en conjunción de astros, y los profetas a coro proclamaron la buena nueva: no sólo se le debe rezar, sino que si días como hoy se le invoca con recogimiento y contrición, acontecen esparajismos en loor de alharacas. Entre líquidos libidinosos, vaginas voraginosas, y piernas sin sentido, andaban los tiempos cuando San Ignacio en La Galaxia sufría, sufría profundamente, pero aun así. Lacerado por la pátina del tiempo y supurando por las llagas, entre pátinas y patines y supuraciones pestilentes no dejaba de acometer su cometido: llagado el momento, se dedicaba con pasión ascética a contar las piernas que le faltaban a las mujeres, y él disponía lo necesario para enmendar esos dislates. ¡Santo Varón!
Siempre atento a toda doncella desabrida, encaminaba sus pasos a la recuperación de honras y a encaminar por los caminos, cuando no se peinaba para que los barcos no se hundieran; no contento con ello, con los restos de los naufragios, inventaba amaneceres para los pobres, que agradecidos le cantaban loas bajo su ventana. Como no podía dormir, en esos ratos de recogimiento (de piedras, para tirárselas a los de las loas) consiguió inventar el pararrayos con mando a distancia que se conectaba bluetooth por usb ¡Santo Varón!
Enmendando dislates de piernas de las féminas, que tanto le deben y a las que tanto se entregó, le fue anticipada la llegada de su hora: mediante una alarma en su ordenador supo que debía abandonar las pompas y fastos de este mundo. Regaló las pompas a un grumete y un fasto que le quedaba suelto lo aplicó en enmendar las cuitas de las buenas gentes a su alrededor ¡Santo Varón! Postrado en el lecho de una vecina, preparó el tránsito adecuadamente, dejando precisas instrucciones acerca de cuál es el método infalible para contarle las piernas a las señoras en su Epístola a los Blogeros “Posteandum progressium ab amare multitudine” falleció tal día como hoy, pero otro año. 
 
Y es por esto que los días en la galaxia amanece. Santo varón.

sábado, 25 de julio de 2015

Conventus ruanovensis

Dicen sí a todo, pero a la hora de hacer tan sólo hacen lo que les da la gana, y conforme les da la gana; y si les afeas la conducta, todo son esparajismos y alharacas, falsas dignidades ofendidas, rictus de disgusto y constantes pequeñas inconveniencias: esta actitud tan definitoria de la histeria ha sido amplificada por la propaganda, legalizada por el gobierno y génesis de un genocidio de los hombres de la población: todas son víctimas, todos los hombres por el hecho de serlo son culpables; en las noticias hablan de “violencia machista” en su afán de seguir destrozando el idioma: desapareció el parricidio, y desde luego ni se cuenta a las mujeres que matan a sus hijos en sublimación de histerias, en venganzas por ofensas imaginadas, o por maldad; toda la oleada de dictamen de pensamiento del poder se encamina a la cosificación de la mujer, como objeto sexual y reproductivo, y nada más: se jalea toda impudicia, se alienta todo desdoro, y luego habrá quejas por la profusión de rango y calidad de enfermedades mentales: crean el problema para luego seguir forrándose con la solución, y se quedan tan orondos: dejan todo problema enquistado, y se divierten jaleando iniquidades.
Se ha alentado una confusión difusa entre el mecanismo, la tecnología, la ciencia, el estudio y la realidad; de tal modo, hay un cientifismo que todo justifica siempre que sea anticultural, anticatólico, negador de la persona como única e irrepetible, y burocrático, para poder esconder la responsabilidad en la estructura, estructura fractal de desatino y organización que ni sobre el papel funciona, pero que se justifica en sí misma en una incomprensión absoluta de Mandelbrot y de la ciencia: la mecanización tecnológica del conocimiento es dicha ciencia, y de este modo todo es justificable.
Y de tal modo nada funciona.
Pero la gente asume, abatida y amarga, la proscripción de la alegría: se ha alentado desde el sistema de escolarización, verdadero modo de estabulación y adoctrinamiento, negación de la persona, y sublimación de la ignorancia, y en la indolencia ante el estudio desarrollan el miedo a la verdad y a la propia condición, de manera que dilapidan sus propias vidas y no saben ni porqué.
El sistema ha muerto por todas partes, y mientras muere matando surgen nuevas oleadas de saqueadores que pretenden perpetuarlo en los mismos métodos y formas en que ha muerto; esta renovación generacional sólo da la coartada para que puedan irse sin responsabilidades los ancianos rufianes, dejando unos nuevos canallas que perpetúen la ignominia: la gente cada vez mas consciente, calla más el dictamen y las certezas de la realidad, mientras se acorazan ante el inmediato porvenir, hartos de la inmundicia y obscenidad como forma social.
Del mismo modo que el capitalismo destrozó Hispanoamérica, y con las mismas formas, se está alentando un caudillismo populista en España que aberra al conocimiento, repudia a la razón y aberra a la realidad, y por todas partes hace aguas: a la vez que se intenta destruir toda construcción tradicional y toda forma de vida fundamentada en la familia (desde las casas tradicionales al pequeño comercio, desde los oficios hasta la agricultura de subsistencia) se inventan los “huertos urbanos” los mismos grupos y personas que han destrozado la huerta de Valencia, la misma gente, destruye los huertos de la gente para generar “huertos urbanos” donde en sí era una manera de subsistencia, para poder ser “más modernos” negando la tradición para hacer lo mismo que la cultura manda, pero mal hecho, peor desarrollado, con mucha justificación y palabrería, y con ningún resultado más que el de justificar egos y fortunas. Se destruye el pequeño comercio para que todos acudamos a las cooperativas del koljós, aunque ahora le llamen por nombres de empresas, de manera que dependamos para el abastecimiento siempre del estado, vendido a la plutocracia; pero todo eso está bien, siempre que encuentren un argumento para justificarse, andando en rebaños y con miedo a ser personas en si mismas.
Instalan a la gente en el miedo, y los resultados van a ser imprevisibles, porque no les va a funcionar el provocar nuevas guerras para mantener sus justificaciones.
Apóstol Santiago: la senda fluye, pero siempre es imprevisible y siempre sorprende, y ahora aunque se intuye la posibilidad de un futuro, España está subsumida en la tristeza, en la ordinariez, lo chabacano y la ruindad; la sumisión y la indolencia, la ignorancia y la sublimación de la estulticia, y no tienen visos de mejorar.
Apóstol Santiago: cierra España.



Coda, a modo de epifonema 


Ad sancti Iacobii limina peregrinatio (1) y (2)


El Fragor de la canícula

 

Cierra España 

 

martes, 14 de julio de 2015

Bajo el palio del vigor canicular

Los perros se echan a la sombra con la lengua fuera. Esto en latín se dice canícula.

La estrella más brillante es Sirio, del Canis maior, que tenía en Roma su orto helíaco a mediados de julio. César colaboró con un astrónomo de Alejandría para actualizar los cálculos que servían para predecir las inundaciones del Nilo: La ruta del orto de Sirio se va un día al año por ciclo, por lo cual había que ir ajustando el tiempo de la canícula hasta que con los cambios del calendario la cultura da la fijación precisa en España: la canícula es de Virgen a Virgen: de la Virgen del Carmen a la Virgen de agosto.

El calor que estamos pasando nos vincula directamente con Ptolomeo, Cleopatra, todas las dinastías Egipcias, Roma y los calendarios, y la evolución del estudio de la astronomía hasta que en Valencia el Padre Tosca fija el ciclo pascual tal como lo conocemos ahora.

Desde que los egipcios avanzaron hasta Roma, que tiene mucha enjundia porque lo hacían de lado, pasamos por las Thermópilas y Roma, Lepanto y Empel, La ley Augusta y el cainismo como norma y sazón, y la vida ha elaborado un artefacto de supervivencia y pervivencia cultural que ha sido el repositario del conocimiento acumulado y nuestro deambular, y ahora en rigor de un cientifismo fundamentado en rituales vudú y tonterías de sobrecillo de azúcar se inventa cada día la realidad a golpe de novedad, de estupefacción, y de proclamas de la advinencia del fin del mundo, ahora todo se quiere empezar de nuevo porque tras la siembra de la confusión todos quieren apalancarse el botín y luego “pasar página” y nadie quiere humillarse y reconocer sus errores, sus robos o latrocinios, sus flaquezas o sus sumisiones, y en eso se está fundamentando este horror de época deplorable que condiciona todo para todo y para nada vale: pero eso sí, con mucho control todo.

Entra la canícula: se adelantará el invierno, y va ser muy duro; todos hemos nacido, y todos vais a morir: en el mientras tanto, os van a hacer pagar muy caro todos los errores de la recua deleznable que nos gobierna y sus acólitos: sean por siempre malditos.

Porque la vida siempre se abre paso, porque en las grietas está Dios, que acecha, no van a salirse con la suya estos mangurrinos que nos venden como esclavos “capital humano” le llaman ahora para negarnos la condición de personas y así defenestrarnos mejor.

Entra la canícula: me miran de soslayo las espigadoras de Millet mientras rezan con la cerviz doblegada por el sol sobre la tumba de un niño muerto: entra la canícula.