En el siglo XVIII llegó a Francia una contradanza (que no es lo contrario de danza, sino una «country dance», es decir, un baile popular) de origen escocés al que el pueblo galo dio en llamar «écossaisse». Debido a su éxito, pronto llegó a Alemania y lo hizo por la puerta grande: Beethoven y Schubert compusieron ‘escocesas’ para piano. Se las llamó entonces «schotisch» (escocesa, en alemán). El género tuvo una considerable aceptación hasta mediados del siglo XVIII, cuando fue desplazado por la polca (por cierto, más checa que polaca). Pero entretanto corrió por toda Europa y fue en Madrid donde, ya entrado el XIX, causó furor entre los chulapos de verbena. Ya no era el escocés con su gaita, ni Chopin al piano, sino el organillero de turno quien ejecutaba el schotisch (ya «chotis»)
De Romera
¿Podría decirme que camino debo tomar para irme de aqui? preguntó Alicia; "eso depende, en mucho, del lugar al cual quieras ir" contestó el gato. "No importa mayormente el lugar" ; "en tal caso, poco importa el camino" "...en tal de que lleve a alguna parte..." "puedes estar segura de que todos los caminos conducen a alguna parte, en tal de que andes un trecho lo suficientemente largo"
6 comentarios:
Impecable.
No es mio eh, es de Romera
Vaya, qué interesante. Nunca imaginé que el chotis tuviera ascendiente céltico, jeje.
chorrada...
anónimo
jejejejeje
Muy interesante.
Muy interesante, gracias. Y parece que ya puedo comentar :)
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