miércoles, 2 de mayo de 2007

La maldición

La maldición es la maledicencia.

Cuando corre un rumor o una habladuría, se está directamente condenando. El mecanismo del lenguaje y la estructura de la maledicencia condicionan directamente al maldito; de este execrable modo, cuando levantamos testimonio sobre otra persona, ya la estamos juzgando: eso hace mucho daño; quien lo usa como arma, mala persona es; al final, se desenmascara al mal, pero el daño se hace siempre, a corto plazo y muy visceral.

Y la trampa diabólica es la "buena voluntad" yo lo digo por si alguien pudiera hacer algo….pero lo has dicho, has arrojado la simiente de la maledicencia, casi siempre, o siempre sustentada en la envidia.

"Si alguien hace eso, más adelante se romperá esto…." Eso es una maldición: estás arrojando tu frustración sobre el otro, probablemente por envidia, aunque no te lo reconozcas.

Y vivimos en un magma social propicio a esa maldad intrínseca, magma de la envidia.

Cuando se calumnia, se difama, se está directamente haciendo daño; cuando se insinúa, también, cuando se revelan intimidades de otro, más o menos confiadas, también ¿o es que somos válidos para juzgar a los demás?¿ yo al menos no soy Dios.

Cuando se hacen denuncias falsas contra exmaridos y se les amarga la vida con el estado como aliado, se hace el mal; cuando se utiliza el hecho de ser mujer para favorecer a alguien se está haciendo el mal. Cuando se utiliza el poder para favorecer a uno sobre otro, se hace el mal. Cuando se insinúa o acusa, se hace el mal.

Sobre la maledicencia y la delación, véase el MSV.

Y cuando se dice "Si le pasa (…) es porque algo habrá hecho" o cuando "Dicen que (…) algo habrá"

Eso es la simiente del mal.

Yo no soy como esos, Ni quiero tenerlos cerca; no me fundo con ellos. Demasiado daño han hecho: demasiada amargura hay en sus vidas.

Pero conviene tener esto presente, día a día, en todo momento: el mobbing, el aislamiento social, la maledicencia o las mujeres (¿todas las divorciadas son maltratadas?)

Es el mal, habita entre nosotros. No puedo erradicarlo (no soy Dios) ni imponer un orden nuevo de armonía (no me creo Dios, como zp) ni creo que vaya nadie jamás a triunfar donde fracasó Jesucristo, pero sí hago por encontrar el mal en mi y si no lo erradico, al menos lo conozco y controlo, si puedo, claro.

Esa es la diferencia.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Y ese fue quizá el mayor error del pensamiento posmoderno: establecer que no hay mal. Sus consecuencias son arrasadoras.

Anónimo dijo...

La envidia, el querer ser como tal, sin saber porque es así, y el "yo me lo merezco igual o más"... Sabias palabras ignacio.

Anónimo dijo...

Hola Ignacio. Antes de nada gracias por tu visita y amable comentario.
Me he enterado por el blog de ZPORKY de que andan amenazándote esos que van dando lecciones de demócratas, esos progremierdas.
Bueno, mi solidaridad contigo y si se pasan denúncialos.
Un saludo.
Www.Fotochop.Bitacoras.Com