jueves, 17 de mayo de 2007

Sentencia de Maeso.

Ha sido condenado. Eso, es lo que menos me interesa.

Supongamos que la administración de justicia no ha fallado.

Y supongamos también que absolutamente todo, es verdad.


-Un sr. Se droga en atribución de su capacidad de hacerlo: las tiene a mano, de hecho, son su profesión.


Esto ahora hace mucha gracia cuando la gente piensa en House.


Pero es un hombre desgraciado; nadie en esa situación se divierte. Aunque lo disimulen.


-Por razones que desconozco, empieza a drogarse con la droga que debía administrar: y ahí salta la liebre. Ahí perjudica a otros.


En el momento en que saltó la noticia, absolutamente todo el mundo de la sanidad con quien traté (y eran muchos y ahorraré detalles) absolutamente todos dijeron saberlo, "que todo el mundo lo sabía" pero absolutamente todos decían que nunca habían dicho nada por diversos y diferentes miedos, sean reales o ficticios, todos alegaron lo mismo. Hablando, todos sabían todo, y más. Pero nadie había denunciado, dicho, elevado un escrito a la superioridad, ni nada así, ni siquiera por la mínima humanidad de apartar a un drogadicto de una operación de cirugía.


Y ahora todo el mundo ha declarado, hablado, dicho comentado y etc. A Maeso no lo defiende nadie. Nadie.

Supongo que entra dentro de lo normal.


Pero:

-La administración de sanidad falló. Y no en sus términos burocráticos, de jerarquía o de organización, sino en términos humanos, de las personas, que luego todos sabían, etc. Son cosas de personas, y nadie asumió la carga de "mover" ese asunto. Ni siquiera por caridad.


-Por la razón que sea, o culpando a quien sea, esto ha sido una comidilla social y un juicio "popular" (mediático dicen) en el cual todo era un escándalo, un follón, una demonización tras otra.


-El juicio de la administración de justicia por tanto ha sido "publico" entendiendo por esto que era objeto de escándalo, lio o programas especiales de cotilleo.


Esto, condiciona a todos. Y a los que han de juzgar también, por fríos que hayan sido.


Las reacciones histéricas, de venganza, de pérdida de nervios, de lo que sea, que tanto prodigan en medios de comunicación pública, son realmente una forma de denigrar a las personas, por muy efectistas que sean. Denigrantes.


La administración de justicia quizá trabajando en condiciones adecuadas de sosiego y serenidad sea igual o más eficaz: al menos, eso es de agradecer (obvio que no haya por aquí "jueces estrella" claro; pienso en gente que se toma en serio su trabajo)


Y lo que late en los ánimos, lo que se percibe, es tan sólo afán de venganza.

Comprensible en términos humanos, degradante en términos de estado u organización social. La justicia no ha de ser un instrumento de venganza, ni siquiera de venganza "social" Reconocer el daño, impedir que continúe, castigar al culpable, apiadarse de él y actuar en consecuencia: pero lo de tanta pasión en la vida judicial Española no me gusta nada, no es bueno, no lleva a ningún buen lugar.


El estado debe ahora hacer que lo que ha sucedido no vuelva a suceder y no es poco trabajo, y menos aquí en Valencia, pero no es cuestión de una sociedad que funcione con error, castigo, acierto, premio sino que establezca los mínimos de los cuales no se debe salir so pena de otorgar a hombres (al fin y al cabo) el poder sobre vidas ajenas.

Hablo de los jueces, pero también de los sanitarios.


Es algo muy demasiado triste.


Y hay algo muy propio, muy español y muy aberrante: todos a hacer leña del árbol caído, negándole hasta el derecho a su propio nombre, ningún atisbo de humanidad.

La gente son, somos productos del odio y la envidia más que de instintos más elaborados.


Eso, es lo que hay. Eso es lo que anda destrozando España.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que no le han condenado por drogarse, sino por contagiar de hepatitis C a 250 personas si mal no entendí.....

Lola.

Ignacio dijo...

Eso, Lola me da igual. A mi lo que me aberra es la actitud de la gente, la reacción antes de saltar la cosa, cuando saltó y ahora.
Es la hiprogresia de todo el mundo lo que me aberra.

En lo juridico no entro, ni es de lo que trato.

Anónimo dijo...

De acuerdo en la hipogresía.No, en la venganza.Ud, como casi todos, confunde ensañamiento (venganza excesiva)con venganza, que viene de vindicare, reclamar en justicia.El contenido del acto de justicia es LA VENGANZA.Todo acto de justicia es un acto de venganza.La diferencia entre ambas es sólo formal.Es la violencia segunda (desde una multa hasta una pena de muerte)que restituye el orden quebrado por la agresión (violencia primera).Es accesorio e irrelevante que se haga de propia mano o por delegación.

Anónimo dijo...

La sociedad hipócrita. Das en el clavo. ¿Porque se mantienen pederastas en colegios?. Todo el mundo lo sabe y calla. ¿Porque se permite a alcohólicos conducir transportes públicos?. Todo el mudo sabe que el conductor "tal" de la línea "tal" a las 7 de la mañana va cogorza, pero suben al bus y callan. Es una enfermedad social. Tal vez por eso, para mitigar la culpa que sentimos cuando ocurre algo, que "todos" conocían, nos ensañamos tanto en la venganza. Esta es una sociedad podrida.

Ignacio dijo...

Yo, Ignacio, si supiera de algun pederasta en algun colegio no se si me daría tiempo a denunciarlo o iria directametne yo a por el.
Con eso, yo no admito dudas: si hay pruebas a muerte.
En eso sin vacilar.
A coste de mi vida si hace falta

Anónimo dijo...

Solo un par de cosas. Como dices, algo que siempre llamó la atención de este asunto en ambientes sanitarios (al menos en Madrid) es porqué se tardo tanto en actuar internamente. Cualquiera que se gane las lentejas en un hospital sabe que un yonki canta mucho, aunque guarde las apariencias, pero un yonki anestesista es la traviata. En fin.
Los despliegues de emotividad de los media, simplemente repulsivos. Y eficaces.